Llevamos mucho tiempo sin ver grandes innovaciones en el mercado de los smartphones. Sí, más procesador, más RAM, mejores cámaras y pantallas con mayor resolución, eso es lo que nos ofrecen, pero llega un punto en el que nos cansamos de que la evolución de un teléfono a otro sea siempre la misma. El usuario demanda más, y es normal cuando hablamos de un sector en el que los precios de la gama alta (a la que llega la mayor innovación) ronda los 600-700€.

Y mientras esperamos a la deseada por todos batería de alta duración, tendremos que conformarnos con otras cosas. LG ha hecho una apuesta muy arriesgada, y ha decidido lanzarse a las pantallas curvas y materiales flexibles, un movimiento que para muchos es confuso y no acaba de convencer.

Sin embargo después de estar probando el LG G Flex durante unas semanas nos hemos sorprendido mucho de la experiencia que una pantalla curva ofrece. Lo reconozco, era muy escéptico antes de usarla, y ahora que me he acostumbrado me encanta. El G Flex tiene muchas carencias que solucionar, pero se trata de un primer abordaje de este tipo de pantallas, y nos demuestra que hay mundo más allá de las pantallas planas.

Diseño y materiales

Si algo llama la atención del G Flex a simple vista es su diseño, eso está claro. Un teléfono curvo, ¿nos hemos vuelto locos? Pues no, así es el LG G Flex, y sus líneas están muy cuidadas, ofreciendo un teléfono con una enorme pantalla de 6″ que se adapta perfectamente a la mano y se hace muy cómodo de llevar y manejar.

La curvatura del LG G Flex es notable pero no exagerada. Siendo el primer teléfono con pantalla curva que probamos es difícil decir si es mejor hacerlo más o menos curvo, pero en ningún momento nos ha dado la sensación de que se necesite más o menos de esta característica, por lo que parece que el factor de curvatura ha sido bien elegido, o al menos esa es la sensación que un primer teléfono con estas características nos ha dado.

LG, siguiendo la línea de diseño que eligió con el G2, ha decidido montar los botones de volumen y encendido en la parte trasera, por lo que los laterales quedan totalmente libres, y solo nos queda la ranura de microSIM en el lateral derecho y los conectores de microUSB y jack de auriculares en la parte inferior. Efectivamente, ranura microSIM en el lateral, y es que el LG G Flex no tiene parte trasera extraíble, estamos ante un unibody, lo cual es bastante lógico siendo un teléfono curvo y flexible, mucho sería habernos encontrado una tapa trasera. La pega de esto es que no tenemos ranura microSD para aumentar la memoria interna del terminal.

Los materiales elegidos para la fabricación del teléfono son plásticos, pero con un acabado que da sensación de muy alta calidad. El teléfono tiene por toda la parte trasera una especie de lacado, y esta da una sensación de terminado de alta calidad, con un tacto muy agradable.

Es precisamente esta especie de lacado algo que tenemos que resaltar, y es que se trata de un material regenerativo proveniente de tecnologías usadas en automovilismo para la pintura de coches. Lo que permite este material es que tras un uso normal del teléfono, con pequeños arañazos y desgaste del uso común, tengamos un teléfono con un aspecto más nuevo. Es decir, no repara arañazos como nos habría encantado, si no que regenera pequeños roces del desgaste diario, haciendo que no envejezca en aspecto tan rápidamente. ¿Y funciona? Pues tras pocas semanas de uso es difícil decirlo, pero sí es cierto que podemos ver como tras varias horas los pequeños arañazos disminuyen significativamente.

Software

Como siempre LG ha añadido una fuerte personalización de software, detalle que a algunos gustará más y a otros menos. El primer detalle lo encontramos con la pantalla apagada, y es que desbloquear un teléfono que tiene el botón de encendido en la parte trasera es algo complicado. Para agilizar la tarea LG añade la posibilidad de hacerlo mediante una doble pulsación, función que a veces funciona, a veces no y a veces tarda tanto que cuando se desbloquea ya hemos vuelto a pulsar dos veces y acabamos bloqueando de nuevo la pantalla.

Esta funcionalidad tiene que mejorar mucho, igual que ocurría con el LG G2, pero es muy útil. De hecho, tras volver a mi teléfono habitual, me he sorprendido más de una vez haciendo doble pulsación sobre la pantalla para activarla, es algo muy cómodo. Es decir, que aunque tenga todavía problemas de usabilidad, la función es tan útil que acabas usándola y echándola en falta cuando no la tienes.

Una vez activada la pantalla nos encontramos con el launcher de LG, que sigue dejando mucho que desear. Es anticuado y demasiado infantil, y deberían mejorarlo mucho. En el G Flex hay pequeños cambios de diseño que marcan el camino a seguir, pero hay mucho trabajo que hacer aquí para la firma coreana, y esperemos que se decidan rápido a hacerlo, porque cada vez lo buscamos más.

La enorme personalización de LG la encontramos en la barra de notificaciones, sobrecargada en exceso. Está bien tener muchos accesos desde la barra de notificaciones, pero con ese nombre lo interesante es que las protagonistas sean precisamente las notificaciones.

Una de las barras se dedica por completo a QSlide, una función muy interesante de LG que nos permite abrir aplicaciones en ventanas emergentes y regular la opacidad de estas para seguir navegando y usando el teléfono mientras tenemos presente la aplicación abierta en QSlide. Afortunadamente esta barra se puede activar y desactivar directamente desde la barra superior de ajustes y configuración, por lo que podemos ahorrar espacio de una forma muy sencilla y volver a recuperar la barra muy rápidamente si queremos acceder a QSlide.

Dicha primera barra de ajustes y configuración rápida nos da acceso a funciones como el WiFi, Bluetooth, modo vuelo, etc., y nos permite configurar gran cantidad de parámetros del móvil y activar y desactivar funciones rápidamente.

El drawer de aplicaciones tiene dos funciones muy interesantes, un buscador que nos permite encontrar aplicaciones rápidamente, ideal para aquellos que tenemos más aplicaciones de las que podemos llegar a usar en una vida, y la posibilidad de desinstalar aplicaciones directamente desde este menú, una función rápida que se agradece muchísimo para no tener que visitar los ajustes de aplicaciones de Android cada vez que queremos eliminar una aplicación.

Hardware y rendimiento

EL LG G Flex cuenta casi con lo último del mercado en hardware para smartphones, así que difícil será no obtener una experiencia fluida y rápida. Un procesador Snapdragon 800 y 2GB de memoria RAM nos ofrecen esa experiencia de usuario que buscamos, sin cortes y con acceso rápido a todo lo que necesitamos, ningún problema en ese sentido.

Sin embargo aquí os dejamos unas pruebas de rendimiento para aquellos aficionados a los benchmarks (yo no lo soy, pero algunos lo demandáis y vuestros deseos son órdenes).

AnTuTu del LG G Flex:

Quadrant del LG G Flex:

Pantalla

Muy bien, tenemos una pantalla curva, ¿y ahora qué? Algo así implica, a mi parecer, dos grandes cuestiones. Por un lado tenemos el de la utilidad, ¿realmente necesitamos una pantalla curva en un smartphone? La respuesta es muy complicada, y como ya he dicho yo era muy escéptico ante este cambio, no veía la utilidad por ningún lado. Sin embargo el uso del LG G Flex me ha demostrado que la pantalla curva aporta una experiencia de usuario diferente y muy interesante, con scrolls en aplicaciones y webs más envolvente, y una forma más agradable a la hora de ver vídeo. En general el cambio es bueno, pese a que no lo pareciese al principio, así que os recomiendo probar un G Flex y experimentar con su pantalla curva.

Sin embargo el hecho de empezar a distribuir una tecnología nueva y tan diferente como es la de pantallas curvas en smartphones tiene su precio, y en este caso el LG G Flex lo paga bastante caro. LG nos tiene acostumbrados a dos cosas muy buenas, pantalla y batería. Pero en el caso del G Flex tenemos que sacrificar calidad de pantalla a cambio de que sea curva, y es que todavía no han conseguido pantallas así de buena calidad en estos tamaños.

Los mayores problemas que encontramos son que LG haya tenido que bajar un escalón de resolución y recurrir a 720p en lugar de 1080p, algo no demasiado grave, pero sí llamativo. Por otro lado nos encontramos blancos con problemas serios de granulado (aunque curiosamente esto parece ir desapareciendo con el uso) y un muy molesto efecto memoria, que hace que cuando cambiamos de pantalla a colores claros sigamos viendo un pequeño fondo de lo que había antes.

Sin embargo se nota que LG está detrás de esta pantalla, y hace un trabajo excelente con los colores. Llama la atención lo increíblemente bien que se ven los vídeos pese a las pegas que hemos citado anteriormente.

Cámara

La cámara es una de las grandes decepciones del LG G Flex. Venimos de la calidad que ofrece un terminal como el LG G2, una de las mejores cámaras en un smartphone, y encontrarnos con la falta de calidad en el G Flex llama mucho la atención. Poca nitidez es lo más sorprendente, pero el contraste también es malo, y en general hay una falta de calidad alta. Tiene pinta de ser un problema de sofware, así que podemos refugiarnos en que se podría arreglar próximamente mediante una actualización.

Es una pena encontrar una cámara con tantos problemas en un teléfono de gama alta, donde damos por hecho que va a dar mejores resultados.

Lo mejor es que juzguéis por vosotros mismos:

Aquí tenéis todas las fotografías hechas con el LG G Flex a resolución completa.

Sonido

El sonido de un smartphone no es un apartado en el que nos podamos extender demasiado, y si lo hacemos tendría que ser de una forma demasiado técnica, haciendo medidas en cámara anecoica que podamos comparar entre diferentes terminales, siempre con las mismas condiciones.

Sin embargo, hay algunos puntos importantes que merece la pena resaltar sobre este terminal:

  • La calidad de sonido de la clavija jack de auriculares es muy buena, con una respuesta excelente en graves. No está al nivel de un reproductor de audio profesional, por supuesto, pero nos ofrece una excelente calidad de sonido para escuchar música.
  • El altavoz es otra historia, ya que es bastante malo. Cuando recibimos una llamada no da tantos problemas, pero la calidad con el manos libres deja mucho que desear, algo que llama la atención.
  • En cuanto al altavoz interno para las llamadas, sin ningún problema, cumple como cualquier otro.

Batería

La batería es uno de los aspectos que más me ha gustado del LG G Flex. La autonomía del terminal es altísima, mayor incluso que teléfonos de esta misma gama que destacan por su duración. De hecho me atrevería a decir que es uno de los 3 teléfonos con mayor autonomía que existen, y eso teniendo en cuenta su enorme pantalla de 6″.

Gracias a los materiales flexibles desarrollados por LG G Flex no solo podemos presumir ante los amigos de cómo doblamos nuestro smartphone sin romperlo, si no que ha permitido a LG aprovechar al máximo el espacio dentro del teléfono y rellenarlo por completo con una batería de 3.500 mAh.

Si los materiales no fueran flexibles se tendrían que haber usado varias baterías unidas rectangulares, lo que en los ángulos hace que se desperdicie espacio, y eso conlleva menor capacidad y por lo tanto menos autonomía. Excelente trabajo de LG con la batería del G Flex, que nos ha durado más de 24 horas con un uso bastante intensivo.

Conclusiones

El LG G Flex es un terminal muy bueno, con características muy buenas si nos fijamos en el hardware y unos acabados y finalización del smartphone que lo convierten sin lugar a dudas en uno de los referentes del mercado actual de telefonía móvil.

Si algo destaca por encima de todo es lo que más llama la atención a simple vista, su pantalla curva. La experiencia que ofrece dicha pantalla está lejos de ser revolcuionaria, pero es un paso adelante, y estoy seguro que LG ha marcado con el G Flex el comienzo de algo nuevo y diferente que poco a poco se irá haciendo más hueco en el mercado.

El problema es que en este caso ha llegado con un terminal que supera los 700€ libre, y nos encontramos con una especie de experimento que se pone de venta al público a un precio muy elevado. Hay que tener cuidado aquí y si nos decidimos por la compra del LG G Flex, saber con qué nos vamos a encontrar exactamente.

Nos ha gustado:

  • La experiencia de uso de la pantalla curva. Pensábamos que no iba a cambiar nada, pero es un paso adelante en la experiencia móvil de smartphone.
  • La batería, tiene una autonomía de las más altas del mercado.
  • La fabricación del teléfono, con un diseño muy agradable y materiales que dan una sensación de calidad, incluyendo el autorreparable de la parte trasera.

No nos ha gustado:

  • Los fallos de la pantalla por ser POELD una tecnología nueva que todavía necesita un desarrollo importante.
  • La cámara, que aunque sea buena está un paso por debajo de otros terminales de esta gama, incluido el LG G2 de la misma marca.