Tenemos organizadas nuestras tareas, nuestros contactos, nuestras aplicaciones, nuestra pantalla de bloqueo, “esos” días del mes, nuestra cuenta bancaria, el gasto de nuestro teléfono y nuestro consumo 3G. ¿Cómo? Bueno, parafraseando una campaña publicitaria que no viene al caso: Hay una aplicación para eso.
Android nos ha permitido organizar prácticamente todos los parámetros que rigen nuestras vidas, y permite un control férreo sobre casi todo, para que consigamos ser ciudadanos de provecho, o al menos heraldos del caos sin excusa para semejante desorden.
¿Cuál ha sido el límite? Esta pregunta es fácil porque tengo sueño y me falta dopping : Android no podía ayudarnos a controlar nuestras ideas… hasta ahora, ¿cuántas veces os ha pasado que mientras ibais en el bus, el tren o el metro habéis tenido una genial idea que no habéis sido capaces de plasmar? ¡Por eso aún no hemos arreglado el mundo! Podemos tomar notas con cientos de aplicaciones, pero no sé en vuestro caso, en el mío es bastante farragoso seguir mi tren de pensamientos con simples notas manuscritas, sin embargo poder establecer relaciones entre mis notas al modo de un simple diagrama de flujo resulta mucho más práctico y comprensible.
Pues bien, eso es lo que os traemos hoy. Gracias a Thinking Space ya nunca más tendréis que aparcar vuestros planes de dominación mundial a un momento en que un esbirro pueda tomar notas, pues gracias a nuestro móvil podremos hacerlo nosotros mismos (poder ahorrarse el sueldo de un esbirro en los tiempos que corren es algo a tener muy en cuenta).
¿Qué es Thinking Space?
Se trata de una aplicación que sirve para tormentas de ideas con uno mismo. Cuando en esos momentos de lucidez asombrosos que nos pillan en momentos poco prácticos para poder compartirlos o siquiera tomar notas, simplemente tendremos que sacar nuestro móvil y apuntar unas nociones básicas, que servirán para tener estructura de forma esquemática y organizada esta idea inoportuna.
¿Cómo funciona?
Como podéis ver en la primera captura de pantalla, aparecen dos engranajes en la esquina inferior izquierda, al pulsar sobre ellos se despliegan una barra horizontal y una vertical formando una escuadra. Arrastrando la barra horizontal a izquierda y derecha seleccionamos el menú correspondiente, y en la barra vertical podemos pulsar sobre la herramienta que queremos utilizar en cada momento. Es una interfaz en la que se ha pensado mucho y que a la postre resulta pieza clave en la experiencia de usuario tan agradable que presenta esta aplicación. No obstante, para mí
también tiene la interfaz el fallo más grave de la aplicación, pues no presenta ningún texto explicativo que permita saber para qué sirve la herramienta que queremos utilizar y, aunque algunos sean más bien explícitos, la definición de otros deja bastante que desear, obligándonos a trabajar con ellos mediante ensayo y error hasta que aprendemos como funciona todo (puede llevar algo de tiempo, pues el número de herramientas es bastante decente).
Además, si estamos trabajando con un mapa de ideas grande y nos estorba parte de él, solamente tendremos que pulsar en un nodo raíz de toda una rama de ideas, y estas quedarán contraídas hasta ese punto, dejando la vista libre, lo cual agradeceremos también en dispositivos con pantallas más modestas.
¿Para qué me sirve organizar estas ideas si me acuerdo de casi todo?
Bueno, aunque de cara a uno mismo siempre viene bien tomar notas para no olvidar nada esencial, estas herramientas están diseñadas claramente de cara a entornos profesionales, donde poder compartir éste tipo de elementos es clave, y cómo permite compartirlos es parte de esta genialidad general que imbuye el programa.
Podremos guardar los “mind maps” utilizando el formato propio de la aplicación, por supuesto, y compartirlo con nuestros contactos a través de todo tipo de aplicaciones y servicios para compartir (aprovecha perfectamente la integración con los servicios del teléfono). No obstante, podemos convertirlo también a los formatos más habituales de los mind-mappers que encontramos en ordenadores, o incluso exportarlo como una imagen que podrá ver cualquiera con un simple programa de vistas previas (que traen instalados de forma nativa la mayoría de los sistemas operativos).
Claramente esto es otro punto importante a favor, pues ese aprovechamiento de las ideas en conjunto es lo que suele representar un valor añadido en entornos empresariales, por lo que disfrutar de esa prestación es casi imprescindible.
¿Y esto a qué precio?
Pues como la mayoría de las aplicaciones buenas en Android, disponemos de dos versiones, una gratuita financiada con publicidad, y una de pago (3 libras esterlinas) en la que la pantalla queda diáfana mientras trabajamos, mejorando bastante la experiencia final con la aplicación, pues en el momento en que empecemos a manejar varios elementos simultáneamente en pantalla la publicidad nos resultará invasiva. De todas formas, merece la pena probar la aplicación gratuita, y en caso de que nos guste darle una oportunidad a su hermana mayor, pues para un uso continuo es recomendable trabajar más cómodo y vamos a apreciar la diferencia.
Espero que os haya resultado interesante y, como siempre, vuestras aportaciones en los comentarios son bienvenidas
via: AppStorm