Pocas épocas han supuesto un cambio más radical para el comercio mundial que la que vivimos actualmente. El comercio online ha modificado la forma en la que compramos, vendemos y, de forma colateral, en la forma en la que las empresas se dirigen a los consumidores.

En el sector de la telefonía móvil hemos sido testigos de empresas que han nacido dentro de la distribución online pero que, más tarde, se pasaron también a las ventas físicas a través de tiendas propias o de distribuidores.

Un ejemplo de ello fue OnePlus, una marca muy reciente que empezó vendiendo terminales con invitación a través de su web. La propia Xiaomi se vanagloriaba de que su distribución eran online y ahorraba costes con ello. Incluso Huawei, el gigante chino, creo una segunda marca que sólo podíamos comprar por internet, Honor. La última en apuntarse a la moda fue OPPO, con la marca Realme que lanzó en la India.

Y todas han cambiado su estrategia para venderse también de forma offline.

La importancia de la imagen de marca

Hay muchos motivos por lo que las empresas deciden vender de forma física y no online. Uno de los mas importantes es que sus tiendas, o sus escaparates, son también anuncios publicitarios de su marca. Una tienda tiene un logotipo permanente y aunque se distribuyan en grandes centros como El Corte Inglés, Wallmart o Mediamarkt el que haya secciones con el nombre de la marca aporta visibilidad, una visibilidad que muchas veces no cuesta un dinero extra.

Poder probar el producto

Otro motivo por el que los fabricantes se abren a la distribución física es que hay muchos usuarios que prefieren ver su futuro móvil antes de comprarlo. Quieren verlo, tocarlo, cogerlo e incluso probarlo. Esto no es posible en una tienda online, aunque haya unas políticas de devoluciones más que decentes, al menos en España.

Prestigio

Aunque a muchos nos extrañe, algunas personas compran sus móviles en función de la marca. No porque les guste más o menos, sino porque tiene un prestigio añadido. Eso implica que sea visible y conocida, lo que enlaza con el primer argumento que hemos dado.

Pese a que la era del comercio online acaba de empezar y está creciendo de forma rapidísima, vemos cómo los diferentes fabricantes que apostaban sólo por ese modelo han visto las ventajas de estar también en las tiendas tradicionales, cuando no abrir las suyas propias.