El robo del móvil es un mal trago para el dueño. Por el importe del dispositivo, por los datos que tiene almacenados… ¿Vale la pena denunciarlo? Siempre.

Me he encontrado en esta situación personal y también han pasado por ella muchos amigos míos. Por desgracia es algo que no resulta extraño: como muestra la imagen de cabecera (realizada por jacoblund, iStock) hemos de tener mucho cuidado cuando vamos por la calle ya que los móviles son un objeto muy goloso. Son bastante fáciles de revender, siguen teniendo valor después de un tiempo y, si no están bloqueados, formatearlos eliminando todos los datos del usuario verídico es demasiado sencillo.

Siempre hay que cifrar el almacenamiento del teléfono y aplicar el bloqueo por Pin en el arranque del móvil: de esta manera lo tendremos protegido contra un formateo o wipe; además de que nadie podrá encenderlo. La lástima es que con esto tampoco nos van a devolver el móvil. O hay pocas posibilidades de que lo hagan, claro.

Por experiencia, siempre hay que denunciar el robo y la desaparición. Por multitud de razones, pero sobre todo por una: en el caso de que aparezca la policía contactará con nosotros ya que tendrá registrado el dispositivo a la denuncia y a nuestro nombre. Quizá no haya demasiadas posibilidades de que aparezca, pero cualquier esperanza es suficiente.

Siempre hay que denunciar los móviles robados y avisar a la operadora del IMEI

Los robos son demasiado habituales y hay pocas posibilidades de recuperar un objeto robado, ya lo he dicho, pero eso no es excusa para no acudir a la comisaría a denunciar la desaparición. Todo dependerá del importe, como es lógico, pero mi consejo es acudir siempre. Por si aparece y porque cualquier seguro nos pedirá la denuncia cuando acudamos a reclamar el importe. Además, es una prueba más para la policía en caso de que logren atrapar al ladrón.

No resulta necesario acudir a la comisaría con toda la caja y embalaje, pero sí llevar la factura de compra y los datos necesarios para identificar el dispositivo. Marca, modelo, color, si tenía algo característico (golpes, fundas, una serigrafía…) y, por supuesto, el IMEI. Este identificador es único para cada smartphone, por lo que servirá para reconocerlo. No solo eso.

Cada móvil se identifica en las operadoras con el IMEI o identificador único. En este punto conviene llamar a nuestra operadora y comunicar que el IMEI de nuestro dispositivo debería darse de baja; junto con la SIM, por supuesto. La mayoría de operadoras comparten los datos de esos IMEIs para que los móviles no puedan registrarse en sus redes telefónicas.

Aunque no confíes en su recuperación, denuncia

Quizá no tengas muchas esperanzas y, encima, te dé pereza perder una tarde en la comisaría, pero lo mejor es hacerlo. No solo por ti, también para evitar futuros robos. Y quizá lo lamentes cuando alguien te pida la denuncia más tarde…