Hace unos días conocimos al que promete ser uno de los terminales del año. La apuesta de Samsung con sus Galaxy S es elevada, sin embargo, hubo un detalle en la presentación que nos dejó bastantes dudas.

El Galaxy S8 es un poco más potente que el S7 ¿Qué ha pasado?

Miércoles, 29 de marzo, 17:00 hora española. Los blogs comenzamos a publicar toda la información sobre el nuevo teléfono de Samsung. El dominio con el que los surcoreanos han reinado en la gama alta Androide queda patente con un teléfono de altos vuelos.

Vamos a reconocerlo, los Galaxy S nunca han sido perfectos, pero hay algo que nunca podremos negar, y es que Samsung siempre ha apostado por unas configuraciones de hardware de grandes prestaciones, especialmente en lo que respecta a procesador, pantalla y cámara.

Durante la presentación del Galaxy S8 ocurrió algo que nos llamó la atención, ¿el momento? A la hora de hablar del rendimiento.

El Galaxy S8 presume de incluir el primer procesador fabricado en un proceso de 10 nanómetros, un logro sin duda espectacular. ¿Pero en que se traduce esto? En una mejora que nos ha dejado bastante fríos.

En concreto, según las palabras del CEO de Samsung, el Galaxy S8 es un 10% más potente en CPU y un 21% más potente en GPU, por lo que parece bastante probable que las mejoras de rendimiento se deban más al proceso de fabricación que a una nueva arquitectura como la que vimos en el Galaxy S7.

La cuestión del asunto es la siguiente, y es que al igual que sucedió en los ordenadores hace unos años con la llegada de los Core i7, los procesadores ARM parecen haber alcanzado ya su pico de rendimiento, por lo que es bastante probable que durante los próximos años veamos un estancamiento por parte de los fabricantes.

LG G6 y Huawei P10 fueron criticados por ello y la diferencia no es para tanto

Hablar de la escasa evolución en potencia del Galaxy S8 por sí no debería tener gran relevancia, pero más allá de esto lo cierto es que hay un detalle bastante importante, y para ello debemos de mirar unos cuantos días atrás.

Finalizando el Mobile World Congress, estuvimos analizando dos de los terminales más importantes del año, el LG G6 y Huawei P10. Lo cierto es que fueron terminales que nos encantaron, pero más allá de nuestra experiencia de uso, han habido muchas críticas respecto a estos dos terminales.

¿Cuál es la causa? Sus procesadores. El LG G6 monta un Snapdragon 821, mientras que el Huawei P10 incluye un Kirin 960, procesadores que salieron al mercado en teléfonos de finales de 2016. Este movimiento los convirtió automáticamente en teléfonos obsoletos. Argumentos como que el Galaxy S8 iba a ser casi el doble de potente nos hicieron dudar, ¿Nos lanzamos a la piscina o esperamos?

Sí, el Galaxy S8 es bastante potente, pero las diferencias no parecen jugar tan a favor como podríamos pensar, y es que en la práctica una cifra tan pequeña no va a cambiar drásticamente nuestra experiencia de uso. Más aún teniendo en cuenta que el procesador con el que rivalizaba el S7 era con el Snapdragon 820. La evolución en potencia hace que el procesador del S8 esté muy cercano en cifras al Snapdragon 821.

Se acabaron los saltos de potencia a lo grande, y eso no es malo.

Las diferencias van más allá de los números

Entonces, si los nuevos teléfonos apenas han tenido evolución en potencia ¿Son los móviles de 2017 una completa estafa? Oye, no nos equivoquemos.

Que los procesadores se estanquen en rendimiento no es una mala noticia, y es que la razón de que hayamos llegado a este punto es que ya contamos con un rendimiento sobresaliente en los procesadores de alta gama. ¿Tiene este estancamiento algo bueno? Pues sí, y mucho más de lo que parece, especialmente en la gama alta.

Al final todos querrán apostar por un software que nos ayude en el día a día.

Lanzar el terminal más potente ya no es un motivo de peso para elegir entre un teléfono u otro, y reducir los precios de venta tampoco es una buena idea para desmarcarse, ya que en la calidad/precio existen demasiados jugadores ya.

De repente, los fabricantes parecen haberse olvidado de los números, centrándose más en qué pueden conseguir con la tecnología.

Las apuestas de cada fabricante, explicadas brevemente

LG: La compañía ha decidido apostar por un cambio radical en diseño y en una pantalla casi sin bordes.

Samsung: Las pantallas con curvas, su nueva apuesta en terminales casi sin frontal. Samsung Bixby y DeX.

Moto by Lenovo: La apuesta por módulos útiles y sobre todo, fáciles de utilizar.

Sony: Innovaciones en fotografía, como grabación en ultracámara lenta a 960FPS.

Huawei: Aplicando inteligencia artificial a los procesadores son capaces de mantener el rendimiento al máximo durante al menos dos años sin que exista una penalización.

Gama alta de 2016 vs 2017

Año tras año, la potencia ha sido uno de los principales factores para elegir un móvil u otro, y es que para el consumidor es muy importante apostar por el mejor valor para su presupuesto.

Si las nuevas características que incluyen estos nuevos teléfonos no te interesan, quizás te merezca más la pena adquirir un tope de gama del año pasado, ya que tal y como podemos ver las diferencias en potencia ya no son un factor diferencial en la gama alta de este año.

Evidentemente, tenemos que tener en cuenta algunos factores importantes, y es que al tratarse de terminales que ya llevan un año, su soporte de actualizaciones será más escaso, recibiendo Android O como última versión.