La eliminación del jack de 3.5mm, a cambio del USB-C, nos trae la batalla del audio digital contra analógico. ¿Cúal de las dos opciones es mejor?

Ya conocéis de sobra la batalla entre el viejo jack de 3.5 milímetros y el nuevo USB de tipo C. Ante la aparición del nuevo conector, y la posibilidad de que este transmita audio, algunos fabricantes se han saltado a la piscina, y se han atrevido a retirar el viejo conector de sus teléfonos.

Estas elecciones no han estado exentas de polémica. Los usuarios nos hemos fijado mucho en este sentido, y hemos alzado la voz. A muchos les parece el futuro, y a otros tantos les molesta la desaparición del conector. ¿Pero qué ocurre desde el lado técnico? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de eliminar el jack de 3.5 mm? ¿Es esto una batalla de audio digital contra analógico?

El jack de 3.5 mm, un viejo conocido desde los años 70

Para hablar del conector de audio analógico nos tenemos que remontar al siglo XIX, a la invención del teléfono. Su primera aparición fue en las centralitas de telefonía. ¿Recordáis aquellos cables que tenían que conectar los operadores para realizar las conexiones entre diferentes teléfonos? Pues lo que enchufaban eran cables jack, que llevaban el sonido analógico de un lado a otro.

No hace falta decir que, a partir de aquello, el jack de 3.5mm se ha extendido como la pólvora. Además de servir en telefonía, juega un papel indispensable en la producción de sonido y música. Por no decir todos los dispositivos comunes que lo llevan. Quizás su explosión en popularidad vino de la mano del Walkman de Sony, lanzado en 1979. Además de que el jack de 3.5 mm se diseñó para ser usado en radios a transistores, y se ha convertido en un estándar a día de hoy.

En cualquier caso, estamos hablando del conector eléctrico más antiguo que todavía se sigue usando. Nuestros smartphones, portátiles, tablets, altavoces, equipos de sonido, y un largo etcétera lo utilizan como si fuese el primer día. Incluso se sigue innovando con el jack: se ha utilizado para teclados, alimentación eléctrica, e incluso procesamiento de pagos.

USB-C: un conector para todo, incluido el audio

Pero la tecnología avanza, y un buen día de agosto de 2014 se presentó la especificación USB Type-C Specification 1.0. Además de presentarnos posibilidades que ya conocemos, como transferir electricidad para carga o vídeo en resoluciones descomunales, también vino con la posibilidad de transferir sonido. Y aquí es cuando comienza toda la historia.

Gigantes de la industria como Intel ya empezaron a especular con la posibilidad: teléfonos más finos, mejor calidad teórica de reproducción y funciones mucho más avanzadas para los auriculares. Incluso un servidor recuerda debatir este tema en el Mobile World Congress 2015, antes de que cualquier fabricante se atreviera a dar el paso.

Y entonces fue cuando los fabricantes se empezaron a atrever. El primero en dar el paso fue Lenovo con el Moto Z. Pero el gran acontecimiento fue la retirada del jack en el iPhone 7. Una decisión que llevaba meses entre los rumores y filtraciones, pero que tuvimos que esperar a ver confirmada para empezar a creérselo. Y si quieres jack con alguno de estos teléfonos, mala suerte, te toca tirar de auriculares.

De analógico a digital: no sólo supone cambiar un conector

Hay que tener cuidado con este tema porque no sólo estamos hablando de un cambio de conector. Estamos hablando de que el sonido dejará de salir del teléfono como analógico para hacerlo como digital. Y esto significa que el chip que realiza la conversión digital-analógica (DAC) dejará de estar en el teléfono, pasará a estar en el auricular.

Ahora mismo no os tenéis que preocupar por eso: los teléfonos siguen llevando DAC. El motivo es que los adaptadores de USB-C a jack lo necesitan para que funcionen, por lo que no han eliminado esta circuitería todavía. Pero es cuestión de tiempo que los fabricantes lo hagan, con tal de ahorrarse costes y grosor. Y ahí es cuando empezaremos a tener problemas de verdad.

Lo bueno del USB-C

+ | Los buenos auriculares se escucharán mejor (y serán mejores)

Al trasladar la circuitería de reproducción al auricular, los auriculares caros y de calidad podrán mejorar su calidad de sonido, sin importar el smartphone al que estén conectados. La conexión USB-C también permite compartir datos, así que estos auriculares también podrían hablar con el teléfono para mejorar sus funciones, o incluso conseguir nuevas.

+ | Los auriculares podrán ser más fiables en funcionamiento

Al acortar la distancia que recorre el sonido analógico, y digitalizar todo, la teoría indica que los auriculares serán más fiables. Habrá menos interferencias entre el sonido original y lo que escuchamos. Y, en general, el auricular debería ser capaz de funcionar mejor.

+ | Los teléfonos podrán ser más finos y baratos

Por supuesto, la ventaja que han estado esgrimiendo los fabricantes. Al ahorrarse el conector, y ahorrarse toda la circuitería que conlleva el jack y el DAC, el fabricante no sólo está ahorrando en grosor: también está ahorrando en costes. Aunque estos, en realidad, se trasladen al auricular.

Lo malo del USB-C

– | Los malos auriculares se escucharán (aún) peor

Hemos hablado de que los fabricantes de calidad se van a beneficiar de esto, aplicando buena circuitería y buenos DAC en sus auriculares. Lo que no hemos dicho es que los auriculares baratos, aquellos que más usa el usuario común, no van a tener esa calidad en piezas. Y se van a escuchar peor que antes en comparación.

– | El USB-C sólo va a traer ruido en marketing

Aprovechando que existe un nuevo estándar, y que la especificación no está del todo clara, los fabricantes van a hacer mucho ruido con que su sonido es mejor. Ya teníamos gran calidad con los teléfonos con jack y sonido analógico, podéis ignorar sin miedo a todos los fabricantes que vengan con ese mantra.

– | Decidle hola al DRM

Todo un clásico. Si ahora el sonido es digital, y el auricular puede (y debe) hablar con el teléfono, ¿qué le impide a un fabricante o estudio que no puedas usar unos determinados auriculares? La falta de respuesta es el sueño húmedo de la industria de la música. Y para los que duden de esto, pueden comprobar qué pasó cuando saltamos al HDMI con su bonito HDCP.

– | Adiós a tus auriculares de siempre, a menos que quieras un adaptador/DAC

¿Quieres usar tus auriculares de siempre, esos que llevan un jack de 3.5 milímetros? Mala suerte, te toca cargar con un adaptador. Y ese adaptador se encarece cuando tu teléfono deja de llevar DAC y tenga que hacer la conversión. Porque los teléfonos, tarde o temprano, se van a ahorrar ese coste. Y te lo van a trasladar a ti y a tu bonito adaptador.

La otra opción, y prácticamente lo que va a ser un adaptador a partir de entonces, sería comprar un DAC externo. Pero ya estamos añadiendo complejidad y trastos que cargar con nosotros.

– | Nadie había pedido esto

Y lo mejor de todo: creo que nadie está pidiendo teléfonos más finos de lo que son ahora mismo. Está más que demostrado que los usuarios queremos mejor rendimiento, mejor duración de batería, mejores funciones. Como bien dice Nilay Patel para The Verge, ¿por qué no votamos con nuestros euros?

Ante el atrevimiento de Apple, todos miramos a Samsung

En cualquier caso, Apple ya ha movido ficha. Y otros fabricantes también lo han hecho, pero no nos vamos a engañar: todos estamos mirando qué hará Samsung. Su decisión en este asunto, en qué llevará el próximo buque insignia coreano, puede condicionar por completo el mercado en los próximos meses.

Por una parte, a Samsung no le ha dado miedo ser radical con sus propuestas. Han tenido triunfos, como la gama Note, que han sido fruto de arriesgarse. Así que, si creen que esto es el futuro, no van a dudar en matar al jack de 3.5 milímetros. Pero, por otra parte, es la oportunidad perfecta para que Samsung se desmarque de Apple. No hay mejor momento para llegar diciendo «mirad, tenemos el jack, todos los conocemos y a todos nos gusta, y ellos no». Y más cuando Samsung ha comprado AKG, un gigante del sonido profesional.

Llegados a este punto, sólo nos queda esperar. ¿Qué creéis que pasará?