Las aplicaciones son servicios, y tienen que adaptarse a la realidad de cada momento. Pero muchos cambios en las aplicaciones molestan a sus usuarios.

Hasta hace unos 15 años las personas que usaban aplicaciones informáticas lo hacían en ordenadores y las actualizaciones y cambios no eran para nada algo normal. Esto es así porque antes de que Internet se hiciera masiva las actualizaciones eran mucho más complicadas.

Desde que hay un ordenador en cada bolsillo las aplicaciones son algo con lo que convivimos día a día y eso nos hace también lidiar con sus actualizaciones. El problema viene cuando los cambios que conllevan las mismas no son del agrado de muchos.

Estados de WhatsApp, el último caso

Son muchos los casos de cambios en aplicaciones que hemos visto que no han gustado pero el más reciente se dio ayer mismo, con la expansión de los nuevos Estados de WhatsApp, que cambian dos aspectos de la aplicación: perdemos la pestaña de contactos y los antiguos estados.

Hay personas, como yo, que no usaban ninguna de las dos opciones y para las que la nueva opción viene a ser una pestaña más que ignoraremos como antes ignorábamos la de contactos.

Sin embargo hay muchos a los que les supone un pequeño gran problema.

Esto ha indignado a muchas personas que han protestado en las redes sociales o con amigos ya que no veían necesaria la inclusión de esos estados y que ven cómo la usabilidad de la aplicación cae para su uso concreto.

Hay aplicaciones y aplicaciones

Los cambios se dan en muchas aplicaciones. Un ejemplo más fuerte que el mencionado fue FourSquare, que literalmente cambió el foco para ser una aplicación de comentarios de locales a dividirse en dos diferentes. También lo hemos visto a menor escala con aplicaciones como Tourist Eye.

El problema no es tanto que una aplicación cambie mucho como que lo haga una cuyo foco central son usuarios que no están tan al día de estos movimientos.

Al poco de actualizarse la aplicación mi padre me envió el mensaje que leéis en la imagen superior. Para él no hay cosas nuevas en la acualización, o al menos no le interesaban, el cambio es que ahora no sabe cómo buscar sus contactos.

En algunas aplicaciones los cambios son un DRAMA

Yo tardé 1 minuto en averiguar que ahora había que buscar en la lupa y en decírselo pero mucha gente verá esto como una incomodidad. Si tu aplicación es usada por cientos de millones de usuarios prepárate para que cualquier cambio sea un gran contratiempo.

Esto será así y no podéis cambiarlo

Si eres de esas personas que se queja de que Instagram ahora tenga vídeos y que las historias roben el protagonismo a las fotografías (yo mismo) o de las que no quiere que WhatsApp meta los estados tienes dos opciones.

La primera es asumir que eso va a ser así y no puedes hacer nada por evitarlo. La segunda es dejar de usar la aplicación.

Puedes aguantarte… o aguantarte. Tú elijes

Efectivamente, en realidad lo segundo no es una opción, al menos en aplicaciones como WhatsApp que usan más del 90% de los españoles con smartphone así que las opciones se reducen a una: aguantarse.

Las aplicaciones son empresas

El que usemos tanto las aplicaciones móviles y lo entendamos como una parte de nuestra vida no tiene que hacernos perder el norte. Las aplicaciones son empresas, y buscan aumentar su beneficio.

Para ello deben adaptarse a lo que demande el mercado, y esto será lo que busque la mayoría, o al menos la parte que menos probable es que abandone una aplicación por cambios.

Y si para eso tienen que convertir su producto en algo que es muy parecido a la competencia, pues lo harán, aunque a nosotros no nos guste.