La tecnología une a todos los que disfrutamos con ella. Tanto da que seamos amantes de los móviles como de los ordenadores, wearables o de cualquier otro artefacto con chips en las tripas: todo lo «tech» llama nuestra atención. Y si es tan grande como un coche, la curiosidad suele acelerarse.

La tecnología alcanza todas las vertientes de nuestra vida. Su evolución ha sido tan rápida como la aceleración de un Tesla, pero aún se encuentra con piedras tan grandes en el camino como la capacidad de las baterías. Éstas no avanzan tan rápido como el resto de la tecnología, son su «cuello de botella»; y afecta a la mayor parte de dispositivos, sean del tamaño que sean.

Las baterías lastran la duración de los smartphones y también de los vehículos eléctricos. Quizá pienses que poco tienen que ver unos con otros, pero basta con adentrarse en el mundo de los Tesla, Leaf y compañía para descubrir sus similitudes; que son unas cuantas. Empezando por el gesto de enchufarlos a la corriente.

Los móviles mejoran gracias a los coches eléctricos

Móvil y coche eléctrico acercan sus posturas en mayor medida de lo que parece. Aparte de que ambos funcionan con electricidad y de que forman parte de la última tecnología, necesitan una batería que les supla de energía constante.

La base de ambos dispositivos, por más que sean muy distintos en apariencia, es la misma. La principal limitación también: las baterías tienen poca capacidad y un ciclo de vida demasiado pequeño. En un móvil puedes cambiar la batería sin excesivos problemas, incluso siendo unibody. Para un coche es un dolor de cabeza. Y de cartera.

Cambiar la batería de un coche eléctrico supone un desembolso de unos 9.000 euros

La capacidad de las baterías en los coches eléctricos ha avanzado, también la velocidad a la que se cargan. Estos avances son viables gracias al enfoque de todos los fabricantes por solucionar el problema, especialmente en el sector automovilístico: después de años esperando, el paso por abandonar el combustible fósil ya se ha dado. Aún tímido, pero se dio. Y con decisión.

Además de mejorar las baterías en los coches, también mejoran en smartphones y resto de dispositivos móviles. Los coches eléctricos espolean la investigación en el campo del almacenamiento de electricidad. Y no es casualidad que los mayores fabricantes sean viejos conocidos de Android: Panasonic o LG.

Panasonic es el mayor fabricante de baterías para coche eléctrico; el segundo es BDY

Sé que sientes tanta curiosidad por el mundo de los coches eléctricos como yo. ¿Alguna vez pensaste en comprar uno? Yo estuve a punto. Así que me dije: ¿por qué no reunir todo lo que hay que saber de ellos en un sólo artículo? Dicho y hecho, empecemos.

¿Qué hay que saber de un coche eléctrico?

Englobar todo lo necesario en unos cuantos puntos es una tarea complicada. Por fortuna, los coches eléctricos son bastante más sencillos de lo que parecen. Por contra, al romper con lo establecido plantean muchas dudas y reticencias de todo el sector.

Los coches eléctricos son, actualmente, más costosos de fabricar que los térmicos

Hablar de un coche eléctrico es hablar de un vehículo que está movido al 100 % por motores que funcionan con energía eléctrica. Dentro del mercado hay distintos modelos de coche híbrido que también poseen motores eléctricos, pero su funcionamiento se combina con motores de gasolina. Actualmente, los coches 100 % eléctricos carecen de motores de combustión; aunque hay excepciones, como el Opel Ampera y su batería extendida: un pequeño motor aparte carga las baterías del coche en caso de necesidad.

Ya he dicho que la principal limitación de los vehículos eléctricos son sus baterías. De ahí que lo primero que debes saber de ellos se centre en este componente.

Las baterías de los coches eléctricos

Ya las conoces, estás acostumbrado a lidiar con ellas en el móvil. Cuando bucees en las características de un coche eléctrico encontrarás la capacidad de las baterías en kWh y la autonomía máxima a la que pueden llegar con una carga máxima. Debes tener en cuenta que dicha autonomía siempre estará tomada en circunstancias controladas, por lo que debes calcular a la baja. Mucho.

Al estar basadas en tecnología de iones de litio, las baterías de los coches eléctricos se degradan con el tiempo. Esto implica que irás recorriendo menos kilómetros con sucesivas cargas. Todos los modelos garantizan las baterías por encima de los cinco años, pero dicha garantía no cubre la degradación. Con el tiempo toca cambiarlas sí o sí.

Dado que la batería es la que encarece el coche, y que hay que pensar muy bien cuál es el uso que le darás al vehículo, debes tener un primer dato en mente: los coches eléctricos sufren en recorridos diarios de más de 100-150 km. Algo a favor es que la autonomía va creciendo conforme se asientan los modelos: debes asegurarte de que tu coche disponga de una batería acorde (no recomiendo mirar por debajo de 30 kWh).

Tras el primer revés con la autonomía, y teniendo en cuenta que están pensados especialmente para ciudad, toca decidirse: ¿batería en régimen de compra o de alquiler? La diferencia no sólo está en el precio.

  • Compra de batería. Igual que ocurre en la adquisición de cualquier vehículo, lo que pagas es lo que sacas del concesionario; eso incluye la batería, por supuesto. De entrada, un coche eléctrico con batería en régimen de compra suele ser un 30 % más caro que con la batería en alquiler. Pero no tendrás ningún gasto añadido cada mes aparte de la financiación (de necesitarla).
  • Alquiler de batería. Conscientes de que son el elemento que más encarece el precio final, los fabricantes decidieron vender el coche sin la fuente de energía; cobrando mensualmente su uso, igual que la compañía telefónica te cobra cada mes la línea. Lo que en un principio parece interesante dado que la barrera de acceso es menor, obliga a un gasto mensual que ha de contratarse en función de los kilómetros que se hagan. ¿Resultado? El coste de uso suele salir superior al consumo del mismo vehículo con motor de combustión. Si haces muchos kilómetros, y con ello más ciclos de carga, quizá te compense apuntar al alquiler: de esta manera siempre tendrás la batería en óptimas condiciones.

Un último punto a tener en cuenta es el cambio de la batería, ya sea por degradación o porque la marca te ofrezca una actualización. Dependen del fabricante, modelo y capacidad, pero los precios suelen fijarse entre los 6.000 y 9.000 euros.

La motorización en los coches eléctricos

Los motores de los coches eléctricos son sumamente «sencillos». Igual que cualquier otro motor alimentado por electricidad, como los de un Scalextric, funcionan creando un campo magnético en las bobinas del rotor que reacciona con los imanes situados en el estator, la cara interna del propio motor. Alternando la polaridad de la carga se consigue que el vehículo montado sobre los motores vaya hacia adelante o hacia atrás gracias al campo magnético creado.

En comparación, los motores eléctricos son sumamente simples; lo que redunda en un menor gasto en reparaciones

Los coches eléctricos son mucho más eficientes, poseen mayor respuesta a la aceleración y son capaces de ejecutarla de manera más explosiva. Un Tesla Model S P100D (la versión más potente) acelera de 0 a 100 % en 2,6 segundos. Uno de los coches térmicos que más se le acercan es el Bugatti Chiron: de 0 a 100 en 2,5 segundos; un Formula 1 acelera en poco más de dos segundos.

Los motores en los coches eléctricos van desde los 75 CV del Smart ForTwo Electric Drive a los 422 CV de la versión más potente del Tesla Model S. El consumo no tiene por qué ser exponencial dada la eficiencia natural de los motores eléctricos, por lo que se pueden obtener buenos ratios de velocidad y de ahorro con cualquiera de los vehículos vendidos. Es una de las mayores ventajas frente a los coches térmicos.

Recarga

El coche eléctrico necesita electricidad para moverse. Bajo esta perogrullada se esconde un dilema que se ha de resolver antes de adquirir uno de estos vehículos: ¿dónde vas a cargarlo? La duda implica más de lo que parece.

Antes de comprar hay que tener claras todas las posibilidades de carga

En esencia un coche eléctrico es igual que un móvil, por lo que ya imaginas cómo debe ser el proceso de carga: enchufarlo a la corriente cuando haga falta. Esto se traduce en enchufarlo siempre que te sea posible, ya sea a través de un enchufe corriente como en un punto de recarga. Las opciones son:

  • Enchufe corriente. La mayor parte de marcas suministra un cable apto para conectar el coche eléctrico a un enchufe normal. Depende de la potencia que tengas contratada en casa (o en el local donde enchufes el vehículo) se cargará más o menos rápido, pero lo habitual es que el tiempo con enchufe sobrepase las 10 horas.
  • Wallbox. Es un punto de recarga doméstico. La marca debe instalarte un Wallbox en tu domicilio como parte de la compra, es un descuento brindado por el Gobierno de España. Muchas ofrecen el descuento de la instalación para que así el coche resulte más económico: su coste es de unos 1.000 euros. Además, deberás contratar mayor potencia con tu proveedor eléctrico.
  • Punto de recarga exterior. Los habrás visto en muchas ciudades: son estacionamientos donde puede enchufar el vehículo para que se recargue de manera más rápida. El mayor problema es que no existe un número muy alto de estos puntos en España, principal inconveniente de los viajes largos en coche eléctrico. Marcas como Nissan tienen puntos de recarga rápidos en muchos concesionarios. Tesla también está expandiendo su red en España para sus propios vehículos.

Si vives en una vivienda aislada no tendrás mayor problema a la hora de instalar un Wallbox. En el caso de que guardes tu coche en el parking debe saber que la comunidad está obligada a permitir la instalación de dicho Wallbox. Si piensas aparcar tu coche fuera, necesitas un punto de recarga cerca o que en el garaje de tu trabajo exista la opción de recargar. Piensa que un coche es como un smartphone: lo más normal es que debas alimentarlo a diario.

Éstos son los tiempos de recarga para una batería estándar de 40 kWh. Corresponden a la última versión del Renault Zoe, pero son extensibles al resto de EV.

Coste de recargar un coche eléctrico

Llegamos al meollo del artículo: ¿cuánto cuesta realmente alimentar a un coche eléctrico? ¿Es tan económico cuando se compara con un vehículo térmico? Grosso modo, siempre tendrán un gasto menor en comparación. En él influye desde si hemos contratado alquiler de batería a la hora en la que recarguemos el coche en nuestra casa o si hemos optado por pagar un punto de recarga rápida.

La mejor manera de saber cuánto consumirá el coche eléctrico que te compres es calcularlo mediante la calculadora de Cevne. En este artículo de Xataka encontrarás una hoja de cálculo donde también tienes la opción de analizar tu futura compra. Y este análisis sobre el BMW i3 de Seis en Línea también es muy útil.

Un coche eléctrico gasta en torno a 2-3 euros cada 100 km (sobre los 12 kWh de consumo). Un coche diésel suele consumir unos 5 litros de gasoil de media cada 100 kilómetros, lo que se traduce en unos 5,5 euros aproximadamente. El ahorro en gasto supone más de un 50 %; aunque, como es evidente, influyen otras circunstancias.

  • Al coche eléctrico le afecta mucho más la temperatura. Si el clima del exterior es extremo el gasto subirá.
  • El vehículo térmico sufre en entornos urbanos con las paradas y acelerones.
  • El coche eléctrico consume en exceso por vías rápidas. A eso hay que sumarle la climatización: la autonomía media se reduce notablemente, redundando en el gasto.

Por más que las comparaciones sean muy variables, no se puede dudar de la mayor economía del coche eléctrico; y su impacto ambiental es menor dada su eficiencia energética. Amortizar uno de estos vehículos es factible en unos 8 años. Aunque la degradación de la batería suele implicar un cambio antes de esa fecha, lo que desnivela la balanza.

Los mejores coches eléctricos para comprar

La gama de vehículos movidos exclusivamente por electricidad (EV) aún es bastante justa, pero combina la suficiente amplitud como para poder elegir con soltura. Casi cada marca tiene su coche eléctrico o está en el proceso de conseguirlo. Algunas marcas poseen en catálogo varios modelos y otras sólo fabrican eléctricos (Tesla, por ejemplo).

Coche eléctrico es casi sinónimo de Tesla, pero comprar uno es demasiado difícil

Desear un vehículo eléctrico lleva a Tesla. Pero hay que ser realistas: además de que resulta complicado tener uno si no se vive en Estados Unidos, los modelos actuales son demasiado caros. Más allá de ellos, existe una selección lo bastante accesible como para cubrir todas las necesidades, monetarias incluidas.

  • Nissan Leaf. Sin duda el EV más conocido por todos y uno de los que abrió la senda a la viabilidad comercial de los 100 % eléctricos. El tener experiencia le vale a Nissan para ofrecer una buena gama de equipaciones; con dos modelos de batería para que puedas elegir el mejor precio acorde a tus necesidades. La batería de 30 kWh aporta una autonomía de 250 km teóricos. El precio de la versión base de Nissan Leaf es de 29.235 euros sin ayudas.
  • Renault Zoe. Otro de los encargados de popularizar el coche eléctrico en Europa. Y primera marca que apostó por abaratar la compra ofreciendo las baterías en alquiler. Actualmente también disponen de opción a compra además de distintas versiones según la capacidad de la batería. Lo recomendable es comprar el Renault Zoe con su nueva batería de 41 kWh con una autonomía estimada de 400 km. El modelo más básico es el Zoe Entry Alquiler con un precio de 22.125 euros antes de ayudas.
  • Opel Ampera. Este modelo es el famoso Chevrolet Volt adaptado a Europa de la mano de la filial alemana de General Motors. No es EV al 100 % en los términos que he expuesto en este artículo, pero sí que funciona de esta manera; aunque Opel introduce un motor térmico a gasolina para recargar la batería de 15 kWh en caso de necesidad (no es híbrido, es un eléctrico enchufable con autonomía extendida). Es capaz de realizar más de 500 km gracias al motor que recarga la batería. Su precio parte de los 39.900 euros sin ayudas.
  • BMW i3. Que una marca como BMW se apunte a los coches eléctricos dice mucho de la apuesta general de toda la industria. Y el BMW i3 es una apuesta aganadora: aparte de ofrecer toda la categoría del fabricante alemán, este modelo dispone de potencia y de autonomía. Dos baterías distintas a elegir: 22 kWh y 33 kWh (con la segunda promete más de 300 km con una carga). Además, el BMW i3 dispone de la versión REX que, igual que el Opel Ampera, añade un motor térmico para mejorar la autonomía en el caso de que los enchufes queden demasiado lejos. El precio del modelo básico es de 35.500 euros antes de ayudas estatales.
  • Volkswagen e-Golf. Uno de los EV más atractivos en la actualidad que sigue la línea del modelo más famoso de Volkswagen después del «escarabajo». El e-Golf tiene un motor de 115 CV con una batería de 26 kWh; lo que le da una autonomía estimada de 190 km por carga. Su precio es de 36.850 euros antes de ayudas.
  • Kia Soul EV. La versión eléctrica del Kia Soul ofrece muy buena relación en términos de calidad y de precio. Equipado, cargado con la tecnología necesaria para aumentar al máximo la autonomía y con una batería que se queda algo corta en este último punto: 27 kWh. Otra particularidad de la batería es que deberemos alquilarlo por el tiempo que dura la garantía: 7 años. El Kia Soul EV posee un motor de 110 CV y se ofrece en dos versiones: con carga rápida CHAdeMO y con carga normal. La versión base con carga estándar se sitúa en los 32.480 euros antes de ayudas.
  • BYD E6. BYD es una marca china muy poco conocida que, en la actualidad, vende más vehículos eléctricos alrededor del mundo que ninguna. Desde autobuses a coches híbridos; pasando por los eléctricos, claro. Hay concesionarios en España que comercializan el BYD E6, automóvil 100 % eléctrico de la marca. 90 kW de potencia, autonomía de unos 300 km por carga (batería de 30 kWh), velocidad punta de 140 km/h y un precio que ronda los 45.000 euros antes de ayudas.
  • Tesla Model 3. El llamado «Tesla económico» tiene una lista de espera enorme. Y un plan de puesta a la venta que comienza en el 2017 para saltar a las calles en el 2018. Ha levantado enormes expectativas por bajar de los 60.000 euros sin que prescinda de todo lo mejor del fabricante. Incluso será compatible con el renovado modo Autopilot, con lo que se convertirá en un vehículo 100 % autónomo. Su precio base es de 35.000 dólares.

Un punto importante es que los vehículos actuales están viendo renovadas las capacidades de sus baterías. Fabricantes como LG Chem han optimizado las capacidades en sus celdas hasta conseguir mayor autonomía con menos espacio. Estas baterías ya se encuentran en el Renault Zoe, por ejemplo. Se espera que también lleguen al Nissan Leaf y resto de fabricantes de coches eléctricos. Como es un campo en constante evolución, conviene adquirir el vehículo con la mejor batería posible.

Mitos de los coches eléctricos

Ya hemos visto algunos de los problemas relacionados con este tipo de vehículos. La autonomía es su principal hándicap y el precio de las baterías consigue que paguemos más por comprarlas o que empeñemos el dinero alquilándolas. Esto es más o menos conocido, pero hay muchos mitos rodeando a los coches eléctricos.

  • Utilizan energía limpia. Es cierto que la energía eléctrica es más limpia que cualquier derivado del petróleo, pero también se utilizan los hidrocarburos para generar la electricidad. La eficiencia del motor eléctrico está fuera de toda duda: genera menos CO2 que todo el que se vierte a la atmósfera para producir energía, pero la industria eléctrica aún es muy contaminante. Y otro punto aún más importante: producir baterías de litio no sólo contamina, también crea situaciones de pobreza y explotación en muchas partes del mundo. Algo que no sólo se achaca a los EV, también hay que remarcarlo.
  • El coche eléctrico sólo vale para la ciudad. Yo mismo he recomendado los coches eléctricos para el terreno urbano alegando la escasa autonomía que tienen actualmente los vehículos eléctricos, pero eso es algo que está condenado a desaparecer. Los coches comerciales más corrientes ya prometen autonomías reales de más de 300 km. Suficientes para que puedan utilizarse en trayectos medianamente largos.
  • Los coches eléctricos no pasan por el mecánico. La mayor sencillez de la motorización y su ausencia de combustión consiguen que los coches eléctricos pasen menos revisiones, pero sólo a nivel de motor. No hay que vigilar el aceite, el líquido del radiador, los manguitos… Pero no dejan de incluir un sistema electrónico muy complicado. Cambios de rueda, ópticas, ITV, revisiones anuales… todas se hacen igual de imprescindibles. Y no hablemos de la batería, que tarde o temprano habrá que cambiarla; con el enorme gasto que eso supone.

El coche eléctrico y autónomo: la última frontera tecnológica

La evolución automovilística no se quedará sólo en el cambio del petróleo por la electricidad, la siguiente frontera se encuentra justo delante: los coches autónomos. Saltaron a la actualidad como experimento hace pocos años, pero actualmente ya circulan por nuestras calles.

Las coches autónomos no son el futuro: actualmente ya se pueden comprar y conducir

Muchos pensamos en Google al mencionar el coche autónomo, es una de las empresas que más ha invertido en estos automóviles; al menos de manera más o menos pública. Sin embargo, muchos fabricantes introdujeron automatismos a sus propuestas, estando entre las más destacadas un nombre con una inmensa carga geek: Tesla.

Los vehículos de Tesla ya disponen del modo autónomo Autopilot 2.0. De hecho, el fabricante de coches eléctricos ha anunciado que todos los que venda a partir de ahora contarán con el hardware adecuado para la conducción autónoma. No son coches aún mayoritarios, pero sí están marcando la tendencia a seguir en la conducción sin ayuda humana. Y, por supuesto, son el referente en los coches eléctricos.

El modo Autopilot 2.0 de Tesla es 100 % autónomo y ya está disponible en todos sus vehículos

Coches que frenan solos al detectar un peligro delante, que cambian de carril si el conductor invade el contrario por despiste, vehículos capaces de adaptar la velocidad a las condiciones de la carretera… Todos estos avances, impensables hace diez años, equipan los coches comerciales que se pueden comprar en cualquier concesionario. Que conduzcan de manera autónoma sólo es un pequeño paso. Eso sí, costará mucho tiempo aceptar a este tipo de vehículos en nuestras carreteras.

El coche eléctrico y autónomo no es la panacea. Es una evolución importante con respecto a los vehículos térmicos, pero no podemos considerarlos como el avance que solucionará los problemas ambientales, energéticos y de saturación en las grandes ciudades. ¿Vale la pena tener un coche? En gran parte de las circunstancias, no. ¿Y que éste sea eléctrico? Este punto es algo dudoso, pero yo diría que aún es pronto.

Después de considerarlo en profundidad, me decanté por un vehículo híbrido. Confieso que un Toyota Rav4 ha sido un capricho (demasiado grande para que el gasto sea realmente económico), pero sí recomendaría un Toyota Yaris o, incluso, un Auris. En su motorización híbrida aportan la economía de la electricidad por ciudades y el motor térmico de gasolina para grandes desplazamientos. Por experiencia propia puedo decir que, ahora mismo, este tipo de motorizaciones son una buena decisión.