Una de las novedades destacadas del iPhone 5S, allá por septiembre de 2013, fue que partió hacia las Apple Store con un lector de huellas dactilares en el botón de inicio. Apple se dio el mérito de innovar en este sentido, y no hay muchas dudas sobre que este movimiento animó al resto de fabricantes a integrarlo en masa en sus dispositivos, pero la compañía de la manzana no fue la primera que integró un lector de huellas en un móvil.

Seguro que muchos habéis pensado en el Motorola Atrix, aunque ni Motorola se acordase del Atrix cuando se presentó el iPhone 5S: se estrenó en 2011, en la época de Gingerbread -qué tiempos-, y ya llevaba un lector de huellas que nos servía para desbloquear el teléfono y proteger datos. No vais desencaminados, el Atrix es el primer Android que se atrevió con los sensores de huellas, cuando eran más rudimentarios que los actuales.

Sin embargo, el Motorola Atrix tampoco es el primer teléfono que incorpora un lector de huellas para aumentar la seguridad. Para encontrar el teléfono con ese mérito tenemos que irnos incluso antes de que Android o iOS salieran a la luz y se hiciesen con el mercado, cuando tener un smartphone era algo que sólo unos pocos profesionales se podían permitir y Windows era el sistema operativo líder.

HP iPAQ H5455, el primer Pocket PC con lector de huellas

Para encontrar al primer teléfono con lector de huellas tenemos que volver a la época de las Pocket PC, aquellas PDA que llevaban Windows y que se veían bastante por entornos profesionales. HP fue uno de los grandes fabricantes de estos dispositivos junto a otras marcas como HTC y Palm. Muchos os acordaréis de las iPAQ, esa gama de PDAs que comenzó Compaq y que continuó HP tras la adquisición.

Entre todas esas iPAQ tenemos a una que salió al mercado el 10 de diciembre de 2002 estrenando un lector de huellas dactilares, justo debajo del redondel central en forma de línea. Decidle hola al HP iPAQ 5455, un cacharro que para 2002 tenía una especificaciones de primer nivel:

  • Pantalla resistiva de 3.78 pulgadas (240 x 320 píxeles)
  • Procesador Intel XScale de 400MHz
  • 64MB de SDRAM y 48MB de ROM
  • Slot para tarjetas SD/MMC
  • WiFi, Bluetooth, cifrado de datos y sensor de huellas
  • Windows Pocket PC
  • Batería intercambiable con 12 horas de uso

El sensor de huellas funcionaba en combinación con la contraseña para el bloqueo de Windows, de tal forma que los datos de la PDA estuviesen a salvo de ojos ajenos. Podíamos o usar sólo la huella dactilar para iniciar sesión, o forzar el uso de un PIN junto a la huella dactilar. Los datos se eliminaban si intentábamos acceder demasiadas veces sin éxito, e incluso podíamos definir la sensibilidad del sensor de huellas.

Ahora valoramos nuestra privacidad y encima la huella dactilar es mucho más rápida que introducir un PIN o una contraseña, pero por aquel entonces los profesionales a los que iba dirigida esta PDA valorarían este plus de seguridad biométrica mucho más que un usuario común.

HP, ¿pionera en lectores de huellas?

Además de la iPAQ 5455, la iPAQ 5500 mejoró las características técnicas de esta y siguió integrando el sensor de huellas dactilares, siendo más popular que su hermano pequeño. También existen referencias de la HP iPAQ hx2700, la cual salió en 2006 y también lleva un sensor de huellas similar a los encontrados en las 5455 y 5500.

Por desgracia, ya sabéis cómo acaba esta historia: los dispositivos con Windows Mobile se fueron a pique ante la llegada de lo que conocemos ahora como smartphones, primero con los iPhone y después con Android, y hemos tenido que esperar hasta 2011 para ver un sensor de huellas en un Android, aunque ha sido en el último año cuando los hemos visto implementados de verdad.

Así que ya sabéis, la próxima vez que escuchéis decir que el primer sensor de huellas dactilares en un móvil es el de un iPhone o el de un Motorola, sabréis que están equivocados, ese honor le pertenece a un PocketPC HP de hace 14 años.