La operación llevaba un tiempo gestándose, pero la compra de Yoigo por MásMóvil ya es una realidad. La operadora de la Verdad de la buena (más tarde sería Verdad Verdadera) se nos ha hecho mayor de edad, y nos guste o no ha llegado el momento de que pase a las manos de una empresa que se está haciendo con un catálogo de compañías telefónicas cuanto menos interesante (recordemos que hablamos de una operadora que también ha comprado Pepephone).

Pero, pase lo que pase de aquí a unos meses, lo que nadie podrá poner en duda es que a Yoigo le debemos la introducción del concepto «low-cost» en el mercado de la telefonía móvil. Hasta su llegada, las operadoras móviles en España se diferenciaban poco más que por el color, tal y como Yoigo supo transmitir en uno de sus primeros anuncios.

Yoigo aterriza en España el 1 de diciembre de 2006

2006 fue el año en el que Vodafone, Movistar y Orange se despertaron de su sueño. Carrefour Móvil, Ya.com, Tele 2, Happy Móvil… y Yoigo; el mercado de la telefonía móvil estaba a punto de cambiar

Han pasado tantos años desde la llegada de Yoigo a España que, para empezar, tan solamente hemos encontrado una única noticia que haga referencia al estreno de la compañía en el país. Fue publicada por El Mundo, y ya en ese momento Yoigo utilizaba para su presentación la coletilla de «compañía de telefonía móvil de bajo coste«. Esa noticia apareció el día 1 de diciembre del año 2006.

Por aquel entonces, Yoigo tuvo el valor de abrirse paso en un mercado que estaba repartido entre Vodafone, Movistar y Orange, y salvo la excepcional presencia de compañías como Carrefour Móvil o Happy Móvil, las alternativas para contratar una tarifa móvil eran de todo menos variadas. E, inevitablemente, las grandes compañías tenían la sartén por el mango en lo referido a establecer los precios de sus tarifas.

Yoigo tenía como objetivo conseguir que sus tarifas pudieran caber en una tarjeta de visita… y lo consiguió

Aunque sus anuncios venían acompañados de una irritante voz, Yoigo se presentó en España con una premisa: conseguir que sus tarifas cupieran en una tarjeta de visita. Y así lo hizo, ya que independientemente de si éramos de contrato o de prepago, la compañía nos ofrecía una tarifa con llamadas nacionales a 12 céntimos el minuto (con 12 céntimos de establecimiento), 1,20€ al día por navegar desde el móvil y un consumo mínimo de seis euros al mes.

Para que os hagáis una idea de la revolución que supusieron estas tarifas, simplemente echad un vistazo a esta tabla que publicaron en Internautas.org el primer día de diciembre del año 2007. Lo que estáis viendo son las tarifas que existían por aquellos tiempos para los usuarios que quisieran navegar desde el móvil; Yoigo tenía una única y simple modalidad, mientras que Movistar, Vodafone y Orange estaban envueltos en un caos de tarifas.

Y no solamente eso, sino que las tarifas móviles de las tres grandes tenían precios que podían suponer un enorme pico en la factura. Las cuotas de Movistar podían llegar hasta los 58 euros al mes, mientras que las de Vodafone alcanzaban los 60 euros. Lo que Yoigo ofrecía era navegación sin límite (con una velocidad máxima de 384 Kbps) por un máximo de 1,20 euros al día.

Y así, tarifas sencillas de por medio, llamadas gratuitas entre yoigos por aquí, facilidades para liberar el móvil por allálas grandes empezaron a ceder. La guerra de tarifas ya no tenía vuelta atrás, y los más de 47 millones de usuarios de telefonía móvil que había allá por el año 2007 estaban viendo cómo se libraba una batalla que cambiaría para siempre el mercado de la telefonía móvil. Yoigo cometió algún que otro desliz por el camino, pero sus siguientes años en el mercado fueron una sucesión de aciertos en lo que a estrategia se refiere.

El mercado de la telefonía móvil vuelve a oler a madera, pero esta vez las operadoras de bajo coste están listas para una batalla en igualdad de condiciones

Pero en 2016 las cosas son muy diferentes. Las operadoras virtuales han comenzado a perder por primera vez cuota de mercado, y la emotiva carta de Pepephone a sus clientes dejó al descubierto que las pocas compañías de bajo coste independientes que quedan en el mercado son conscientes de que están compitiendo contra OMVs que, en realidad, son simplemente una máscara de las grandes compañías.

Parafraseando las palabras de la carta de Pepephone, tenemos que asumir que la única forma de que las operadoras de bajo coste sobrevivan pasa por aceptar que es el momento de que unan fuerzas contra los grandes. Así ha sido con Pepephone, así ha sido con Yoigo e, inevitablemente, así terminará siendo con las pocas OMVs que queden de aquí a unos meses.