Jordi Gual (Caixabank) y Luis Gallego (Iberia).

Empresas COMO LEONES

11 noviembre, 2019 01:52

Gual lidera el capitalismo humano desde Caixabank

Jordi Gual ha hecho un llamamiento a los directivos españoles para que cambien su forma de gestionar. Les pide que abandonen la mirada corta centrada en el accionista, para poner las luces largas y se enfoquen en alcanzar la máxima rentabilidad para todos sus stakeholders. Una transformación que como él mismo dice puede generar tensiones en un primer momento, pero que acaba dando grandes réditos en el largo plazo. 

Una recomendación que el presidente de Caixabank ha hecho desde la propia experiencia, dado que si algo caracteriza a su entidad es -precisamente- esa mirada a largo plazo. No hay que olvidar que el gran objetivo del banco es conseguir el mayor beneficio posible para entregar el máximo dividendo posible a la Fundación bancaria La Caixa para, precisamente, ocuparse de la 'obra social'. 

El mensaje de Gual llegaba en la XVIII Conferencia de directivos CEDE, y en una semana en la que Ana Botín lanzaba un mensaje similar a sus colegas financieros. Ideas que van en línea con los principios de la Business Roundtable el pasado verano, y que buscan recuperar la confianza de los ciudadanos en las empresas y, en último término, en el capitalismo. 

Hacer de Barajas un 'hub' que compita en Europa

Luis Gallego, presidente de Iberia, ha cerrado una jugada maestra: la compra de su gran competidor, Air Europa. Una alianza que ahora tendrá que ser ratificada por las autoridades de Competencia, pero con la que busca relanzar la aerolínea azul y, de paso, conseguir que la T4 de Barajas se convierta en un gran hub que sea capaz de competir con otros aeropuertos internacionales como el de París Charles de Gaulle o Londres-Gatwick. 

¿Cómo quiere hacerlo? En primer lugar, reforzando su posición en Latinoamérica. La operación cierra la puerta a Air France, que a partir de enero iba a aliarse con Air Europa para ganar cuota de mercado al otro lado del Atlántico. Pero Gallego podrá también servirse de las nuevas aeronaves para abrir nuevas rutas en África y Asia, sobre todo en China. 

Un movimiento estratégico que reforzará a Iberia (y por extensión a su matriz IAG), que tiene también toda la lógica industrial del mundo: a mayor tamaño, mayor capacidad de negociación a la hora de cerrar precios de combustible y mayores economías de escala. Todo un seguro en un entorno de económicamente negativo como el que se avecina.