Toshiba se ha mudado de piel capitalizando su larga historia en el mercado español, pero dando un salto para renovarse de la mano de su nueva matriz Sharp, uno de los grupos más reconocidos en el mercado tecnológico global. Emilio Dumas ha sido el encargado de pilotar el cambio de nombre para adoptar la marca Dynabook en todos sus ordenadores. Y de momento están superando la prueba con nota.

El director general de la compañía en España conoce como nadie la historia de Toshiba en nuestro mercado, por lo que la transición ha sido más fácil y natural. Un cambio que se está implantando de la mano del decálogo de la marca: sinceridad, armonía, amabilidad, creatividad y coraje, que además es la base de su relación con los clientes, empleados y proveedores. 

En su puesta de largo realizada la semana pasada en Madrid, Dumas y su equipo hicieron una gran demostración de poderío realizando una impecable presentación a clientes y proveedores, en la que dejaron claro que el desembarco de Dynabook no hará más que mejorar el legado de Toshiba. Dynabook "no es una nueva marca, sino que es un viejo conocido con un nuevo nombre". Un barco capitaneado por Dumas que comienza un camino para consolidarse como la marca líder en portátiles para el segmento empresarial. 

Quesos, variedades vegetales... la empresa cárnica Campofrío ya no quiere ser solo eso, una empresa cárnica. Quiere ser una empresa global y pretende facturar con ello 900 millones de euros en España y 2.000 millones en toda la Unión Europea.

Liderada por Pablo Soares en el sur de Europa, la compañía con sede en Alcobendas (Madrid) pero de origen burgalés busca adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores, tratando de mantenerse fuerte en los lineales no solo de los supermercados de España, sino de toda Europa. 

Campofrío, explicaba la pasada semana Soares, será "la marca que tendrá más innovación en 2020 de variedades vegetales". El reto está servido.