No le ha temblado el pulso. El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, lo ha tenido claro desde el principio y ha liderado la defensa de las gasistas ante los recortes en las retribuciones propuestos por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Una defensa a ultranza de las actuales retribuciones -o, al menos, de suavizar la propuesta del regulador- que Naturgy está llevando hasta el final, tratando de hacer la presión suficiente durante el periodo de estudio de las alegaciones, que está teniendo lugar ahora.

Postura, la de Naturgy, que contrasta con la de otras gasistas tan afectadas como la compañía que preside Reynés, como puede ser Enagás, y que están manteniendo un perfil mucho más bajo en esta lucha, más centrada en tratar de convencer a la CNMC en reuniones in extremis.

Mientras, Reynés no está dejando nada al azar. El pasado jueves, se conocía que la filial de distribución de gas de Naturgy, Nedgia, mandaría a casa a 300 empleados hasta conocer los efectos de las circulares del regulador. Un pulso al organismo que preside José María Marín Quemada que evidencia que Naturgy no tiene previsto bajar las armas.

Ana Botín cumple estos días cinco años al frente del Santander. Un tiempo en el que el beneficio ha crecido un 47%, y en el que la entidad ha empezado a liderar causas que preocupan a la sociedad como el cambio climático. 

El compromiso social del Santander ya lo inició Emilio Botín con su apoyo, por ejemplo, a la educación gracias a Universia. Ahora se ha acentuado todavía más y se abre a otros temas como el feminismo o el apoyo a la innovación y la tecnología. 

Todo ello con Ana Botín al frente de una cuidada estrategia de redes sociales que le permite estar conectada a lo que se dice en la calle. Y lo que es más importante, opinar sobre debates que preocupan a la sociedad, una nueva forma de entender el liderazgo que en los últimos días ha reabierto el debate de la forma en la que los líderes empresariales deben comunicar.