A LOS LEONES: Juan Arrizabala (Globalia) y Antonio De Palmas (Boeing España)

Empresas A LOS LEONES

18 marzo, 2019 01:15

Arrizabalaga fracasa en su intento de ganarse la confianza de los dueños de Globalia

Cuando Juan Arrizabalaga llegó a Globalia para convertirse en el número dos de la empresa, la compañía depositó muchas de sus expectativas en sus capacidades de gestión. Su trayectoria lo señalaba como un directivo con las capacidades para poner en marcha el esperado nuevo plan estratégico de la empresa. En sólo seis meses en Globalia, como si no hubiera superado un contrato de meritorio, se han dado cuenta de que no era la persona indicada.

Arrizabalaga ha sido despedido de sus funciones de forma fulminante. En la compañía ha habido un gran descontento con el trabajo realizado durante los últimos meses.  Según citan desde el grupo turístico español, el que fuera presidente de Altadis no ha estado a la altura de la labor que se le encomendó. 

Pese a que la empresa ha firmado unos resultados históricos en el primer ejercicio completo tras la vuelta de Javier Hidalgo a la empresa, la tarea de Arrizabalaga estaba centrada en la transformación del grupo. El directivo debía encontrar las guías para evolucionar el negocio de la empresa de cara a los grandes retos que el sector turístico y el de transporte debe afrontar durante los próximos años.

En este contexto, Arrizabalaga ha sido invitado a abandonar la compañía. Un final de la relación laboral entre las dos partes en la que ha reinado el enfrentamiento. Lejos de aceptar la decisión, el directivo ha salido de la empresa de forma muy poco amistosa, lo que ha contribuido a emborronar más sus últimos días trabajando para Globalia

Boeing, dirigida en España por Antonio De Palmas, debe aclarar cuán grave es la crisis del 737 MAX

Boeing está en medio de su peor crisis desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. El fabricante aeronáutico estadounidense, que cuenta en Antonio De Palmas a su máximo ejecutivo en España y para el sur de Europa, ha visto como el 737 MAX, su aeronave comercialmente más exitosa, se ha convertido en una pesadilla de incierto futuro

Los dos accidentes mortales sufridos por este modelo en los últimos cinco meses por las aerolíneas Lion Air y Ethiopian Airlines, que han dejado más de 300 muertos, han puesto en cuestión la seguridad del avión destinado a copar el mayor porcentaje del segmento de la aviación comercial más lucrativo. Las primeras sospechas sobre el accidente señalan al software de la aeronave como posible causa de origen de ambos accidentes, algo que sería fatal para la compañía.

Actualmente, el 737 MAX, acumula más de 4.600 unidades pedidos pendientes de entrega a aerolíneas de todo el mundo. Esta carga de trabajo tiene un peso sistémico en el futuro de la compañía. Algunas estimaciones, a precio de catálogo, señalan que los pedidos pendientes de este avión suponen un negocio de más de 500.000 millones de euros para Boeing. No en vano, el 33% de los ingresos de la compañía en los próximos cinco años provendrán de esta aeronave.

En este contexto Boeing necesita dar respuestas y tomar medidas firmes para no poner en riesgo su credibilidad como fabricante. Un cometido en el que el nivel de transparencia a la hora de explicar tanto las causas del último accidente, como el grado de conexión entre ambas tragedias, será fundamental para reducir la profundidad de la herida que estos sucesos dejen en el futuro empresarial de Boeing.