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El tenis español ha vivido en 2025 un año de transformación definitiva. Mientras Carlos Alcaraz ha consolidado su reinado indiscutible en la élite mundial, una generación intermedia con Alejandro Davidovich y Jaume Munar a la cabeza ha emergido con solidez y una joven promesa como Rafa Jódar ha irrumpido con fuerza en el circuito.

Tres historias han confluido en esta temporada que ha redefinido el panorama tenístico nacional. La de un número uno en su mejor versión, la de jugadores que han alcanzado su madurez deportiva tras años de paciencia, y la de un adolescente que ha desafiado todas las lógicas temporales. Juntos, no han representado un apogeo sino un punto de partida.

Carlos Alcaraz ha conquistado 10 títulos ATP en 2025, sumando 71 victorias en la temporada que ha resultado ser la mejor de su carrera. Su palmarés ha incluido dos Grand Slams (Roland Garros y el US Open), con victorias memorables ante Jannik Sinner en ambas finales que han testimoniado su dominio.

Montecarlo, Roma, Róterdam, Queen's y Tokio han completado un curso de regularidad abrumadora. Consolidado como número uno mundial, Alcaraz ha demostrado que su ascenso precoz no fue casualidad sino resultado de trabajo sistemático y mentalidad ganadora.

Wimbledon, Barcelona y la final de las ATP Finals han visto a Alcaraz tocar el éxito pero no conquistarlo. Tres finales perdidas ante Sinner han mostrado que incluso en su mejor año, la perfección tiene límites.

Sin embargo, la noticia más sorprendente de la temporada llegó el 17 de diciembre tras anunciar su ruptura con Juan Carlos Ferrero. El entrenador que lo llevó desde la promesa al trono ha abandonado el proyecto tras desacuerdos sobre la renovación del contrato. No ha sido un fracaso deportivo sino una colisión de expectativas económicas.

A pesar de este final agridulce, 2025 será recordado como el año en que Alcaraz ha alcanzado su forma más consistente y amenazante.

Alcaraz levanta el título de Roland Garros tras remontar ante Sinner. Reuters Reuters

El salto de Davidovich y Munar

Mientras Alcaraz ha dominado desde la cúspide, dos tenistas españoles de generación intermedia han confirmado su madurez competitiva tras años de expectativa. Han sido los tirones del carro que consolidan la potencia española más allá del número uno mundial.

Alejandro Davidovich ha completado la mejor temporada de su carrera en el circuito ATP logrando alcanzar en octubre el top 14 del ranking. Ha consolidado un crecimiento que se intuía pero que requería confirmación sostenida. Cuatro finales ATP (Basilea, Washington, Acapulco y Delray Beach) han testimoniado la maduración de su tenis.

Davidovich, durante la final del ATP500 de Wasinghton. EFE

Jaume Munar, sin embargo, ha sido el verdadero protagonista de esta historia intermedia. Llegando al puesto 36 del ranking, ha establecido su mejor posición histórica tras una temporada de transformación integral. Los octavos de final en el US Open (su primera incursión en la segunda semana de un Grand Slam) han marcado el punto de quietud.

Basilea y Dallas como semifinales, Hong Kong con lucha constante, Roma con competitividad ante los mejores. Munar ha invertido años en cambios profundos: ha modificado radicalmente su derecha, ha replanteado su saque, ha incorporado asistencia psicológica desde 2024.

Jaume Munar, en la final de la Copa Davis ante Flavio Cobolli. Reuters

Sus victorias sobre Ben Shelton y Daniil Medvedev han probado que su escalada no es ilusoria sino fundamentada. A los veintiocho años, Munar ha descubierto que la paciencia y la evolución constante tienen recompensa deportiva real.

Además, Munar ha sido fundamental en el subcampeonato de España en la Copa Davis. Ha sido el líder de un equipo que no ha contado con la presencia de Alcaraz y dejó en la ronda previa varias exhibiciones, especialmente en la modalidad de dobles.

La explosión de Jódar

En contraste con la solidez de Davidovich y Munar, Rafa Jódar ha vivido una ascensión vertiginosa que ha desafiado todas las lógicas temporales. Con apenas 19 años, ha pasado del puesto 900 al 166 en solo ocho meses.

Su palmarés ha incluido tres títulos ATP Challenger en 2025: Hersonissos, Lincoln y Charlottesville. En este último, su dominio ha sido tan absoluto que no ha cedido un solo set en sus cinco partidos, ganándolos sin perder juego ninguno.

Ganador del US Open junior en 2024, Jódar ha representado la generación que ha crecido viendo a Alcaraz conquistar Grand Slams desde adolescente. Esa mentalidad ganadora es hereditaria en el tenis español actual. Estudiante en la Universidad de Virginia, ha ganado 15 de 16 partidos en competición universitaria NCAA.

Cerró el año con el premio de jugar las NextGen ATP Finals. Un torneo que congrega a los ocho mejores tenistas sub21 del circuito y en el que firmó una actuación más que notable.

Se estrenó a lo grande venciendo al favorito Tien y arrolló a su compatriota Landaluce en su último compromiso del año. Sin embargo, la derrota frente a Kjaer en la segunda jornada acabó dejándole fuera de las semis por la diferencia de juegos. No pudo pelear por el título, pero se fue con un gran sabor de boca.