A. M.
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Fernando González, extenista chileno y medallista olímpico, es un ejemplo perfecto de cómo el éxito deportivo puede ir acompañado de la presión de gestionar fortunas repentinas. El deportista no ocultó que durante sus inicios le llegaron grandes cantidades de dinero y se encontró en la tesitura de tener que gestionarlas.

Fernando González (Santiago de Chile, 1980) es un extenista profesional considerado uno de los mejores deportistas de la historia de Chile. Alcanzó el número 5 del ranking ATP, disputó la final del Open de Australia 2007 y fue protagonista habitual en la élite del circuito durante más de una década.

A nivel olímpico, logró algo histórico: ganó medallas de oro, plata y bronce, convirtiéndose en uno de los pocos tenistas con preseas de los tres colores. El oro en dobles y el bronce en individuales en Atenas 2004, junto a la plata en Pekín 2008, consolidaron su imagen de héroe olímpico chileno.

Deportista y gestor

Durante su carrera, González recaudó cerca de 8,8 millones de dólares solo en premios ATP, sin contar patrocinios y exhibiciones. A ello se sumaron contratos con marcas globales como Adidas, Telefónica o Kia, que aportaban cientos de miles de dólares anuales, más ingresos por garantías y Copa Davis que podían superar los 2,5 millones al año.

En el podcast 'Con Peras y Finanzas' habló abiertamente de la experiencia de recibir grandes sumas en poco tiempo y de la necesidad de educación financiera para no cometer errores. Allí dejó la frase que lo define: "Son millones y millones que te llegan y obviamente los abrazas", una confesión que refleja tanto la euforia inicial como el riesgo de dejarse llevar sin una estrategia clara.

El caso de González ejemplifica el dilema de muchos deportistas: pasan de ingresos modestos a manejar cifras millonarias sin una formación sólida en finanzas personales. Se ven obligados a aprender sobre inversiones, ahorro, asesorías y también a enfrentar posibles conflictos legales o demandas ligadas a negocios posteriores a su retiro.

Son vulnerables

La vida deportiva es corta y está sujeta a lesiones, rendimiento y resultados. Por eso, cada decisión financiera que toma un jugador como González tiene impacto en todo su futuro. Sin una planificación adecuada, esos millones pueden diluirse en pocos años entre gastos, mala gestión o inversiones mal asesoradas.

Por eso, su participación en un espacio de educación financiera es tan relevante: muestra que incluso un exnúmero 5 del mundo ha tenido que replantearse cómo entender el dinero y cómo proteger su patrimonio. Su mensaje hacia las nuevas generaciones de deportistas es claro: tanta disciplina como se aplica al entrenamiento debería trasladarse al manejo de las finanzas.

Un tenista de referencia en Chile

En lo deportivo, González construyó una carrera marcada por la potencia de su derecha, una de las más temidas del circuito, y un estilo agresivo desde el fondo de la pista. Ganó 11 títulos ATP en individuales, fue finalista en Melbourne 2007 y logró victorias sobre números uno como Federer, Nadal o Djokovic en distintos momentos de sus carreras.

Su legado olímpico es uno de los pilares de su figura: el oro y el bronce en Atenas 2004 y la plata en Pekín 2008 dieron a Chile algunos de los momentos más emotivos de su historia deportiva.

Tras su retiro en 2012, se ha mantenido vinculado al tenis, a proyectos personales y a la divulgación sobre hábitos financieros más responsables, cerrando el círculo entre deporte, dinero y aprendizaje vital.