La selección española femenina de tenis se despidió de la Billie Jean King Cup después de sucumbir frente a Ucrania en la primera ronda de la final a ocho. Una eliminatoria para el olvido en la que el equipo capitaneado por Carla Suárez se quedó lejos de dar la sorpresa.
Fueron Jessica Bouzas y Paula Badosa quienes saltaron a la pista del Bay Sport Arena de Shenzen, China. Primero llegó el turno de la gallega, quien cayó en dos sets contra Marta Kstyuk y después fue la catalana quien no pudo superar a Svitolina, número 13 del mundo.
La tenista española llevaba más de dos meses sin jugar por sus molestias en el psoas y rindió mucho mejor de lo esperado. Logró apuntarse el primer set, sufrió mucho en el segundo y estuvo cerca de dar la campanada en el tercero.
Svitolina, vigente medallista olímpica puso la directa, pero no contó con una reacción de Badosa que remontó de un 4-2 a un 5-5. Sin embargo, acabó haciendo los deberes y llevando a Ucrania hacia la siguiente ronda.
27 años de sequía
Con esta derrota en cuartos de final, España suma cerca de tres décadas sin levantar la Ensaladera a nivel femenino. Lejos queda ya la década de los 90 donde se lograron hasta cinco títulos: 1991, 1993, 1994, 1995 y 1998. Una hegemonía absoluta.
Desde entonces han jugado dos finales, una en el 2000 y otra en 2008. Es decir, son 17 años sin estar en la batalla por levantar un trofeo.
Un descenso competitivo que se debe principalmente a la combinación de varios factores: lesiones frecuentes de jugadoras clave (como Paula Badosa), recambios generacionales, falta de tenistas regularmente en el top 10 mundial y la alta competencia internacional actual.
Además, la irrupción de nuevas potencias y el crecimiento del tenis femenino en otros países ha elevado el nivel global, haciendo más complejo que España repita la hegemonía de los años 90 y principios de los 2000.
El futuro de España es una incógnita, pero tiene motivos para seguir siendo competitiva. En Badosa será su físico quien determine su nivel y las figuras como Jessica Bouzas, Cristina Bucsa y Aliona Bolsova pueden elevar el suelo y el techo del combinado español.
