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Estados Unidos ya se prepara para el regreso de Novak Djokovic después de que el serbio no estuviera presente en el Masters 1.000 de Cincinnati. Su última aparición fue en las semifinales de Wimbledon -donde perdió ante Jannik Sinner- y desde entonces se ha estado preparando tanto física como mentalmente para tratar de asaltar el que sería su Grand Slam número 25.

Al US Open llega sin apenas rodaje en la pista dura, pero con la motivación de seguir ampliando un palmarés que le sitúa como el tenista con más 'majors' de la historia de este deporte. Es por eso que Lacoste -la marca francesa de ropa- ha sacado una edición limitada con la que rendirle homenaje.

Desde 2017 Djokovic está patrocinado por Lacoste y en su polo siempre se encuentra el mítico logo de la marca: un cocodrilo verde. No obstante, la imagen del icónico animal ha sido cambiada en detrimento de una cabra verde.

Y es que la palabra 'goat' además de significar cabra en inglés, también es el acrónimo de "Greatest Of All Time", es decir, "el más grande de todos los tiempos". En el mundo del deporte, llamar a alguien GOAT es considerarlo el mejor de la historia en su disciplina.

Lacoste anunció la nueva línea con un video en sus canales de redes sociales, que incluyó una colección de tuits de aficionados del tenis que aclamaban a Djokovic como el "GOAT".

Djokovic comienza su intento de hacer historia en el Grand Slam el domingo por la noche contra Learner Tien, de 19 años. El serbio está buscando su título número 35 de Grand Slam en la Gran Manzana, pero sabe que le espera una ardua tarea para asegurar otro entorchado.

El balcánico afronta el US Open con una estrategia renovada y calculada: por primera vez en dos décadas, el serbio ha decidido saltarse la gira previa de torneos sobre pista dura, renunciando a participar en los Masters 1000 de Canadá y Cincinnati.

Djokovic se lamenta durante el partido ante Jannik Sinner. Reuters

A sus 38 años, Djokovic prioriza la recuperación física y el manejo del calendario, consciente de que el desgaste de los torneos previos puede pasar factura en un Grand Slam, donde la exigencia aumenta partido a partido.

Djokovic llega a Flushing Meadows tras más de un mes sin competir desde su eliminación en semifinales de Wimbledon. Aunque asume el riesgo de enfrentarse directamente al cemento neoyorquino sin rodaje competitivo, su experiencia y fortaleza mental le permiten confiar en su preparación específica.

A pesar de algunas molestias físicas arrastradas en las últimas semanas, Djokovic apuesta todo por la cita de Nueva York. Sabe que la clave está en la adaptación rápida y en su juego de fondo, y mantiene la competitividad y ambición intacta mientras desafía el paso del tiempo en la élite del deporte.