Arthur Rinderknech vivió un momento dramático en el Masters 1000 de Cincinnati cuando se desplomó en pleno partido contra Felix Auger-Aliassime. Con 32 grados y más del 50% de humedad, las condiciones eran insoportables.
El francés había perdido el primer set 7-6 en tie-break. En el segundo set, con 2-2 en el marcador, ocurrió lo peor. Mientras Auger-Aliassime se preparaba para sacar, Rinderknech se desplomó súbitamente en el fondo de la pista.
Se quedó tendido en el suelo, tapándose la cara con una toalla blanca. El juez Jimmy Pinoargote paró inmediatamente el partido y pidió asistencia médica. Los doctores corrieron a la pista mientras el tenista de 30 años permanecía inmóvil durante 15 minutos recibiendo tratamiento.
Rinderknech logró levantarse e intentó continuar jugando. Disputó dos juegos más, pero cuando el marcador llegó a 4-2 para el canadiense, casi se desmaya otra vez mientras servía. No tuvo más remedio que retirarse.
Aviso
La ironía es que dos días antes, tras ganar a Casper Ruud, había advertido sobre el peligro. "Hacer deporte así, bajo un sol abrasador, no es bueno para el cuerpo ni la cabeza", dijo a L'Équipe. Lo describió como "supervivencia".
Daniil Medvédev ya hizo estragos por el mismo motivo en el día de ayer, cuando cayó derrotado ante Adam Walton (85).
El ruso llegó a meter la cabeza en una de las neveras que los jugadores tienen a su disposición en los banquillos y protagonizó una imagen muy llamativa tras ceder el segundo set, ya que se quitó la camiseta, se puso varias toallas frías encima de la cabeza y apuntó con el aparato de aire acondicionado a su cara mientras cerraba los ojos.
Precisamente, ya fue Medvédev el que puso el grito en el cielo por esta cuestión en el US Open 2023, cuando afrontó los cuartos de final ante Andréi Rublev en unas condiciones muy similares a las que vivió ayer él y hoy Rinderknech. “Un jugador se va a morir y todos lo verán”, dijo a la cámara.
