Tiene 19 años y hasta hace apenas una semana era una desconocida para el gran público. Sin embargo, de golpe y porrazo Alex Eala se ha colado en el primer plano del tenis mundial con su formidable actuación en el Masters 1.000 de Miami. Una irrupción total que parece que no va a ser casualidad.
Y es que para los más expertos, el nombre de la joven filipina estaba en las quinielas para ser una de las mejores raquetas del mundo. Porque Alex Eala no ha aparecido de la noche a la mañana, lo de ahora son los primeros frutos que está recogiendo tras su gran trabajo en la Rafael Nadal Academy.
Ingresó allí con 12 años. El deporte siempre ha sido parte de su vida. Nació en el seno de una familia con el deporte como principal motor. Su madre, Rizza Maniego-Eala, fue una destacada nadadora en su país, y su hermano mayor, Miko, también se dedicó al tenis, lo que influyó en el temprano interés de Alex por la raqueta.
Nadal, junto a Eala y Swiatek en la graduación de la Rafa Nadal Academy.
Desde muy pequeña, Alex Eala demostró una habilidad innata para el tenis. A los cuatro años ya agarraba una raqueta y jugaba en las canchas locales de Manila, donde sus entrenadores pronto notaron su talento excepcional. Su disciplina y su determinación la diferenciaban de otras jugadoras de su edad, y con solo siete años comenzó a participar en torneos nacionales, dominando su categoría.
En 2018 entró en la academia de Rafa Nadal. Un lugar idóneo para pulir su técnica, fortalecer su físico y comenzar a tener el gen ganador. Bajo la tutela de sus entrenadores, Eala mejoró su golpeo agresivo, su movilidad y perfeccionó su juego hasta el punto de quemar etapas muy rápido.
En 2020, con solo 14 años, conquistó el título de dobles en el Abierto de Australia Junior junto a Priska Nugroho. Más tarde, en 2022, hizo historia al ganar el US Open Junior en la categoría individual, convirtiéndose en la primera filipina en lograrlo.
El año 2023 fue clave en su desarrollo. Consiguió varios títulos en torneos ITF, consolidándose como una de las jóvenes más prometedoras del tenis femenino. Además, tuvo la oportunidad de enfrentarse a jugadoras de mayor experiencia en torneos de mayor nivel, ganando confianza y mejorando su rendimiento en superficies rápidas.
En 2024, su ascenso continuó, logrando entrar en torneos WTA y enfrentándose a rivales de renombre. Su participación en torneos de mayor exigencia le permitió subir en el ranking y ganar notoriedad a nivel internacional.
Al estrellato
Sin embargo, ha sido ahora cuando se ha dado a conocer al mundo. No es para menos después de un rendimiento en el Masters 1.000 de Miami sobresaliente. Entró en él con una carta de invitación y ocupando el número 140 del ranking WTA, pero ha demostrado estar lista para el reto manteniéndose viva hasta la semifinal.
Ganó en su debut a Volynets y dio el primer golpe sobre la mesa al vencer a Ostapenko en dos sets. Después, sorprendió a todos derrotando en tercera ronda a Madison Keys, número 5 del mundo y vigente campeona del Open de Australia. Accedió a cuartos sin jugar por la retirada de Badosa y se midió en semifinales a Swiatek, número 2 del mundo.
Un duelo en el que la polaca era clara favorita, pero que acabó con una sorpresa mayúscula. Eala, en un partido sublime, maniató a Swiatek en el primer set y se hizo gigante ante la adversidad en el segundo.
Iga Swiatek y Alex Eala se saludan tras su enfrentamiento.
"Es la chica que hace más tiempo que está con nosotros. Lleva 5 o 6 años entrenando con nosotros y nunca tuvo una queja. Hoy ha demostrado que tiene un gran potencial", admitía Toni Nadal después del espectacular duelo contra Iga Swiatek. "Ser capaz de ganar a la número 5 y 2 del mundo en el mismo torneo no es nada fácil. Cuando una es capaz de derrotar a jugadores de este nivel, significa que, a poco que asiente el juego, puede estar entre las mejores del mundo".
Su camino se acabó en semifinales. Puso contra las cuerdas a Pegula, una de las mejores del ranking, pero acabó sucumbiendo ante la anfitriona. Se despidió ovacionada por el respetable y con una sonrisa de oreja a oreja. Tiene un futuro por delante brillante. Miami solo ha sido el principio del camino.