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La Copa Davis vuelve a nacer. Una era diferente se abre camino entre lo nuevo y lo añejo, una mezcla de sensaciones que busca recuperar la grandeza de una competición que ha quedado tan entredicho en los últimos tiempos.

Este laureado trofeo tiene la misión de reconquistar los corazones entre dos aguas. Empuja la corriente de recuperar la esencia del torneo. Se acabó el invento de Gerard Piqué con los grupos 'antinatura' y vuelven a aparecer las eliminatorias puras para avanzar en el cuadro.

Pero por otro lado la competición pierde a todo un símbolo. Lo perdió el tenis en general a finales de la pasada temporada, porque ya nunca más Rafa Nadal volverá a jugar este título. Precisamente el último partido de su histórica carrera lo disputó en esta competición, motivo más que suficiente como para anhelar su figura ahora que la Copa Davis vuelve a aparecer en escena.

La ausencia del 22 veces campeón de Grand Slam ejemplifica el cambio de ciclo al que se enfrenta el tenis español. No es un proceso nuevo, es algo que ha ido avisando de manera natural en los últimos años, pero ahora sí que no va más y otros tendrán que empezar a asumir galones.

Como el jovencísimo Martín Landaluce. Con apenas 19 años está ahora ante su primera convocatoria con el equipo español de Copa Davis. España disputa este fin de semana la primera eliminatoria ante Suiza sin Nadal o sin Alcaraz, pero con una nueva hornada que necesita abrirse camino.