Para estar en la cima de un deporte durante más de una década se necesita mucha hambre y unas ganas de superarse día a día extraordinaria. Además de eso, hay que tener una regularidad constante y rezar para que las lesiones no aparezcan en el momento menos oportuno. Todo ello parece haberse dado en la carrera de Novak Djokovic.

A sus 36 años, el número uno del mundo continúa ganando como si tratase del primer día. Nadie parece hacerle sombra y solo Carlos Alcaraz ha opositado como relevo de garantías al serbio, una vez que rivales como Rafa Nadal, Roger Federer o Andy Murray han ido desapareciendo de las primeras plazas. El español, que prosigue su recuperación de psoas iliaco, y el británico, azotado por problemas en la cadera, continúan en activo, pero aún nivel no tan alto.

El último ejemplo de la ambición de Novak Djokovic el pasado domingo. El serbio se hizo con la victoria en las ATP Finals tras derrotar a Jannik Sinner en dos sets corridos. Era el último torneo de la temporada para él y se alzó con su séptima corona allí, desempatando con una leyenda como Roger Federer. Palabras mayores.

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Nadie parece capaz de parar a una toda bestia competitiva como Novak Djokovic. Incluso pese a estar vetado parte de la temporada en Estados Unidos, perdiéndose torneos relevantes como los Masters 1000 Indian Wells o Miami, ha sido el que más ha ganado esta temporada. Un total de siete: Adelaida, Open de Australia, Roland Garros, ATP Masters 1000 de Cincinnati, US Open, ATP Masters 1000 de París y Nitto ATP Finals.

A ello, hay que añadirle que este lunes alcanzaba una cifra redonda como número uno del circuito. 400 semanas, ni más ni menos, para coronarse como el jugador que más tiempo ha estado en todo lo alto y lo hace poco después de alcanzar la primera posición hace doce años. Una trayectoria que parece imparable, pues solamente Steffi Graf se acerca a ese registro, ya que acumuló 377 semanas como líder de la WTA.

Novak Djokovic levanta el trofeo de ganador de la ATP Finals. REUTERS

Próximos retos

Novak Djokovic no renuncia a seguir ganando. El serbio se encuentra en una edad donde muchos jugadores piensan ya en la retirada, sin embargo, él no se marchará hasta que se vea relevado y comience a acumular derrota tras derrota. Y eso es algo que no parece que vaya a ocurrir a corto plazo, más que nada porque parece imbatible sobre la pista.

Y su ambición no parece ir desapareciendo. El actual número uno del mundo ya se ha marcado los objetivos para continuar con su hegemonía en el circuito. Es más, se ha planteado un reto de considerables magnitudes porque plantea ir a por el Golden Slam en 2024, lo que sería algo colosal para él. Y está en capacidades de lograrlo, pues nada parece frenarle. Con ello, igualaría a Rafa Nadal o Andre Agassi, los otros en lograrlo.

De hecho, esta temporada se ha hecho con tres Grand Slams (Open de Australia, Roland Garros y US Open) y alcanzó la final del otro. Sin embargo, un soberbio Carlos Alcaraz le apartó de la gloria en el All England & Tennis Club. Es decir, ya se ha quedado muy cerca de ello y hay que tener en cuenta que tiene 36 años.

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Además, tras su victoria en las ATP Finals, a parte de mostrar su clara convicción por ir a los cuatro Grand Slams, dejó claro que su otro objetivo está en los Juegos Olímpicos de París 2024. El serbio, que lo ha ganado prácticamente todo, tiene esa espinita clavada, pues no ha logrado alcanzar nunca ese dichoso oro y la capital francesa parece su última parada en ese aspecto. El bronce de 2008 fue la vez que más cerca estuvo y eso que quiere solucionarlo.

"Siempre se puede ganar los cuatro 'Grand Slam' y el oro olímpico. Yo siempre tengo los objetivos más altos. Mi cuerpo me está aguantando bien y tengo un gran equipo detrás de mí", explicaba Djokovic tras vencer a Sinner en las ATP Finals. "Es uno de mis grandes objetivos junto a los torneos del 'Grand Slam'. El calendario va a ser un reto porque pasaremos de pista lenta a rápida y otra vez lenta. De tierra a hierba, de hierba a tierra y después dura", explicó sobre su intención de ir a por el oro en París.

Novak Djokovic, con un gesto de rabia. REUTERS

Imparable

Nadie pone en duda que Novak Djokovic es uno de los mejores tenistas de la historia. El serbio ha sido capaz de mantener un altísimo nivel, que parece ir creciendo con el paso de los años. No para de conseguir victorias y esta temporada parece haber encontrado un ritmo crucero.

En total, Novak Djokovic ha disputado hasta 61 partidos, consiguiendo 55 victorias y solamente seis derrotas. Pero él está dispuesto a ir a por más títulos todavía, puesto que está muy cerca de alcanzar los 100 entorchados. Con 98 en su haber, la llegada del Open de Australia y los respectivos ATP 250 y 500 que lo rodean se presentan como una oportunidad perfecta para llegar a ellos.

Además, cuenta con 1.086 triunfos en su carrera deportiva y buscará ser, junto a Roger Federer y Pete Sampras, el tercer tenista en alcanzar dicho registro. Tampoco hay que descartar que pueda conseguir en suelo oceánico su vigesimoquinto Grand Slam, lo que le permitiría desempatar con la leyenda del circuito femenino Margaret Court. A ello hay que añadirle que es el que mejor se le da.

Es decir, Djokovic es una bestia en todos los sentidos y nada parece pararle. Tiene muchos retos por delante y está dispuesto a aceptarlos. Una batalla contra sí mismo que tendrá que disputar en 2024 y las temporadas venideras. Aún así, el reconocimiento se lo ha ganado de sobra.