Carlos Alcaraz está a punto de afrontar su tercer Grand Slam de la temporada y lo hace en la mejor de las circunstancias. Tras clasificarse para la final de Queen's, el número dos del mundo ha demostrado que está en perfectas condiciones de plantar batalla en Wimbledon, algo que parecía difícil hace poco menos de una semana.
La dificultad de los tenistas para adaptarse a una superficie tan complicada como es la hierba hacía que las dudas entrasen en el jugador español. Sin embargo, tras una idílica semana en Queen's, donde ha rayado a un gran nivel y ha demostrado que puede plantar una seria batalla en el All England Lawn Tennis y Croquet Club, sede de Wimbledon.
Lo cierto es que la aventura de 'Carlitos' sobre la hierba londinense comenzó con más dudas que certeza, pero con el paso de los partidos el número dos del mundo ha sabido adaptarse perfectamente a su estilo de juego. Completamente acostumbrado a jugar mucho más lento en pista rápida o tierra batida, Alcaraz ha completado con sobresaliente su preparación, llegando a conseguir la matrícula de honor si logra vencer este domingo a Alex de Miñaur.
[Carlos Alcaraz se exhibe frente a Sebastian Korda y luchará por el título en la final de Queen's]
Según ha ido cogiendo rodaje, el español ha ido subiendo varios peldaños hasta demostrar que está muy capacitado para hacer cosas grandes en Wimbledon. Es cierto que no hay que lanzar las campanas al vuelo, pero la demostración de poderío de Alcaraz en sus partidos frente a Sebastian Korda o Grigor Dimitrov, invita a soñar.
Además, Alcaraz tiene una espina clavada esta temporada tras los dos primeros Grand Slam de la temporada. Tras no poder disputar el Open de Australia por unas molestias físicas, en Roland Garros tampoco tuvo a la suerte de su lado. El torneo parisino cayó derrotado en las semifinales frente a Djokovic por culpa de la aparición de unos calambres. Esto hace que tenga ganas de revancha en Wimbledon.
Afinando en hierba
La escasez de torneos de hierba en el calendario de la ATP hace que estos se aglutinen en cierto momento de la temporada. Poco antes de Wimbledon y poco después, tienen su hueco en el calendario y esto hace que los jugadores puedan disputar muy pocos debido a lo comprimidos que están.
Una situación completamente diferente a la que se vive en las superficies de tierra batida y pista rápida, que se llevan a cabo indistintamente a lo largo de todo el año. Con Wimbledon como joya de la corona, los torneos de hierba requieren de una preparación específica debido al drástico cambio de condiciones de la bola.
Carlos Alcaraz, a lo largo de su corta carrera deportiva, apenas había tenido la oportunidad de disputar un puñado de partidos sobre hierba. El actual número dos del mundo tan solo contaba con un bagaje de 4-2 en su haber, fruto de la escasez de citas en el calendario.
Sin embargo, con su aterrizaje en Queen's esta temporada, 'Carlitos' ha conseguido en apenas una semana conseguir el mismo número de victorias que en toda su carrera y podría superarlo con un triunfo en la final de este domingo frente a Alex de Miñaur. Esto significa un paso adelante en sus aspiraciones gracias a sus cuatro triunfos en hierba, además los ha conseguido frente a rivales de mucha calidad.
De menos a más
La aventura de Carlos Alcaraz en Queen's ha ido claramente de menos a más. Su primer partido allí se saldó con una exigidísima victoria en tres sets, siendo el único partido donde ha cedido una manga, frente al lucky loser Arthur Rinderknech. El francés no iba a ser su oponente inicial, pero una lesión de Arthur Fils le dio la oportunidad y a punto estuvo de aprovechar en un duelo que se marchó hasta casi las tres horas.
Una primera piedra de toque exigente para su preparación para Wimbledon que le hizo dar un cambio en su mentalidad. A partir de ahí, 'Carlitos' fue adquiriendo confianza sobre la hierba de Queen's y empezó a dar rienda suelta a su talento en la pista. El claro ejemplo fue contra Jiri Lehecka, puesto que el checo apenas fue rival para él.
La confianza de Alcaraz iba en aumento y frente a Grigor Dimitrov, un experto en estas condiciones, dio un golpe sobre la mesa. El búlgaro, semifinalista de Wimbledon en 2014 y campeón de Queen's ese mismo, era un rival altamente complicado. Sin embargo, el de El Palmar no le dio ni una oportunidad.
Lo mismo sucedería en el encuentro de semifinales frente a Sebastian Korda. El estadounidense, mucho más acostumbrado a esta superficie, llegaba tras haber mostrado un alto nivel. De nuevo, la rocosidad, la derecha y la contundencia del español fueron demasiado y otro jugador se quedaba fuera del torneo tras cruzarse con él.
Ahora, 'Carlitos' tendrá la oportunidad de alzar los brazos por quinta vez esta temporada (Madrid, Barcelona, Indian Wells y Buenos Aires) y por primera en una superficie tan especial como la hierba. Queen's ha resultado ser un test más que satisfactorio, a falta de lo que haga en la final, para dar un paso adelante en Wimbledon.