Increíble partido de Carlos Alcaraz para lograr el pase a los cuartos de final de Roland Garros. El tenista español se ha impuesto al italiano Lorenzo Musetti en tres sets, dos horas y ocho minutos, y sin apenas momentos de debilidad durante todo el partido. [Así vivimos el Carlos Alcaraz - Lorenzo Musetti de octavos de Roland Garros 6-3 6-2 6-2]

El ganador del pasado US Open se medirá este próximo martes por un puesto en semifinales, que serían las primeras suyas en París, contra el ganador del partido entre el griego Stefanos Tsitsipas, quinto del mundo, y el austríaco Sebastian Ofner, procedente de la fase previa.

Alcaraz consiguió su victoria número once de forma consecutiva en Grand Slam, donde no pierde desde los octavos de final de Wimbledon del año pasado contra el también italiano, Jannik Sinner, en otro de esos duelos de la nueva generación.

El tenista español comenzó algo impreciso, algo sorprendido quizás por el arrollador inicio del tenista italiano, aunque en cuanto cogió velocidad de crucero ha sido imposible de detener. Respondió al break del italiano en el primer juego del partido con dos rupturas consecutivas que terminaron decantando la balanza de esa manga del lado español.

"Ha sido un partido complicado por el viento pero también por la agresividad de Lorenzo. Estoy muy contento de haber ganado a un rival tan duro", dijo el español, que consiguió su décima victoria en Roland Garros.

[El secreto de Alcaraz en Roland Garros: no coge la raqueta entre cada ronda y hace turismo por París]

Alcaraz se ganó la ovación de la grada cuando aseguró que lo que busca en el tenis es "divertirse y divertir al público, sonreír y tratar de hacer en la pista cosas increíbles".

El español sumó su victoria número 34 en un año en el que solo ha perdido tres duelos, su triunfo número 24 en tierra batida donde solo cuenta con dos derrotas.

El ganador de Madrid y Barcelona progresa en su juego y frente a Musetti dejó una prestación completa, llena de eficiencia y variación que muestran que se acerca a sus mejor versión.

Carlos Alcaraz, ante Lorenzo Musetti Reuters

Sin concesiones

No hubo muestras del bajón que había tenido en sus dos duelos anteriores en el segundo set. Fue un torbellino que atenazó a un rival que le había ganado en el único duelo profesional entre ellos, en la final de Hamburgo del año pasado.

Anunciado como uno de los duelos del futuro, el partido fue un espectáculo para la grada, aunque Musetti tiene todavía pasos que dar para acercarse al nivel del español, que fue quien llevó la iniciativa del partido.

Salvo en el inicio, cuando se colocó 2-0, una adversidad que enrabietó a Alcaraz, que se apuntó cinco juegos seguidos y nueve de los diez siguientes, para ganar el primer set al italiano, el primero que se dejaba en el torneo, y dejar bien encarrilado el siguiente.

El brío de los dos contendientes siguió, pese a todo, dejando momentos de gran belleza e intensidad, disputado de poder a poder, aunque a Musetti le costaba seguir el ritmo del español.

Al transalpino le faltan armas, arsenal para inquietar a un tenista de la talla de un Alcaraz que ha progresado de forma vertiginosa desde su última cita en julio del año pasado en Hamburgo.

Carlos Alcaraz, ante Lorenzo Musetti Reuters

Musetti ha progresado en los últimos meses, su juego ha ganado en orden y constancia, pero todavía no es suficientemente amplio como para rivalizar con un Alcaraz que, en el mismo periodo, ha dado pasos de gigante.

Si el italiano había accedido a los octavos por segunda vez en su carrera cediendo solo dos veces su servicio, contra rivales como el británico Cameron Norrie, frente al número 1 del ránking tuvo auténticos problemas para conservarlo. Solo lo ganó cinco veces.

El duelo fue perdiendo en espectacularidad, a medida que el italiano fue perdiendo la seriedad y madurez que le llevaron hasta los octavos.

Alcaraz no bajó el ritmo, deseoso de superar cuanto antes la ronda, camino de esa semifinal que todo el mundo aguarda contra Novak Djokovic, que también avanzó a cuartos. Ya solo queda un capítulo para vivir la cumbre tan esperada.