La semifinal de Roland Garros que estaban disputando el serbio Novak Djokovic y el austríaco Dominic Thiem quedó aplazada a este sábado a las 12.00 horas (10.00 GMT) por la lluvia cuando se disputaba el tercer set, con empate a uno.

El partido, que ya había sufrido una primera interrupción de unos 10 minutos en el segundo set, quedó totalmente aplazado con el marcador: 6-2, 3-6 y 3-1 a favor de Thiem, que además tenía que sacar.

Djokovic cedió el primer set en lo que va de torneo y se mostró crispado, incómodo en el día de perros. Capeaba mejor el temporal el austriaco en busca de su segunda final consecutiva, sabiendo que el rival será, si la culmina este domingo, el mismo que le venció el año pasado.

Djokovic tendrá tiempo para replantear un partido que jugó desdibujado, mientras la previsión es que este sábado al mediodía, cuando fue reprogramado el duelo, el clima sea más apacible.

El duelo se disputará en la pista central al mediodía, mientras que la final femenina entre la australiana Ashleigh Barty y la checa Marketa Vondrousova está prevista a las 15.00 horas (13.00 GMT).

La final femenina será entre Barty y Vondrousova

La australiana Ashley Barty, octava favorita, y la checa Marketa Vondrousova, 38 del mundo a sus 19 años, se clasificaron para su primera final, tras derrotar, respectivamente, a la estadounidense Amanda Anisimova, 51 del mundo, y a la británica Johanna Konta, 26.

Barty, que se asegura ser 3 del ránking -dos si gana el torneo-, acabó domando a la fiera Anisimova, de 17 años y que, pese a esta derrota, ha dejado su impronta en París. Ya se la compara con Serena Williams, por su nacionalidad estadounidense, y con Maria Sharapova, por su país de origen.

Ante Barty, remontó un 5-0 en contra y dos bolas de set para adjudicarse el primer parcial y puso contra las cuerdas a la australiana en el segundo, que llegó a dominar 3-0, aunque al final se dejó remontar y abandonó la pista con lágrimas en los ojos.

La que sí logró llegar a la final, y sin perder un set, fue Vondrousova, de 19 años, la más joven finalista de un Grand Slam desde la danesa Caroline Wozniacki en el Abierto de Estados Unidos de 2009.

La checa, que se plantó en París como la tenista que más victorias había conseguido en el circuito desde el pasado Abierto de Australia, remontó en cada uno de los sets en los que su rival tuvo servicio para anotarse la manga. 

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