De un lado, Rafael Nadal pidiendo más protección de la ATP para los jugadores. Del otro lado, Marin Cilic apelando a la autoprotección individual a la hora de elegir calendario para intentar estar a salvo de lesiones 

¿Quién está más cerca de la realidad? 

Para saberlo, habría que dar con la clave de por qué se dan tantas lesiones en el tenis. ¿Qué ha cambiado, por qué ahora hay más lesiones de cadera y de codo que de hombro? Y no perder tampoco la perspectiva: ¿hay ahora muchas más lesiones que hace 5 años, o es que se han lesionado todos los top a la vez, y eso llama mucho la atención? De cara a los torneos y al gran público importa poco si hay 10 o 15  tenistas del top-100 en el dique seco, porque hay otros tantos para sustituirles, pero saltan las alarmas cuando esto afecta a los Nadal, Djokovic, Murray o Wawrinka. 

Es normal, son los tipos a los que todo el mundo quiere ver, los que llenan los estadios y venden por la televisión.

Echando un vistazo al calendario ATP, desde que dio comienzo la temporada 2018, habrá 43 semanas de tenis ininterrumpidas hasta que se baje el telón en la Copa de Maestros de Londres. Un tenista, digamos top-40, que pueda elegir cada semana dónde jugar, cambiará de superficie al menos tres veces a lo largo del año. Consecuentemente, tendrá que prepararse a nivel muscular y articular para las exigencias de cada superficie. 

Pero lo que llama la atención es que de los 10 meses en los que va a haber competición, seis de ellos van a transcurrir en pista rápida, ya sea outdoor o indoor. Las pistas rápidas, excepto algunas indoor colocadas sobre tarimas, son fundamentalmente cemento con capas de resina. Es conocido el efecto de los impactos sobre cemento en otras disciplinas deportivas; pregunte a sus amigos runners qué tal se encuentran sus piernas después de unos kilómetros sobre el asfalto. 

Nadal, siendo atendido por el fisioterapeuta en el partido contra Cilic. Toru Hanai Reuters

En el caso del tenis, no sólo hay que correr sobre el cemento, sino que los jugadores deben arrancar, frenar, apoyar, generar fuerza y volver a arrancar… en los dos segundos que pasan desde que golpearon la pelota por última vez. Por tanto, innumerables frenadas y arrancadas por partido, a máxima velocidad, con una carga de fuerza en rotación elevadísima sobre la cadera de apoyo. Desde mi punto de vista, es por esto por lo que cada día son más frecuentes las lesiones de cadera en tenistas. La superficie sobre la que tienen que jugar, sumado a una velocidad endiablada. Si ustedes tiran de hemeroteca y miran un partido de hace 10 años, se darán cuenta de que la velocidad a la que iba la pelota nada tiene que ver con los pegadores de hoy en día. Por tanto, los tenistas han tenido que adaptar y mejorar sus condiciones físicas para poder adecuarse a la velocidad a la que se juega ahora. Esa adaptación comienza por llegar a tiempo a la pelota, obligándoles que ser más rápidos, frenar más bruscamente y ser capaces de generar fuerza a partir del apoyo, contra una pelota que viaja a no menos de 120km/h.

Haciendo esta valoración del tenis de hoy en día, no es difícil entender por qué la otra lesión estrella en estos momentos es la de codo. 

Impactos repetitivos contra pelotas a gran velocidad en posiciones articulares poco ortodoxas, teniendo que generar la aceleración suficiente como para poner en aprietos al rival. Blanco y en botella, ¿verdad? Además, a esto hay que sumarle que si ese tenista top-40 del que hablábamos, acomodado en un ranking que le permite decidir cada semana dónde quiere jugar, cambiará al menos tres veces de superficie a lo largo del año… ese mismo tenista cambiará, en los 25-28 torneos que juegue a lo largo de la temporada, unas 15 veces de pelota. 

¡15 veces!

Cada torneo elige con qué pelota se va a jugar, importando poco si la semana anterior se ha jugado con una pelota de características distintas, o la siguiente semana se va a jugar también con otra marca de pelota. Poderoso caballero es don dinero. Si, amigo lector, por increíble que pueda parecer, cada marca de pelotas de tenis tiene sus peculiaridades. Más blandas, más duras… esto, sumado a las condiciones en las que se juega cada torneo: a nivel del mar, con altura, en un clima seco, en ciudades con mucha humedad... hace que las sensaciones de golpeo sean completamente diferentes de una semana a otra. Las sensaciones son diferentes y, por tanto, las cargas sobre las estructuras músculo-tendinosas del miembro superior también lo son. Tanto cambio exige a los tendones tener que adaptarse, pero nunca tienen que adaptarse a la misma carga porque dicha carga cambia constantemente. Por tanto, carne de cañón de lesión.

Djokovic, lamentándose en su partido contra Chung. Edgar Su Reuters

Después de este humilde análisis intentando desgranar el por qué de tanta lesión últimamente en el tenis, me vienen a la cabeza un par de conclusiones. ¿Tiene razón Nadal cuando dice que la ATP debería proteger más a los jugadores? Seguramente en parte si. ¿Cómo? Por ejemplo, unificando el tipo de pelota con el que se juega, a una única marca y modelo por superficie. Habría cambios, si, pero solo se cambiaría de pelota cuando se cambiara de superficie, y no prácticamente cada semana como ocurre ahora. ¿Tiene razón Cilic cuando expone que cada tenista es responsable de su salud? Claro que si. Las reglas del juego son las mismas para todos. 

Los tenistas top-100 sólo están realmente obligados a competir en los torneos del Grand Slam y Masters 1000, es decir, 13 torneos a lo largo del año. No parece tanto. Y si no se ven en condiciones de competir al 100%, miren las decisiones que ha tomado Federer últimamente para cuidar su físico; sin ir más lejos, en 2017 renunció a toda la gira de tierra. En ese sentido, cada jugador es libre de tomar las decisiones que crea mejores para su carrera, evidentemente sabiendo a lo que renuncia con ellas.

Cuerpos castigados al nivel de lo que la élite deportiva exige. ¿Más castigados que en otras disciplinas deportivas? No lo creo. Calendarios muy cargados, totalmente de acuerdo, pero con la capacidad individual de tomar decisiones al respecto. ¿Un alto precio que pagar? Pregúntenle al atleta olímpico que entrena cada día hasta la extenuación, sin tregua, durante cuatro años, a cambio de una beca ridícula, para jugárselo todo a una carta. 

*** Blanca Bernal es fisioterapeuta, trabajó varios años para la WTA y en la actualidad lo hace en el World Padel Tour.