Melbourne

En el regreso de España al Grupo Mundial de Copa Davis, fuera desde septiembre de 2014, Conchita Martínez viajará a Osijek para medirse a Croacia (del 3 al 5 de febrero) con un equipo formado por Rafael Nadal, Roberto Bautista, Pablo Carreño y Marc López. Así, la capitana de La Armada contará con un grupo del máximo nivel, compuesto por los dos mejores españoles del ranking (número nueve y 14), por el más joven de los que llegan con fuerza (Carreño) y por uno de los integrantes de la pareja de dobles campeona del pasado Roland Garros, también medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Para Nadal, un enamorado de la competición por países, será la tercera serie a domicilio consecutiva (Dinamarca 2015, la India 2016 y Croacia 2017), desmontando la teoría de que solo juega en casa porque es lo más fácil (sin viajes y acunado por la tierra batida, superficie predilecta de La Armada). El mallorquín, que desde siempre ha disfrutado poniéndose la camiseta de España, casi no descansará después del Abierto de Australia porque la selección viajará a Croacia a principios de la próxima semana y el día 13 de febrero tiene que estar en Rotterdam, donde jugará su siguiente torneo del circuito antes de poner rumbo a Acapulco (desde el 27).

La presencia de Nadal es una tranquilidad para el equipo (22 victorias y una sola derrota en individuales) y también la forma de destapar el mensaje que se mastica en la caseta. La generación dorada del tenis español está convencida de que si hacen un esfuerzo pueden volver a pelear por la Ensaladera, para despedirse a lo grande. Saben, en cualquier caso, que necesitan un poco de suerte en los cruces (si ganan a Croacia jugarán ante el ganador del Rusia-Serbia en cuartos de final) y que el compromiso de los jugadores es clave, porque ganar la Davis sin implicación es imposible, y ahí está el reciente ejemplo de Argentina para confirmarlo.

Así, y después de emborronar su magnífico historial con dos años en el infierno (desde el descenso de Sao Paulo en 2015 hasta el ascenso de Nueva Delhi en 2016), España quiere recuperar su prestigio de mejor equipo del siglo XXI, ganado a pulso con cuatro títulos (2004, 2008, 2009 y 2012). La primera parada para conseguirlo está en Osijek y contra Croacia, la finalista del año pasado que sin embargo llega con un equipo que necesita un milagro para hacerle cosquillas al español: después de las renuncias de Marin Cilic, Borna Coric, Ivo Karlovic e Ivan Dodig, Franko Skugor (221 del mundo), Nikola Mektic (313), Ante Pavic (491) y Marin Draganja (115 en dobles) forman la columna vertebral de los locales. Una oportunidad irrechazable para que España empiece con victoria esta nueva etapa.

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