Dubái (Emiratos Árabes Unidos)
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Iba a ser un día normal, pero cuando nos dimos cuenta, teníamos Dubái a nuestros pies. Nada hacía presagiar la increíble experiencia que se nos avecinaba cuando a las 04:20 horas de la mañana, o de la noche emiratí, sonaba un despertador como llegado desde las entrañas del infierno con un sonido que resquebrajaba un descanso que se había hecho paso entre acelerones de deportivos y luces de edificios inmensos.

Era el momento de abrir el ojo y prepararse para un día único y sin parangón. Era el día de la Dubái Run 30x30, un evento que año tras año sigue rompiendo récords y que avanza con el convencimiento de poder convertirse en una de las carreras más importantes del mundo. Al menos, una edición más, ha conseguido convertirse en el evento deportivo más multitudinario del mundo.

Y es que más de 307.000 personas nos acompañaron corriendo por las calles principales de la ciudad dubaití, algo jamás visto en el planeta y de lo que la organización se mostraba especialmente orgullosa. "Lo hemos conseguido", era el lema reinante, a pesar de la casi imposible gestión que suponía un reto así, con mareas de decenas de miles de personas llegando hasta la zona de salida desde todos los rincones.

Ya llegar al punto de recogida de dorsales y camisetas supuso todo un desafío entre el tráfico de una ciudad que, por efecto del calor, casi nunca duerme. Sin embargo, era el día señalado y hasta el clima lo sabía, que remitió con sus extenuantes temperaturas para regalarnos una mañana de running y disfrute sin comparación.

Ya en la zona caliente, con un café en el cuerpo y algo de potasio y azúcar para saciar nuestro organismo, fue el momento de abrirse paso hacia las masas para encontrar nuestro punto de salida. Una posición privilegiada en la que pudimos testar de verdad la magnitud de un evento que ya es historia del deporte mundial.

Liderando la Dubái RUN 30x30

Nunca antes se había dado cita tanta gente para cumplir con este reto. Ni la Maratón de Nueva York, Boston o Berlín. Un reto que, por otro lado, es un propósito de vida lanzado por el gobierno de la ciudad, ya que la Dubái RUN 30x30 forma parte del Dubai Fitness Challenge, que consiste en hacer 30 minutos de deporte durante 30 días para conseguir incorporar la actividad como una rutina más de nuestra vida.

Con el objetivo del récord de participación conseguido, uno más de los 425 que tiene esta ciudad, superando las 278.000 personas que habían tomado la salida en el año 2024, llegó el momento de disfrutar de esta impresionante prueba.

Partiendo desde la avenida Sheikh Zayed, la arteria principal de Dubái, y con el espectacular Museo del Futuro y el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo con sus 828 metros, como testigos, se dio una salida que fue el pistoletazo inicial a un recuerdo que jamás olvidaremos.

Y es que durante el primer tramo pudimos encabezar la carrera para disfrutar de una soledad mágica dentro de una ciudad de más de 3 millones de habitantes. Al frente, la nada, solo los aficionados que se agolpaban en los extremos de la carretera para animarnos.

Pero la inmensidad de Dubái con sus infinitas avenidas al más puro estilo pueblo fantasma, abandonadas y vacías para nosotros. Y por detrás, esa marea con más de 300.000 personas que tardaron horas en poder llegar en su totalidad a la meta debido a la ingente cantidad de participantes.

Llegados a este punto, no nos quedó otra que disfrutar de una prueba que se celebró en dos modalidades, 5 y 10 kilómetros, y que en el futuro espera seguir creciendo, quien sabe si teniendo su propia maratón. Nos maravillamos con un recorrido que pasó por puntos tan emblemáticos como el edificio de la Ópera o el emblemático Dubai Mall, uno de los centros comerciales más grandes y asombrosos del mundo, para finalizar en la entrada del DIFC.

Un recorrido sencillo, pero que permite a los corredores exprimirse en función de sus objetivos, capacidades y sensaciones, ya que cuenta con algunas subidas que añaden ese picante necesario en toda carrera. Aunque sin duda, el gran reto es pasarlo en grande y encontrar una excusa para hacer deporte en una ciudad que se entrega por y para esta misión, demostrando así la dedicación que tiene por su ciudadanía y por su bienestar.

Una mañana que fue larga, pues la salida se dio poco después de las 06:30, con el tímido amanecer aún escondiéndose entre los eternos rascacielos dubaitíes, y la finalización del show llegó pasadas las 08:00, con el sol ya brillando en lo alto de un cielo resplandeciente.

Sin embargo, mereció la pena, porque las sensaciones vividas y la emoción que envuelve el evento son absolutamente únicos. Y solo se pueden disfrutar si acudes a Dubái para experimentarlo en primera persona, ya que ningún otro rincón del planeta puede ofrecer algo así.