El presidente Donald Trump marcó un hito deportivo este domingo al convertirse en el primer mandatario estadounidense en ejercicio que asiste a un partido de temporada regular de la NFL en casi medio siglo.
Su presencia en el Northwest Stadium de Maryland para ver a los Washington Commanders enfrentarse a los Detroit Lions no fue casualidad: detrás de esta visita se esconde una ambiciosa aspiración personal relacionada con el futuro del equipo.
Según reveló ESPN días antes del encuentro, intermediarios de la Casa Blanca han mantenido conversaciones extraoficiales con los propietarios de la franquicia para expresar el deseo presidencial de bautizar el nuevo estadio de los Commanders con su apellido.
La portavoz oficial Karoline Leavitt no ocultó esta pretensión y declaró públicamente: "Ese sería sin duda un nombre hermoso, ya que fue el presidente Trump quien hizo posible la reconstrucción del nuevo estadio".
El proyecto en cuestión contempla la construcción de un moderno recinto con techo retráctil en el emplazamiento del histórico RFK Stadium, donde la franquicia cosechó sus mayores glorias entre las décadas de 1980 y 1990.
La inversión rondará los 4.000 millones de dólares, con el equipo aportando 2.700 millones y la ciudad contribuyendo aproximadamente 1.100 millones.
La conexión de Trump con este desarrollo radica en la legislación bipartidista que facilitó la transferencia de 174 acres de terreno federal al gobierno de Washington D.C., aunque su firma correspondió a Joe Biden en diciembre de 2024.
La vista del estadio de los Washington Commanders desde el Air Force One
Durante su intervención televisiva en Fox Sports el domingo, Trump se atribuyó un papel en el proceso: "Van a construir un estadio hermoso. En eso estoy involucrado, estamos consiguiendo todas las aprobaciones y todo lo demás".
La recepción que encontró el presidente en las gradas fue, cuando menos, tibia. Los asistentes le dedicaron una mezcla notoria de abucheos y algunos vítores cuando su imagen apareció en la pantalla gigante del estadio, una reacción que contrastó con acogidas más cálidas en otros eventos deportivos durante su segundo mandato.
Trump acudió como invitado de Josh Harris, líder del grupo que adquirió a los Commanders por 6.000 millones de dólares en 2023. Durante el partido, el presidente reflexionó sobre el significado del fútbol americano: "Es un microcosmos de la vida. Es como la vida: lo bueno, lo malo y lo feo".
Los Commanders, en el Bernabéu
Apenas una semana después de este episodio, los Commanders protagonizarán otro acontecimiento histórico al cruzar el Atlántico. Este domingo 16 de noviembre, la franquicia se medirá a los Miami Dolphins en el Santiago Bernabéu de Madrid, en lo que será el primer partido oficial de la NFL disputado en suelo español.
El encuentro, programado para las 15:30 horas peninsulares, espera congregar a cerca de 85.000 espectadores en el estadio madridista, consolidando a la capital española como la cuarta ciudad europea en acoger un choque de temporada regular tras Londres, Múnich y Frankfurt.
La expectación ha sido extraordinaria, con más de 700.000 personas en las colas virtuales de venta de entradas, demostrando el creciente interés por el fútbol americano en Europa
