La expectación crece alrededor del octágono más mediático del planeta. Este martes se cumplen cuatro meses exactos desde que Ilia Topuria escribiera otra página dorada en la historia de las artes marciales mixtas.
Lo hizo al convertirse en el primer doble campeón invicto de la UFC, noquear a Charles Oliveira y conquistar el cinturón ligero. Ahora, el futuro del hispanogeorgiano sigue envuelto en la incertidumbre, aunque las pistas van dibujando un camino cada vez más claro hacia el combate que la industria desea.
Hace dos semanas, Dana White cerró otra temporada de su exitoso programa Dana White's Contender Series y, como suele ser habitual, las preguntas se dirigieron hacia los grandes nombres de la compañía.
Esta vez, el mandamás de la UFC reveló información crucial sobre la construcción de UFC 324, el evento que marcará el inicio del millonario acuerdo con Paramount a partir de enero de 2026. "Literalmente hoy nos pusimos manos a la obra con la primera cartelera numerada de Paramount", declaró.
Cuando los periodistas le preguntaron específicamente sobre la opción de que IliaTopuria encabezara dicha cartelera, la respuesta de White fue cautelosa pero esperanzadora: "Es una posibilidad".
Tres palabras que bastaron para encender las especulaciones en el mundo de las MMA, especialmente considerando que la UFC necesita comenzar con el pie derecho su nuevo contrato televisivo, valorado en 7.700 millones de dólares durante siete años.
Sin embargo, la realidad es más compleja de lo que aparenta en superficie. Como dicen desde el entorno de Topuria a EL ESPAÑOL, "todo es posible, pero de momento nada cerrado". Esta frase resume perfectamente el estado actual de las negociaciones: mientras que todos los elementos parecen alinearse hacia un regreso del campeón en enero, la letra pequeña aún no se ha firmado.
El factor Pimblett cobra fuerza
Mientras las negociaciones oficiales siguen su curso, las declaraciones públicas de Topuria han ido perfilando sus preferencias.
Durante su reciente visita a Georgia, donde fue recibido como un héroe nacional, el campeón fue claro respecto a su oponente ideal para enero: "Definitivamente Paddy. Tenemos historia. Creo que es la pelea que todo el mundo quiere ver".
La rivalidad entre el hispanogeorgiano y el británico Paddy Pimblett trasciende lo meramente deportivo. Su enemistad se remonta a marzo de 2022, cuando un altercado en Londres terminó con Pimblett lanzando un bote de desinfectante a Topuria. Desde entonces, los cruces de declaraciones han sido constantes, alimentando una narrativa perfecta para los intereses comerciales de la UFC.
"'Paddy' y yo tenemos historia. Creo que es la pelea que todo el mundo quiere ver"
El momento más explosivo de esta rivalidad llegó tras la victoria de Topuria sobre Oliveira en junio. Pimblett saltó al octágono, se encaró con el nuevo campeón y ambos tuvieron que ser separados por el personal de seguridad.
Esa imagen, vista por millones de espectadores, plantó la semilla de lo que podría convertirse en una de las peleas más mediáticas de 2026.
Desde entonces, Pimblett ha mantenido una campaña constante de presión mediática. En redes sociales asegura haber firmado ya el contrato y cuestiona por qué Topuria no ha hecho lo mismo.
Sus declaraciones más recientes han escalado la tensión, describiendo al campeón como "la persona más falsa que he conocido" y acusándolo de "dar largas" al enfrentamiento.
Gaethje: la alternativa deportiva
Mientras Pimblett representa el espectáculo y la narrativa mediática, Justin Gaethje encarna la legitimidad deportiva pura. El veterano estadounidense, ubicado en el quinto puesto del ranking de peso ligero, cuenta con un currículum intachable y un estilo de pelea que garantiza guerra en el octágono.
Inicialmente, muchos expertos señalaban a Gaethje como el oponente más probable para Topuria. Su experiencia, calidad técnica y capacidad de resistencia lo convertían en el desafío ideal para la primera defensa del cinturón del hispanogeorgiano.
Sin embargo, las declaraciones recientes de Topuria han desplazado al estadounidense de la primera línea de candidatos.
La decisión entre Pimblett y Gaethje no es meramente deportiva. La UFC debe balancear la legitimidad competitiva con el interés comercial, especialmente en una cartelera tan importante como UFC 324.
Mientras Gaethje ofrece garantías técnicas, Pimblett promete números de audiencia y engagement en redes sociales.
El hermano como factor determinante
Un elemento crucial en los tiempos de Topuria es la carrera de su hermano mayor, Aleksandre. El 22 de noviembre, el hermano del campeón se enfrentará a Bekzat Almakhan en UFC Qatar, una pelea que Ilia considera prioritaria.
Aleksandre Topuria, junto a su hermano Ilia Topuria en una sesión de fotos
Tradicionalmente, los hermanos Topuria no solapan sus campamentos de entrenamiento, dedicándose completamente al apoyo mutuo durante las preparaciones.
Esta filosofía familiar explica parcialmente por qué no habrá combate de Ilia en 2025. El campeón ha estado centrado en el campamento de Aleksandre desde el verano, posponiendo cualquier negociación seria sobre su futuro inmediato.
Sin embargo, las fechas permitirían un regreso en enero, dando tiempo suficiente para que Aleksandre compita en noviembre e Ilia inicie posteriormente su preparación.
De enero a la Casa Blanca
Detrás de toda esta incertidumbre se esconde una estrategia maestra que podría redefinir la carrera de Topuria y la historia de la UFC.
El campeón no oculta su objetivo final: enfrentarse a Islam Makhachev en la Casa Blanca el 14 de junio de 2026, en lo que sería el evento más prestigioso jamás organizado por la promotora.
Para que este plan se materialice, deben alinearse varias piezas. Primero, Makhachev debe vencer a Jack Della Maddalena el 15 de noviembre y conquistar el cinturón de peso wélter.
Segundo, Topuria debe defender exitosamente su título de peso ligero, idealmente en enero, para tener tiempo de recuperación y preparación. Tercero, ambos campeones deben mantener sus cinturones hasta junio.
Islam Makhachev, tras su última victoria en la UFC
Significativamente, Makhachev acaba de aceptar el desafío de Topuria para la Casa Blanca. En declaraciones recientes a ESPN, el daguestaní confirmó su interés: "Él quiere pelear en la Casa Blanca y yo también quiero estar allí. Sería una gran pelea para la comunidad de las MMA".
Esta respuesta marca un cambio de actitud en el equipo de Makhachev, que anteriormente había mostrado reticencias hacia un enfrentamiento con Topuria.
La perspectiva de hacer historia en la Casa Blanca, coincidiendo con el 80º cumpleaños de Donald Trump y el 250º aniversario de la independencia estadounidense, ha cambiado la ecuación.
Los números que respaldan la decisión
El acuerdo entre la UFC y Paramount representa mucho más que un simple cambio de plataforma. Con 1.100 millones de dólares anuales en juego, la presión por comenzar con una cartelera espectacular es inmensa.
Topuria se ha consolidado como la mayor estrella de la compañía en 2025, encabezando el ranking libra por libra y acumulando una serie de nocauts legendarios que incluyen a Alexander Volkanovski, Max Holloway y Charles Oliveira.
Su presencia en UFC 324 no solo garantizaría números de audiencia, sino que establecería el tono para toda la nueva era de la UFC en Paramount. La promotora necesita demostrar que la inversión millonaria valdrá la pena, y pocas cosas generan más expectación que un campeón invicto defendiendo su cinturón.
La incógnita de Tsarukyan
Deportivamente, el oponente más lógico para Topuria sería Arman Tsarukyan, actual número uno del ranking de peso ligero. Sin embargo, el armenio se enfrentará a Dan Hooker el 22 de noviembre en la misma cartelera donde pelea Aleksandre Topuria.
Esta coincidencia temporal prácticamente descarta a Tsarukyan para enero, a menos que termine el combate de forma rápida y contundente.
La situación beneficia indirectamente a Pimblett, quien se encuentra en el sexto puesto del ranking pero cuenta con mayor tracción mediática que otros contendientes mejor posicionados.
En un deporte donde el entretenimiento y la competición se entrelazan constantemente, el británico ha sabido construir su candidatura tanto dentro como fuera del octágono.
El final de la incertidumbre
A medida que el otoño avanza, las piezas del puzzle van encajando. La pelea de Aleksandre Topuria el día 22 marcará probablemente el inicio de las negociaciones serias para el regreso de Ilia. El combate entre Makhachev y Della Maddalena una semana antes podría definir el contexto estratégico de todo 2026.
Mientras tanto, Topuria continúa entrenando en Madrid, manteniendo la forma física y la mentalidad competitiva que lo han llevado a la cima del deporte.
Su entorno sigue manejando las expectativas con la prudencia característica de quienes entienden que en el sector de las MMA, nada es definitivo hasta que los contratos se firman y las fechas se confirman.
El mundo de las artes marciales mixtas permanece en vilo, esperando que la incertidumbre se transforme en certeza, que las posibilidades se conviertan en realidades y que el campeón más dominante de la actualidad regrese para defender lo que ha conquistado.
Enero de 2026 se perfila como el mes donde todo podría comenzar a cobrar sentido, donde el "nada cerrado" de hoy se transforme en el espectáculo "que todos quieren ver" mañana.
