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Un nuevo escándalo ha vuelto a poner de manifiesto el silencio de las federaciones, que en el pasado miraron hacia otro lado en relación al abuso sexual que han sufrido algunos deportistas siendo todavía menores de edad.

Inglaterra amaneció el martes con la noticia de que José Vicente Leiva-Modahl, exentrenador olímpico de atletismo, comparecerá ante el Tribunal de Manchester para enfrentarse a los 19 cargos que se le acusan de abuso sexual, violación y haber tenido un comportamiento controlador y dominador sobre una menor.

Este escándalo ha sido el último después de que en marzo la seleccionadora italiana Emanuela Maccarani fuera apartada -tras 29 años en el cargo- por las acusaciones de supuesto maltrato, abuso y acoso psicológico que varias deportistas hicieran públicas en 2022.

"El Servicio de Fiscalía de la Corona ha decidido procesar a Vicente Leiva-Modahl por una serie de delitos sexuales graves, incluidos delitos relacionados con el abuso sexual infantil", dijo el fiscal jefe adjunto, James Bolton-Smith.

"Nuestros fiscales han trabajado para establecer que hay pruebas suficientes para llevar el caso a los tribunales y que es de interés público iniciar un proceso penal. Hemos trabajado en estrecha colaboración con la Policía de Manchester mientras llevaban a cabo su investigación", recogió BBC Sports.

Los presuntos delitos ocurrieron entre 2012 y 2024 y están relacionados con la misma mujer, afirmó la Fiscalía. Por lo que se cometerían durante su matrimonio con la exatleta olímpica de media distancia Diane Modahl.

La estrella de la gimnasia Aly Raisman mira a Larry Nassar durante el juicio Brendan McDermid REUTERS

Los abusos sexuales en deportes olímpicos se han convertido en una lacra global de gran repercusión mediática y judicial. Casos como el de Vicente Modahl han evidenciado la magnitud y persistencia de este problema en contextos deportivos de alto nivel, afectando especialmente a menores y jóvenes atletas.​

El mayor escándalo de abuso sexual en el ámbito olímpico es el del exmédico del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos, Larry Nassar. Durante décadas, Nassar abusó sexualmente de más de 265 atletas, muchas de ellas menores de edad, bajo el pretexto de tratamientos médicos.

Gimnastas olímpicas como Simone Biles, Aly Raisman, McKayla Maroney y Jordyn Wieber hicieron públicas sus denuncias, lo que derivó en múltiples condenas contra Nassar, sumando más de 100 años de prisión.

Este caso destapó una cadena de negligencias y encubrimientos por parte de federaciones, universidades y el propio Comité Olímpico estadounidense, que priorizaron la imagen y el éxito deportivo sobre la seguridad de las deportistas.​

Simone Biles, tras su ejercicio de suelo en los JJOO de París Reuters

España tampoco ha estado ajena a estos delitos. Entrenadores como Torres Baena en kárate y Miguel Millán en atletismo fueron condenados por abusos sexuales a menores durante su etapa como técnicos de deportistas olímpicos y promesas del deporte.

El miedo a represalias

Un caso reciente que salió a la luz en 2024 fue el de la exgimnasta Gervasio Deferr, acusado públicamente por varias mujeres de abuso sexual cuando eran menores de edad, en el contexto de los centros de alto rendimiento (CAR).

El abuso sexual en las estructuras olímpicas también ha sido reportado en otros países, como el caso del jugador neerlandés Steven van de Velde o denunciantes en países latinoamericanos, donde el silencio y la carencia de recursos de protección continúan siendo obstáculos frecuentes.

Según informes recientes, la mayoría de las víctimas no formaliza denuncias, por temor a represalias o porque las instituciones minimizan o desoyen las alertas.​