Las mujeres han tenido que recorrer un duro camino hacia la igualdad de las deportistas embarazadas. Ser una atleta de alto nivel y ser madre al mismo tiempo ha sido durante mucho tiempo un deseo inalcanzable para muchas mujeres, quienes han decidido aplazar la maternidad hasta el final de su carrera deportiva.
Con el paso de los años, cada vez son más las deportistas que deciden ser madres sin tener que renunciar al deporte. En España, Teresa Portela, Ona Carbonell, Liliana Fernández, Maialen Chourraut, Blanca Manchón o Gemma Mengual son solo algunos de los ejemplos de mujeres que compiten al más alto nivel y han decidido afrontar una prueba más en sus carreras, la más exigente.
La seis veces campeona de España, subcampeona de Europa en 2013 y bronce europeo en 2012 y 2019, Liliana Fernández, ha atendido a EL ESPAÑOL para confesar cómo le cambia la vida a una deportista que decide ser madre, cuáles son los sacrificios que debe hacer y en qué forma reciben el apoyo de unas federaciones o patrocinadores que, en algunos casos, les dejan desamparadas.
Liliana Fernández agradece el apoyo al público durante los Juegos Olímpicos de París.
Liliana Fernández cumplió su deseo de ser madre y siguió demostrando que después se puede seguir estando en lo más alto. La leyenda del vóley playa español concibió a su primogénito en mitad del ciclo olímpico que iba de Río a Tokio en 2017 y el nacimiento de su segundo hijo en 2022 hacía muy difícil su presencia en los Juegos Olímpicos.
Londres, Río, Tokio y París. La alicantina es la deportista española con más presencia olímpica en el vóley playa y para entender el éxito de su carrera hay que mencionar a dos personas que, definitivamente, le cambiaron la vida: su madre y su marido, Eduardo Martín.
No obstante, además de estos dos pilares que sostienen el legado que está desarrollando Liliana Fernández, mención aparte merecen también los patrocinadores, la Federación y el Consejo Superior de Deportes (CSD).
El miedo al desamparo
La atleta Allyson Felix, la tenista Serena Williams o la futbolista Alex Morgan se han convertido en referentes a nivel mundial al quedarse embarazadas y seguir en primera línea del deporte. Liliana Fernández es también un ejemplo a nivel nacional, aunque ella no se considera pionera en esta práctica cada vez más habitual.
"Yo creo que no tenía la visibilidad o el reconocimiento que tiene ahora. La gente valora un poquito más el ser deportista y compaginarlo con la maternidad. Yo hablé con Kerry Walsh, triple medallista olímpica de oro en vóley playa, que ya había sido madre y me apoyé en ella para que me contara su experiencia. A partir de ahí fue como que te atreves un poco a dar el paso, pero aun así en lo que es el entorno, a nivel deportivo, te sientes como un salto al vacío", confiesa la alicantina.
Una de las deportistas que sufrió el abandono tras la maternidad fue la regatista Blanca Manchón, quien perdió a todos sus patrocinadores en 2016 tras anunciar que estaba embarazada. Solo siete meses después de dar a luz se volvió a proclamar campeona del mundo de windsurf sin tampoco el apoyo de su Federación que le exigía resultados demasiado altos nada más parir.