Mathieu van der Poel ha conquistado su segunda Milán-San Remo al imponerse en el esprint final a Filippo Ganna y a Tadej Pogacar. El esloveno no gestionó bien el tramo más importante de la carrera ya que se dejó muchos metros antes de arrancar y no los pudo recuperar. El de UAE Team Emirates vuelve a repetir la misma posición en el cajón que el año pasado.
La segunda Milán-San Remo para Van der Poel resultó absolutamente histórica. En el Poggio, el holandés resistió estoicamente todos los arreones de Pogacar quien fue el único capaz de amenazar con arrebatarle la victoria. A falta de seis kilómetros para llegar a la meta, el de Alpecin-Deceuninck abrió unos metros a Pogacar en un arreón descomunal, aunque el esloveno no se dio por vencido.
Cuando la victoria parecía que era cosa de dos, en el descenso del Poggio, el italiano Filippo Ganna empezó a recortar metros hasta situarse entre Van der Poel y Pogacar a falta de un kilómetro. De hecho, consiguió adelantar al esloveno quien pecó de ser muy contemplativo antes de que Van der Poel lanzase el esprint.
Pogacar lo intentó hasta la saciedad con tres movimientos letales que posiblemente a cualquier otro ciclista dejaría atrás, pero no a Van der Poel ni a Ganna. El holandés tuvo muy clara la táctica a seguir: pegarse a la rueda de Pogacar e ir desgastándolo poco a poco, confiando en seguirle siempre rueda a rueda y jugársela en el sprint final.
Si tres fueron los ataques de Pogacar en la Cipressa, dos de ellos se produjeron en el Poggio (3,6 km al 3,7%), donde apenas inquietaban a Van der Poel. De hecho, tal y como sucedió dos años atrás, el holandés jugó con Pogacar a punto de coronar el Poggio. Ambos tomaron unos metros en un descenso vertiginoso, pero Ganna acabó enlazando con ellos en los últimos metros de Vía Roma, previos al esprint.
Y cuando lo vio claro, Van der Poel atacó al sprint y nadie pudo seguirle, logrando su segunda victoria en la Milán-San Remo, su séptimo Monumento Ciclista y su victoria 52ª como profesional con 30 años, y tercera victoria seguida del equipo Alpecin-Deceuninck.
Tadej Pogacar terminó con un sabor agridulce después de haber efectuado probablemente la mejor actuación en su carrera en San Remo, a pesar de no haberse reflejado en una posición mejor que la que atesora en esta carrera, tercero.