"Si mi mente puede concebirlo y mi corazón puede creerlo, entonces puedo lograrlo". Muhammad Ali, que decía que era el más grande antes de serlo, utilizó en el libro que publicó en 2004 (The Soul Of A Butterfly) esta frase que dijo el activista Jesse Jackson en 1983. Sandor Martín (Barcelona, 1993) también concibió en su mente y creyó con su corazón que algún día sería campeón del mundo, y está a un paso de lograrlo.
Nueva York, la ciudad que nunca duerme, es el escenario donde el púgil español tendrá la pelea de su vida. En la madrugada de este sábado al domingo —hora peninsular—, en el Barclays Center de Brooklyn, Sandor Martín combatirá contra el dominicano Alberto Puello por el título mundial superligero.
Sandor no es un desconocido para el público estadounidense. Su 'sueño americano' comenzó con una victoria frente a una leyenda del boxeo, Mikey García, en El Fresno (California), en 2021, y siguió con una noche espectacular en el mítico Madison Square Garden, en 2022, en la que el boxeador del KO Verdún fue 'atracado' frente al local Teófimo López. Entonces saltó a las grandes listas, pero ha tenido que esperar más de dos años para esta contienda. Aquí —de una vez por todas— la tiene.
Antes de volar a Nueva York, Sandor Martín charló con EL ESPAÑOL. Desborda confianza, algo que no sorprenderá a quien ha tratado con boxeadores —¡subirse al ring sin ella sí que es deporte de riesgo!—, pero en su caso se trata de un convencimiento especial. Esta es la suya. La oportunidad de toda una vida —quince años como profesional— de alguien que vive enamorado del "deporte del boxeo", como se refiere a su gremio con el mayor de los respetos.
Nació y creció en un gimnasio. Para ser más concretos, el de su padre, el gran Rafa Martín. Pero se acostumbró a pelear con el papel de visitante, lo cual ha sido las últimas décadas un mal común para todo púgil español que ha llegado a algo. ¡España, despierta! El boxeo está muy vivo en tus calles. Puede que un campeón sea lo que haga falta para tirar a la lona los estigmas que quedan. Sandor va a por ello.
Sandor Martín
Por fin, Sandor. Llega la pelea de tu vida. ¿Cómo te encuentras?
La verdad es que el campamento ha ido muy bien. Ha ido todo sobre ruedas. Sin lesiones, sin incidencias, con una calidad de trabajo extraordinaria. He podido tener sparrings de primer nivel, y la sensación es que voy a ser campeón del mundo. Es que va todo tan bien, tan fluido, que no puede ir en otra dirección.
Pero el boxeo siempre es un baile de dos. ¿Qué análisis haces de Alberto Puello, tu rival?
Es un boxeador completo, que sabe pelear en diferentes distancias de manera regular. Suele boxear un poco hacia atrás, a la contra, y aprovechar un poco la altura y envergadura que tiene, que juegan a su favor. Es un boxeador de guardia zurda, como yo, lo que lo convierte en una pelea todavía más especial porque siempre son más complejas cuando es zurdo contra zurdo, pero es así para los dos. Tiene una buena esquina y es un boxeador ordenado que contemporiza muy bien, que sabe caminar el cuadrilátero, pero creo que tengo lo suficiente para contrarrestarlo.
"Es mi primera oportunidad de luchar por un título mundial después de quince años como profesional. Sé que no se me va a escapar"
Dices que vas a ser campeón del mundo y que no puede ir en otra dirección la pelea. ¿Por qué lo tienes tan claro?
Es así porque tiene que ser así, porque esta es la mía. Es mi primera oportunidad de luchar por un título mundial después de quince años como profesional y es una ilusión que tengo desde niño. Es algo que sé que no se me va a escapar. El destino ha querido que sea de esta manera y en este momento. Cada uno tiene el suyo y ahora es el mío; entonces, eso lo tengo que aprovechar. Dicen que el destino está escrito, ¿no? Pues ahora me toca a mí este capítulo.
La espera ha sido larga, eh. Han pasado prácticamente dos años desde tu ascenso al puesto número 1 en las listas del Consejo Mundial de Boxeo. ¿Qué ocurre para que haya sido tan difícil armar esta pelea por el título?
Yo hago la pelea con Teófimo [López] y cuando bajo del Madison [Square Garden], en base al rendimiento que yo he dado en esa pelea, consideran que tengo que ser aspirante oficial al campeonato del mundo. Creo que nadie en la historia, no sé si soy el primero, ha conseguido ser aspirante oficial al título del mundo viniendo de una derrota. Después de eso, hago dos peleas más y somos aspirantes oficiales al campeonato del mundo... con una condición. Que si David Haney decide subir la categoría de peso, él tiene preferencia sobre nosotros. Lo aceptamos y eso ocurre: Haney sube de peso, gana a Regis Prograis, y después nos atropella un tren llamado Ryan García.
Sandor Martín haciendo manoplas con su padre y entrenador
Cuando nosotros tenemos que hacer la pelea con Haney, nos piden comprensión y paciencia. Nosotros lo aceptamos y ahí viene un poco todo el revuelo y la debacle, porque lo natural era enfrentar al ganador de esa pelea, pero Haney —que era el campeón— pierde y Ryan García gana, pero no da el peso, por lo que no puede optar al cinturón, y además da positivo por dopaje, por lo que todo se vuelve a aplazar. Llegamos a la subasta para pelear contra Haney, que no había perdido el título pese a haber perdido la pelea, ganamos la subasta y Haney dice que se toma un año sabático, que no quiere pelear. Y entra en escena Alberto Puello, que era el campeón interino, que venía de ganar a Gary Rusell contra todo pronóstico. Y ahí es donde se gesta esta pelea. Después, la primera fecha tentativa es para primeros de noviembre, luego se aplaza a diciembre y finalmente se acaba llevando a cabo en marzo.
Toda una odisea.
Y eso es sólo el resumen, por lo que imagina la historia completa... (Ríe).
Y apuesto a que no perdiste la fe, que no dejaste de creer en tu oportunidad. Pero no habrá sido sencillo para ti.
Creo que precisamente por eso tiene todavía más mérito esta pelea y la hace más especial, por todas las dificultades que ha habido por el camino para llegar hasta aquí. Yo he sido muy profesional durante todo este tiempo. He seguido entrenando todos los días, yendo al gimnasio de lunes a sábado. No me di por vencido, sabía que iba a llegar mi oportunidad, y ahora que la tengo delante no puedo dejarla escapar. Es un proceso que no ha sido fácil, claro, pero que sí que va a merecer la pena. A cada uno le llega su momento en el tiempo justo. Si ha tenido que ser así, es por algo. Yo únicamente me he dedicado a entrenar y a que me diesen un rival y una fecha definitiva para ser campeón del mundo.
"Llevo un año alejado de mi círculo más cercano simplemente por no desviarme del sueño que llevo persiguiendo toda una vida"
Ni siquiera se puede pensar en que tú eres el mismo que hace dos años. Habrás vivido momentos buenos [en mayo de 2023, Sandor fue padre por primera vez] y momentos malos [le intentaron apuñalar en Barcelona hace unos meses]. Quiero que hagas un ejercicio de introspección rápido. ¿Qué ha cambiado en Sandor Martín en este tiempo?
Sandor Martín
Las botas de Sandor Martín mientras salta a la comba en el ring
Llego en un momento de madurez espectacular. Toda la responsabilidad que he tenido de hacer las cosas bien, de estar centrado, todo lo que he tenido que sacrificar por el camino, me ha llegado en un momento perfecto. Llevo un año alejado de mi círculo más cercano. He visto poco a mi familia, a mis amigos y a la gente que veo de normal, simplemente por no desviarme del sueño que llevo persiguiendo toda una vida. Porque esta es mi oportunidad, no la puedo dejar escapar. Me llega en un momento de madurez perfecto y eso se va a notar en el ring.
De hecho, desde hace pues prácticamente dos años y medio, casi tres vamos a decir, posiblemente esta sea la mejor preparación que he tenido. La pelea de Teófimo fue a contracorriente, aunque el rendimiento no fue malo, y sólo fueron tres semanas con todo lo que conlleva. Luego, para la siguiente pelea venía de ser papá y, evidentemente, no estás en condiciones de entrenar correctamente. Para la siguiente ya pude entrenar mejor, pero era una pelea de ocho asaltos, y creo que desde abril del 2022 que no preparo una pelea en condiciones, que fue un rendimiento espectacular, y creo que estoy excesivamente mejor que entonces.
Es por eso que voy a ser campeón del mundo, que lo tengo tan claro. O sea, todos los indicadores, tanto de rendimiento, a nivel de fatiga, a nivel de recuperación, la velocidad, la fuerza, el peso... Estoy muy bien, me lo he tomado muy en serio y he podido comer de todo, sin estar pasando hambre. Es que todo lo estoy haciendo bien y por eso tiene que salir bien.
Esta oportunidad que tienes en tus manos, en tus puños, mejor dicho, es tan grande para ti como para el boxeo español entero. ¿Lo sientes como un antes y un después?
Desde luego. El boxeo en España necesita un campeón del mundo y más en estos momentos. Piensa que llevamos muchos, muchos años trabajando. Kiko Martínez ha sido el último abanderado en esa situación de llevar la responsabilidad del boxeo español, y lo ha hecho muy bien, y llevamos muchísimos años por cambiar la imagen del deporte en este país. Ahora que hay un vuelco en cuanto a la aceptación social del boxeo en este país, que se apoya a los deportistas, que se llenan los estadios, que cada vez más gente practica y consume boxeo, pues tener la figura de un referente es algo esencial. Es primordial para el porvenir del boxeo en España, y la responsabilidad está en mí y sé que lo voy a hacer bien.
"El boxeo es el gigante dormido del deporte en este país y cuando se despierte... va a asustar a mucha gente"
Las MMA se han puesto de moda en España gracias a Ilia Topuria. ¿Por qué no lo mismo con el boxeo, ahora que los gimnasios están llenos de gente joven, gracias a un Sandor Martín campeón mundial?
Es un momento mágico, y siempre lo digo. El boxeo es el gigante dormido del deporte en este país y cuando se despierte y empiece a andar... va a asustar a mucha gente. (Ríe) Porque realmente lo que puede generar el boxeo a nivel de movilización de masas es algo al alcance de muy pocos deportes. Ojalá que todo salga bien. Yo voy a trabajar para que salga bien y que el futuro sea próspero, para que otra gente que venga por detrás con las mismas posibilidades lo tenga un poco más fácil de lo que yo lo he tenido.
Pero el apoyo institucional no termina de llegar...
Los gimnasios están llenos, la tendencia está cambiando, la situación social que está habiendo, los medios y la prensa se están volcando con el deporte del boxeo de nuevo... Y creo que es ilusionante tener un campeón mundial y un referente. Entonces, una vez esté completado ese paso, el apoyo institucional es el siguiente, por lógica, que tiene que venir. Es inercial. Y a partir de ahí, tirar millas y mantener ese buen nivel y línea de trabajo. No puede ser algo puntual y que se diluya en el tiempo, sino que tiene que llegar para quedarse otros cincuenta años.
Sandor Martín
Hablando de los jóvenes que vuelven a verse atraídos por el boxeo pensaba en el inicio de tu camino. ¿Dónde se encuentra?
Yo siempre explico que no tengo el recuerdo de cuando yo entro al gimnasio por primera vez.
¿Por lo pequeño que eras?
Real, real. O sea, yo a la semana de nacer ya estaba en el gimnasio con mi padre [Rafa Martín, propietario del gimnasio KO Verdún]. Mi caso es exactamente igual al de todas las personas que han vivido en la que ha sido su casa de siempre y no recuerdan el día que entraron a ella. Pues para mí el boxeo ha sido lo mismo. Yo he crecido con eso. Yo no recuerdo el primer día que entré al deporte del boxeo. Sí que, evidentemente, recuerdo mi infancia vinculada al deporte, pero yo no recuerdo cuándo entré ni cómo empecé, y ha cambiado todo mucho. Ahora hay muchos más chavales practicándolo, con un potencial tremendo, y la verdad que eso es una alegría. Es un gustazo ver a toda esta gente motivada para querer llegar y seguir tus pasos.
"Si no fuese por mi cabezonería, hubiese dejado el deporte del boxeo hace muchos años"
¿El sueño de ser campeón mundial siempre estuvo ahí?
Eso está de siempre. Desde que era un niño. Yo me lo propuse y es que soy muy cabezón. (Ríe) O sea, es algo que sé que va a pasar porque soy tan cabezón que hasta que no lo consiga no voy a parar. Es una cosa de cabezonería y llega un momento que, por tozudez y por pesado, sé que lo voy a conseguir. Si no fuese por esto, hubiese dejado el deporte del boxeo hace muchos años, ¿sabes? Es la ilusión, es el sueño y es lo que me mueve, y tengo que hacerlo bien.
Yo siempre deseé ser campeón mundial, pero sí que es cierto que no las tuve todas conmigo porque salir desde España, al nivel deportivo en el que yo estoy, con los pocos apoyos que ha habido a lo largo del camino, es muy difícil. Muy, muy, muy, muy difícil. Y soy un afortunado de vivir todo lo que estoy viviendo con el deporte del boxeo. Es por eso que no puedo fallar, igual que no puedo fallar al Sandor que empezó.
¿Qué os decís tú y tu padre en un momento tan especial como este?
Sinceramente... nada. No cambiamos argumentos más allá del entrenamiento. Sabemos cada uno lo que tenemos que hacer de cara a la pelea y la profesión va por dentro. Las emociones saldrán cuando el trabajo esté acabado. Ahí sí que podremos echar una vista al pasado y recordar cómo ha sido el camino para llegar hasta allí, que ha sido bien duro y bien bonito. Pero no podemos perder de vista el objetivo principal que es la pelea y no debemos dejarnos llevar por las emociones. Sé que es algo que no me va a influir y hay que hacer la pelea bien. Lo importante es la pelea. Después ya tendremos tiempo de celebrar. No me gusta vender la piel del oso antes.
Rafa Martín venda las manos a su hijo Sandor Martín
Te hemos visto ganar a una leyenda Mikey García, hacer una pedazo de pelea frente a Teófimo López en el Madison... ¿Tienes planes en la cabeza para cuando vuelvas como campeón de Nueva York?
Yo quiero enfrentar a los mejores de las 150 libras. Lo primero que me gustaría hacer es una defensa en España. Eso es lo primero. Tengo la oportunidad de hacer una defensa voluntaria después de ganar y quiero defender el título en España con un pabellón lleno hasta la bandera. La siguiente cosa sería tratar de unificar títulos. Ahí están el resto de campeones que ahora mismo son José Valenzuela (WBA), Richardson Hitchins (IBF) y la revancha con Teófimo López (WBO y The Ring), que no sé si estaría muy por la labor de volver a pelear conmigo. Y luego, pues hay hombres muy interesantes como Isaac Cruz, a quien también me gustaría enfrentar.
Creo que estoy en una de las mejores divisiones del mundo a nivel de boxeo, y también a nivel económico, por lo que tengo que aprovecharlo. Yo quiero enfrentar a los mejores y si puedo ser campeón indiscutido, unificado, pues mejor que mejor.
"Quiero enfrentar a los mejores y defender el título mundial en Bilbao, Madrid o Barcelona"
Una defensa en España sería espectacular. Seguro que tienes algún escenario soñado...
No lo sé... Hay muchas puertas abiertas en la ecuación, pero tiene que ser Bilbao, Madrid o Barcelona. Sé que va por ahí. Tenemos que hacer una valoración de dónde queremos aterrizarlo. Madrid sería por lo céntrico que es y la respuesta de la afición. Bilbao porque ahí el apoyo que tengo de la afición, del Athletic Club, y el movimiento es algo tremendo que se puede vivir muy pocas veces en la vida. Y Barcelona porque es mi casa y merezco también una gran noche en casa. Entonces, no sé... son tres que me planteo, pero no hay nada definido.
Ya te digo que no quiero ver más allá de la pelea, que es lo realmente importante. Tiempo para soñar siempre hay, pero ahora tenemos que tener los pies en el suelo e ir a por lo que merecemos.
¿Qué legado quiere dejar el día de mañana Sandor Martín?
Me gustaría que el día que me retire la gente me recuerde como el tipo que ayudó a cambiar la imagen del deporte del boxeo en este país. Porque he tocado todos los palos. Estoy metiéndome hasta el fondo. Estoy bajando al barro del deporte del boxeo para resucitarlo. A nivel deportivo; a nivel empresarial, actuando como promotor y como manejador; a nivel institucional; y evidentemente, como boxeador.
Creo que si en el futuro se me puede recordar, al margen de por los logros deportivos que están ahí y creo que todavía puedo cosechar varios más, es por trabajar para cambiar la imagen que había del deporte en este país; y eso ha sido un trabajo muy, muy, muy duro.