Álvaro Rodríguez
Enviado especial Nueva Orleans (EEUU)
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No había habido ni un solo equipo en la Historia de la NFL que hubiese conseguido encadenar tres victorias en la Super Bowl consecutivas. Y seguirá siendo así por lo menos durante unos cuantos años más: los Philadelphia Eagles arrasaron a los Kansas City Chiefs para sumar su segundo título en los últimos 8 años y privar del Three-Peat a los de Patrick Mahomes

El dominio por parte de los Eagles fue tal que la primera jugada en campo rival de los Chiefs llegó a falta de dos minutos para finalizar el tercer cuarto y cuando el marcador ya rezaba un rotundo 34 a 0 a favor de Philadelphia.

La línea defensiva de el campeón de la NFC dominó con contundencia a la de Kansas City en un partido en el que llegó a presionar a Mahomes en uno de cada dos dropbacks presionando solamente con los cuatro jugadores de la línea defensiva y en el que el quarterback de los Chiefs nunca estuvo cómodo.

Joe Thuney, el dos veces campeón de la Super Bowl con los Patriots y otras dos con los Chiefs, se mantuvo en la posición de tackle izquierdo y sufrió de lo lindo para detener a Josh Sweat, su emparejamiento en la defensa rival.

Mahomes, por su parte, recibe un duro golpe a su legado después de otra derrota en el 'Superdomingo' donde fue dominado de principio a fin y que recordó a aquella Super Bowl que los Kansas City Chiefs perdieron ante los Tampa Bay Buccaneers de Tom Brady en la cual los Chiefs nunca estuvieron en el partido.

Su final fue uno de los peores partidos de su carrera, no solo no pudo ejecutar el juego de pase corto y rápido que había llevado a los Chiefs hasta Nueva Orleans si no que además cometió dos errores de bulto al final del segundo cuarto que dieron a las a los de Philadelphia y que se transformaron en 14 puntos para los hombres que dirige Nick Sirianni

El ambiente en el Caesars Superdome de Nueva Orleans fue de partido de local para los Eagles. Su afición había viajado en masa desde Pensilvania y durante los días previas solo se veían camisetas verdes en la ciudad. En el estadio, también en mayoría, reinó la afición más ruidosa de toda la NFL que desde el principió abucheó a Mahomes en cada snap y convirtió el Superdome en territorio hostil.