OJ Simpson, en uno de los juicios

OJ Simpson, en uno de los juicios REUTERS

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Muere O. J. Simpson a los 76 años, el exjugador de la NFL que fue absuelto del asesinato de su mujer

El exdeportista ha fallecido, rodeado de su familia, tras librar una batalla contra el cáncer de próstata en los últimos tiempos.

11 abril, 2024 16:52

O. J. Simpson, la exestrella de la NFL que fue absuelta del asesinato de su esposa y el amigo de ésta en un caso que conmocionó al mundo entero, ha muerto tras luchar contra el cáncer de próstata a los 76 años, según un comunicado de su familia en su cuenta de X.

El post en el que se ha dado a conocer el fallecimiento de O. J. Simpson señala que murió este miércoles, rodeado de sus hijos y nietos. 

"El 10 de abril, nuestro padre, Orenthal James Simpson, sucumbió a su batalla contra el cáncer. Estaba rodeado de sus hijos y nietos. Durante este tiempo de transición, su familia le pide que respete sus deseos de privacidad y gracia", era el mensaje publicado por sus allegados a través de las redes sociales.

Apodado 'The Juice', Simpson fue uno de los mejores y más populares deportistas de finales de los años sesenta y setenta. Superó una enfermedad infantil para convertirse en un electrizante corredor de la Universidad del Sur de California y logró multitud de reconocimientos.

Uno de los más destacados fue el Trofeo Heisman, que le acreditó como el mejor jugador de fútbol universitario. Tras una carrera llena de récords en la NFL con los Buffalo Bills y los San Francisco 49ers, fue incluido en el Salón de la Fama del Fútbol Profesional.

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O. J. Simpson fue absuelto por un jurado de Los Ángeles en un mediático juicio en 1995 de asesinar a su exmujer, pero posteriormente fue declarado responsable de su muerte en un juicio civil. Más tarde, fue encarcelado por robo a mano armada y secuestro.

Simpson logró evitar la cárcel al ser declarado inocente de las muertes por apuñalamiento en 1994 de su exesposa Nicole Brown Simpson y su amigo Ronald Goldman en Los Ángeles. Ambos cadáveres fueron encontrados en el jardín del domicilio de su expareja.

Desde un primer momento, O. J. Simpson fue señalado como el principal sospechoso del doble asesinato. La investigación, llevada a cabo por la policía de Los Ángeles, apuntó a que el exjugador visitó a la que había sido su pareja y allí cometió el cruento crimen. Por dicho motivo, se le impuso una orden de búsqueda y captura. 

Numerosas pruebas le señalaron como el autor material de los hechos y ante los crecientes problemas, O. J. Simpson se rodeó de los mejores abogados, llegando a desembolsar cerca de 20 millones de dólares para tratar de salir absuelto en el llamado 'Juicio del Siglo'.

Una de las principales pruebas por las que fue acusado en un principio fueron unos guantes encontrados en la escena del crimen. Además, otros indicios que le incriminaban, como unas huellas de un zapato de su talla, pero tampoco convencieron al tribunal para inculparle.

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En su casa se encontró un guante de golf manchado con la sangre de las víctimas, cuyo par estaba junto a los cadáveres; tenía una herida profunda en la mano que no había podido explicar, y su coche contaba con rastros de sangre. Por si fuera poco, en la escena del crimen se veía muy clara la huella de un zapato de la marca italiana Bruno Magli, talla 12, como los que usaba Simpson. Había suficientes evidencias para que fuera inculpado. Pero los abogados sacaron la carta del racismo.

Los letrados constituyeron un jurado con mayoría de personas negras, ocho de los 12. De este modo, comenzó una batalla judicial marcada por la presencia del racismo. Pero el punto diferencial fue esa grabación antigua en la que Mark Fuhrman, el policía encargado del caso, decía que estaba en contra de los matrimonios interraciales.

Durante el juicio, se trató de demostrar que los guantes pertenecían a O. J. Simpson, pero no fue así. El exjugador había engordado notablemente debido a la recomendación de sus abogados, centrada en que se dejase unos antiinflamatorios. Además, nunca se pude comprobar que los zapatazos fuesen suyos, por lo que el jurado acabó absolviéndole tras 15 meses de proceso judicial.

Posterior, O. J. Simpson no logró esquivar la pena de cárcel y cumplió nueve años en una prisión de Nevada tras ser condenado en 2008 por 12 cargos de robo a mano armada y secuestro a punta de pistola de dos vendedores de recuerdos deportivos en un hotel de Las Vegas.