Desde sus inicios, la Copa América de Vela, la competición más prestigiosa de este deporte, había mantenido intacta una tradición. La de permitir el espionaje entre unos equipos y otros para mejorar el rendimiento copiando al de al lado. Sin embargo, para la próxima edición que tendrá lugar en el año 2024 en Barcelona, esto cambiará drásticamente

Será la primera vez desde el año 1851, cuando se celebró la primera edición de este evento deportivo, que el espionaje no esté permitido. O mejor dicho, que sea compartido entre todos los equipos y ofrecido por la organización. Una fórmula revolucionaria y un tanto extraña que ha generado un importante debate dentro del considerado como el tercer acontecimiento más seguido del mundo del deporte, solo por detrás de los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo de Fútbol.

Así pues, la organización de la Copa América, en comunión casi obligada con los equipos participantes, decidió crear un nuevo proyecto: el Programa Conjunto de Reconocimiento. Un nuevo modelo de trabajo mediante el que todos los equipos obtendrán la misma información los unos de los otros y la pondrán en común a través de un banco de datos global.

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Una medida que ha llegado para intentar frenar los casos de espionaje que se han sucedido a lo largo de las décadas y que se habían convertido en una práctica peligrosa. Con el paso de los años, el avance de las tecnologías había provocado que las técnicas utilizadas para conocer detalles secretos de otros equipos supusieran un riesgo para las embarcaciones contrarias. Por ello, a partir de Barcelona 2024, la vela vivirá un nuevo e histórico horizonte. 

Trofeo de la Copa América de vela Europa Press

Adiós al espionaje

Las labores de espionaje existen desde que la Copa América comenzó su aventura en el panorama deportivo mundial. Es decir, hace ya 171 años. Sin embargo, ha sido en las últimas décadas cuando esta salvaje carrera había generado situaciones incluso peligrosas. Un proceso que se aceleró en los años 80 y que ahora en el siglo XXI ha transcurrido de la mano de la era de las nuevas tecnologías. 

Concretamente, desde el año 1983, el espionaje ha sido una parte fundamental de la celebración de la Copa América y de su preparación previa. Los equipos empezaron utilizando espías equipados con lentes de largo alcance para obtener datos sobre el diseño de los barcos rivales y de las nuevas ideas que iban incorporando edición tras edición. 

Lo habitual es que cada equipo utilizase a dos personas que iban siguiendo a los equipos en la zona que estuvieran para obtener esos preciados datos sobre rutinas y técnicas de entrenamiento, materiales o composición de las diferentes partes de un barco de competición. Así podían conocer datos sobre los foils, las velas o los elevadores. Pero también sobre los movimientos de la tripulación o las diferentes maniobras, su velocidad máxima o su velocidad de despegue. Toda información es poca si puede marcar la diferencia entre ganar o perder. 

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Esta situación llegó a un punto de no retorno en la pasada edición de la Copa América, celebrada en 2021 en Auckland. Allí, muchos equipos de espías se pusieron en serio peligro al intentar seguir y rastrear a los AC75 rivales durante sus programas de entrenamiento. El avance de las tecnologías había permitido utilizar dispositivos como drones, rastreadores e incluso sumergibles para obtener datos y estudiar la telemetría de los oponentes. Esto último es una práctica que se realiza muy habitualmente en competiciones como la Fórmula 1 o MotoGP.

Sin embargo, para evitar esas situaciones de riesgo, se ha modificado la Regla 41 del Documento de Protocolo para prohibir la interceptación de información proveniente de la telemetría y de instrumentos como ordenadores especializados. Este nuevo programa de reconocimiento ha estado impulsado por Dan Bernasconi, diseñador jefe del Emirates Team New Zealand. No obstante, no ha dejado muy satisfechos a todos los equipos. 

Imagen de barcos en una edición pasada de la Copa América de Vela. EFE

Nuevo paradigma en la vela

La 37ª edición de la Copa América de Vela será donde se ponga en marcha este nuevo programa que tendrá varias particularidades. La información a la que se tendrá acceso, según afirman, será la misma que en ediciones anteriores. Sin embargo, esta será la misma para todos los equipos e incluso será compartida con los aficionados, para que puedan estar al tanto de lo que sucede. Valoran positivamente este hecho porque pretenden abrir todavía más la competición al público. 

"Empezamos a pensar en un programa de 'reconocimiento' compartido unos años antes de la última Copa y realmente se trataba de hacerlo más seguro en el agua al reducir la flota de barcos perseguidores, pero también se trata de abrir la Copa América a su base de aficionados". Esto afirmaba Dan Bernasconi.

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Así pues, tras el acuerdo al que han llegado todos los equipos, se creará un pequeño ejército de observación, formado por un conductor de lancha neumática y un fotógrafo/cámara para seguir a cada equipo en todos y cada uno de los días de navegación. Tendrán que ser personas cualificadas que conozcan la navegación, la Copa y que sean capaces de efectuar un buen reconocimiento a unos 45 nudos (90 kilómetros por hora) de velocidad.

Su misión será ir recopilando informes, fotos, vídeos y entrevistas de todos los conjuntos durante sus viradas, trasluchadas y recorridos diarios, tanto largos como cortos, de cada sesión en el agua. Después, todos esos datos se cargarán en una sola fuente a la que tendrán acceso todos los equipos para verlos y procesarlos de forma independiente. Las mentes más brillantes de este sofisticado deporte, desde diseñadores hasta arquitectos pasando por navegantes o patrones, recopilarán y estudiarán estos datos poniéndolos a prueba. 

Esta nube que contendrá los datos que pueden marcar la carrera será de libre acceso para los aficionados, quienes podrán tener un seguimiento 360 de la competición. Algo que no pasa en ningún otro deporte donde cada equipo maneja su propia información, tanto propia como de los contrarios: "Esta será la Copa del América más accesible para los aficionados de todo el mundo y la imagen del desarrollo que se trasladará será convincente, relevante y fascinante".

La tripulación del INEOS Britannia durante una prueba Europa Press

Sin embargo, hay quién piensa que el deporte sufrirá una pequeña fase de retroceso. Se trata de un mundo de costes muy elevados y donde todos persiguen la victoria de manera feroz. Por ello, se duda de que el equipo propuesto por la organización tenga el mismo nivel que el que puedan alcanzar los espías de los mejores equipos del mundo.

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A profesionales de más bajo nivel, menor información, menor rendimiento y menor motivación para realizar fuertes inversiones. Y una reducción constante de la circulación de capital podría hacer también que los premios y beneficios se reduzcan drásticamente.

Sin embargo, la organización espera que esto no suceda y confía en que sea un gran salto tanto para los equipos como para la competición a nivel mundial. Además, también espera que sea una importante reducción de costes. Para ellos, no hay motivos que hagan pensar que estos datos tengan menos valor que los que se manejan habitualmente.

Pero no será hasta el 2024, durante la 37ª edición de la Copa América, cuando el nuevo programa se ponga de verdad bajo análisis. De momento, las primeras pruebas se están realizando durante las preparaciones de los equipos por todo el mundo en zonas como Auckland (Nueva Zelanda), Mallorca, Barcelona, Pensacola (Estados Unidos) o Cagliari (Cerdeña). Un nuevo horizonte se abre para el universo de la vela.