Escándalo mayúsculo en el mundo del atletismo popular. Una prueba maratón ha provocado un cisma familiar en el seno de los Crawford. Kami y Ben, los líderes de este grupo de grandes atletas permitieron a su hijo Rainier de solo 6 años correr una maratón, algo que ha provocado multitud de críticas e incluso alguna denuncia que les ha obligado a tener que salir para dar explicaciones y a defenderse de las acusaciones que pesan sobre ellos. 

Todo comenzó a principios del mes de mayo cuando esta familia de Kentucky se propuso llevar a cabo un gran reto grupal: correr con sus ocho miembros una maratón completa. Hasta ahí todo iba bien. Sin embargo, lo realmente llamativo de su historia es que una de los integrantes de esta familia tan deportista era Rainier, de solo 6 años. Y correr una prueba que supera los 42 kilómetros no parece lo más adecuado para un chico tan pequeño. 

A pesar de eso, Kami y Ben no pensaron lo mismo y lucieron orgullosos que su pequeño había completado la Flying Pig Marathon en Cincinnati junto al resto de sus hermanos y a sus padres. Los ocho miembros llevando a cabo una hazaña que para muchos ha sido una temeridad cuando se han enterado de que dentro del grupo de corredores estaba el pequeño Rainier que, lógicamente, completó su reto con mucho sufrimiento y con verdaderas penalidades. 

La familia habitúa a colgar sus retos en sus redes sociales y por ello la noticia ha dado la vuelta al mundo y ha provocado que muchos lancen críticas afiladas contra ellos. En su post explican además que a partir del kilómetro 32, el joven Rainier sufrió lo indecible para poder llevar a cabo su propósito. "Estaba luchando físicamente y quería tomar un descanso y sentarse cada tres minutos".

Confiesan que tuvieron que prometerle que le comprarían unas patatas fritas después si conseguía completar el reto sin rendirse. Días después subieron a sus redes sociales una foto en la que mostraban al chico con sus dos botes de patatas y la afirmación de que ya por fin le habían pagado después de completar la carrera. 

El joven Rainier Crawford con sus botes de patatas

La historia de los Crawford ha trascendido tanto que incluso los Servicios de Protección Infantil llegaron a su casa de la familia sin avisar para poder hablar con los hijos después de que se hubieran producido varias denuncias por supuestos abusos contra los menores. Rondaba la creencia de que les obligaban a entrenarse y a competir en situaciones tan extremas como las que había vivido Rainier durante la carrera. 

Las explicaciones de la familia

Poco después de que se produjera este suceso, los padres del pequeño quisieron publicar otro post en sus redes sociales explicando cuál era su postura y cómo había surgido su idea de que su hijo pudiera correr junto al resto de miembros de la familia: "Nunca hemos obligado a ninguno de nuestros hijos a correr un maratón y ni siquiera podemos imaginarlo como algo factible emocionalmente. Hemos dado a todos nuestros hijos la opción de participar en todas las carreras".

"Este año, después de rogarnos que quería acompañarnos, permitimos que nuestro hijo de 6 años se entrenara y lo intentara. Le dábamos un 50% de posibilidades de completarlo y estábamos preparados para que se retirara en cualquier momento si lo pedía o si veíamos que su seguridad estaba en peligro. Le preguntamos numerosas veces si quería parar y fue muy claro en que su preferencia era continuar".

Además negaron que las lágrimas que muchos críticos aseguraron ver en los ojos de su hijo no fueron por el sufrimiento, si no porque había sufrido una caída en un momento de la prueba: "Mucha gente está informando de forma inexacta que se le vio durante la totalidad o la mayoría de la carrera a Rainier llorando".

La lluvia de críticas contra la familia ha sido tan fuerte que hasta algunos atletas olímpicos han criticado estos métodos en niños tan pequeños: "Esto no es bueno para el niño. Los niños son niños. Déjalos correr, pero como padre, debes proteger sus cuerpos en crecimiento y sus mentes jóvenes". Eso decía Kara Goucher.

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