Han pasado 20 años, pero en la historia del deporte nacional siempre quedará plasmado que la Selección de fútbol sala fue la segunda en cuanto a deportes de equipo en alzar una Copa del Mundo para España. Ocurrió en el año 2000 en una plaza de toros de Guatemala, el Domo, convertido en un pabellón para la ocasión por el Mundial de fútbol sala. El 3 diciembre, contra la Brasil que nadie pensaba que se podía ganar, se bordó la primera estrella sobre la camiseta del combinado español.

Han pasado dos décadas desde que la invencible -hasta entonces- Brasil caía a manos de España. La Selección dirigida por Javier Lozano derrotaba en la gran final dejando sin el título por primera vez a la Canarinha. El seleccionador de aquel equipo, ahora presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS), recuerda aquello "como el primer beso, algo que no se olvida jamás".

La LNFS ha querido rememorar este jueves aquel viaje que llevó a España hacia su primer Mundial de fútbol sala; cuatro años después, en China-Taipéi, se logró el segundo. En un especial de Pista Azul llamado Cuando fuimos los mejores hablan Javier Lozano y el resto de los grandes protagonistas de aquella gesta que ahora cumple 20 años. Un repaso a un camino que arrancó diez meses antes con la agónica clasificación para la cita contra Ucrania gracias a un 'punterazo' de Javier Orol.

20 aniversario de la conquista del Mundial de Fútbol Sala

Luego vino la concentración en Asturias previa al arranque del Mundial. A punto estaba de dar comienzo Guatemala 2000, "el lugar al que todos acudimos cuando tenemos problemas", relata Julio García Mera, uno de los líderes de aquel equipo. "Pasamos de estar en la periferia de nuestro deporte, a ser el centro de nuestro deporte y eso lo comprobamos en los campeonatos posteriores que jugamos viendo el respeto de nuestros rivales", asegura.

España, aún así, era de los 'cocos' del Mundial. En 1996, cuatro años antes, ya había jugado otra final de un Mundial contra Brasil, en Barcelona, y unos meses antes se había proclamando campeona de Europa. En la primera ronda de Guatemala dejó claro que iba a por todas con una goleada a Cuba en el partido inaugural (0-9) y las victorias contra Irán (7-2) y Argentina (0-3).

Luis Amado y Guillermo Martín, lesionados LNFS

Clavería bajo palos

Luego vino un momento clave de aquel Mundial. Ante Croacia (5-0), en segunda ronda, se lesionaban dos de los porteros de España: Guillermo Martín, en el calentamiento, y Luis Amado, al final del choque. Debutó entonces Jesús Clavería, que tenía 32 años. Él, aunque acudió a la cita casi como el tercer portero, fue el primer gran meta de la historia del fútbol sala español. Sin él ni sus paradas en la final contra Brasil no se entendería el título que luego levantó como capitán con ayuda de Joseph Blatter, presidente de la FIFA. "Es lo máximo, lo que aspira cualquier deportista en su vida", recuerda.

Después llegaron los triunfos contra Portugal (1-3) y Holanda (0-7) que dieron paso a la semifinal contra Rusia. La clasificación llegó por la épica ya que los rusos se adelantaron con dos goles de Verzihnikov. Pero Paulo Roberto, mito de este deporte en España, y Daniel Ibañes, por partida doble, remontaron con sus goles poniendo el 3-2 definitivo a escasos segundos del final. 

Ibañes, héroe de semis y máximo goleador de España en el Mundial con diez goles, recuerda la clave que llevó a aquella Selección a lo más alto: "Conseguimos crear una familia en el equipo. Cada uno sabía su rol en el equipo y todos íbamos a por lo mismo".

Cuando cambió todo

'El Espíritu de Guatemala' que hizo que España conquistara su primer Mundial de fútbol sala. Un 3 de diciembre un grupo de 15 jugadores vivieron el partido de sus vidas, "el día más importante del Fútbol Sala español y seguramente el día que más felices fuimos", apunta Kike Boned. Aquel día se ganó y se derrocó a Brasil en el trono mundial del fútbol sala para pasar a formar parte de la historia.

Javi Sánchez celebra su gol contra Brasil LNFS

El partido acabó 4-3. Los goles fueron de Daniel de penalti, Javi Sánchez y Javi Rodríguez, que marcó dos. Jesús Clavería, fundamental con sus paradas, echó a correr con el balón en las manos cuando el partido finalizó y Paulo Roberto, 20 años después, lo analiza así: "No es lo mismo sentirse un gran jugador, que ser un campeón del Mundo".

Javi Sánchez rompió en lágrimas tras el pitido del colegiado y haber sido el autor de una increíble chilena en aquella final: "El gol más importante de mi vida por lo que supuso y significó". Recuerda ese partido como un "éxito extraordinario que suponía un punto de inflexión". Javi Rodríguez, que decantó el partido con esos dos dobles penaltis en el último minuto los tiene todavía presentes: "Me salieron así. Dos punterazos, Había que meterlos sí o sí. Fue apoteósico".

Las estrellas de aquella Brasil se siguen rindiendo en la actualidad al equipo que les hizo perder su primer Mundial. "No sabía como tiraría", reconoce el meta brasileño Lavoisier Freire sobre los dobles penaltis de Javi Rodríguez. "España hizo un mundial muy trabajado y su victoria cambió la historia del fútbol sala mundial", analiza Manoel Tobías, Balón y Bota de Oro de la cita mundialista con una Brasil que metió 78 goles a lo largo del campeonato.

España terminó aquel Mundial con ocho victorias, 41 goles a favor y tanto solo ocho goles en contra. "Ese sueño que tienes desde pequeño, desde niño, que por fin se hacía realidad", recuerda Joan Linares, que entonces ondeaba con todas sus ganas junto a Santi Herrero una bandera de España. De vuelta a casa, en Barajas tuvieron un multitudinario recibimiento y la recepción en la Casa Real fue el colofón.

20 años después de la gesta, aquellos héroes del deporte nacional siguen, en su mayoría, vinculados al fútbol sala español. Entrenadores, directores deportivos... Hoy en día siguen recordando aquella final en Guatemala como si hubiera ocurrido ayer y por siempre quedará enmarcada en la historia deportiva de este país.