Evander Holyfield siempre será recordado por ser uno de los mejores boxeadores de la historia. Un icono a la altura de tantos grandes nombres del ring que se convirtieron en leyenda y que consiguieron hacer carrera y fortuna a base de encajar los golpes de los rivales. Sin embargo, como muchos otros, no supo recibir las embestidas que la vida le tenía preparadas después de tanto dispendio. 

Holyfield se convirtió en una máquina de hacer dinero, lo que le permitió vivir con todo tipo de lujos sin pensar en el mañana, sin tener una perspectiva de futuro y sin tener preocupación alguna más que gastar. Sin embargo, el coste de una vida de excesos se termina pagando tarde o temprano. Lo peor es que cuando toca pagar la factura la vida te ha empujado ya a la ruina más absoluta. 

Algo así le ocurrió al mítico exboxeador, que pasó de tenerlo todo a no tener nada y encima deber al resto. Una situación crítica para alguien que había nadado en la abundancia del éxtasis profesional y del lujo sin freno. Por ello, la caída a los infiernos siempre es más dura cuando se pasa directamente desde un cielo creado a base de billetes. 

Evander Holyfield llegó a ser Campeón del Mundde los pesos pesados y del peso crucero, lo que le permitió obtener ganancias por encima de los 220 millones de euros, una auténtica barbaridad que ni el propio Holyfield ni su entorno han sabido gestionar hasta perderlo todo o casi todo. 

Holyfield durante una sesión de entrenamiento Instagram (evanderholyfield)

Ahora, a sus 57 años, se prepara para volver a su subirse al ring para unos combates benéficos cuando su potencial económico ha disminuido considerablemente, al igual que su forma física, que ya no es la de antaño. Sin embargo, la leyenda del boxeo quiere volver a dar una buena imagen de sí mismo y por ese quiere una resurrección dorada tras su caída a los infiernos. 

Además de los excesos, las malas inversiones también le han traído por la calle de la amargura. Tal y como publica el medio inglés The Sun, Holyfield perdió más de 8 millones de euros en una cadena de restaurantes, mientras que la disolución de su discográfica, Real Deal Records, le supuso otra gran pérdida de casi tres millones. 

Sin embargo, a su peor momento le han llevado sus locuras urbanísticas. En 2008, fue desahuciado de su mansión de Atlanta que tenía 109 habitaciones por el impago de una hipoteca que ascendía a 11 millones de euros. Esta situación catastrófica le obligó a vender su inmensa vivienda al rapero Rick Ross por algo más de seis millones de euros en lo que fue otro negocio dantesco. 

La nueva vida de Holyfield

La vida actual de Holyfield es muy diferente, ya que vive un apartamento de tan solo dos habitaciones, 107 menos que en su icónica mansión, y lo hace más preocupado de sus obligaciones que de sus momentos de placer, ya que su descontrol de vida le ha provocado también formar una familia caótica. 

Holyfield se exprime para ponerse en forma Instagram (evanderholyfield)

Holyfield es padre reconocido de 11 hijos tenidos con seis mujeres diferentes, además de haber pasado por tres divorcios diferentes que le han acarreado pérdidas económicas millonarias, dando una nueva muestra del enorme caos que ha supuesto su vida desde su llegada al éxito. 

"Cuando no tienes a otros cuidando de ti, todos toman algo para sí mismos. Estaban robando, sólo robando y robando", así defendía Holyfield a sus terribles compañías durante muchos momentos de su vida. 

"Es difícil caerse, y siento que ahora todo es demasiado tarde. Solía ser tonto, pero ya no lo soy". Así concluye un nuevo Holyfield que ahora vive de los 83.000 euros mensuales que se embolsa por apariciones publicitarias, una cantidad nada desdeñable, aunque nada comparado a la fortuna dilapidada durante gran parte de su vida. 

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