Este domingo 28 de junio es el Día Internacional del Orgullo Gay. Esta celebración, llevada a cabo en varios rincones del planeta, se formula con una serie de actos con el telón de fondo de la lucha por la igualdad de este colectivo formado por gays lesbianas, bisexuales, transexuales o transgénero, intersexuales y queer (aquellas personas que no quieren clasificarse bajo etiquetas tradicionales por su orientación e identidad sexual).

Es en esta fecha cuando se conmemoran los disturbios que tuvieron lugar en Stonewall (Nueva York) en el año 1969, los cuales marcaron el inicio del movimiento de liberación. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. En una gran cantidad de países se castiga la homosexualidad hasta con la pena de muerte, pero también hay distintos ámbitos en el que parece no estar bien visto, como se conoce comúnmente, 'salir del armario'.

En el mundo del deporte se produce un fenómeno extraño. Y es que es más habitual que las mujeres declaren su homosexualidad o cualquier otra condición sexual que los hombres. Figuras como Navratilova o Mauresmo, en el tenis; Sue Bird, en el baloncesto; o Megan Rapinoe, en el fútbol, son solo algunos ejemplos. En España también hay nombres destacados como los de las futbolistas Teresa Abelleiro, Patricia Curbelo, Mapi León o Lola Gallardo.

Mapi León, en un entrenamiento de la selección de fútbol femenino de España EFE

El porqué es un misterio, pero si se echa la vista atrás y se hace una recopilación de los casos entre uno y otro sexo se demuestra que son muchos menos los deportistas hombres que salen del armario. En nuestro país es conocido el caso del waterpolista Víctor Gutiérrez o el patinador sobre hielo Javier Raya. También fue muy comentado el caso de Óscar Sierra, quien se convirtió en el primer jugador transexual español de fútbol americano.

El miedo en el fútbol

En estos dos deportes que acaparan los focos en todo el mundo no es habitual ver a profesionales declarando públicamente su homosexualidad. Esta misma semana, desde Inglaterra llegaba el caso de Thomas Beattie, de 33 años, quien formó parte de las filas del Hull City y ahora, ya retirado, ha hecho público que es gay a través de sus redes sociales.

"Nunca pensé en salir del armario mientras era jugador. Sentía que tenía que sacrificar uno de las dos partes de mi: quien soy, o el deporte que he amado toda mi vida. Como atleta, nadie te ayuda a hablar algo así, es por eso que quería compartir mi historia", ha asegurado el exfutbolista, el primero en confirmar su condición sexual en el Reino Unido en los últimos 30 años, antes de él lo hizo Justin Fashanu en 1990.

Justin Fashanu, el primer futbolista que confesó ser gay Reuters

La pregunta que se hace en este contexto es: ¿por qué no hay más futbolistas gays? Como se diría por tierras gallegas "haberlos haylos". En 2016, un jugador que por entonces militaba en Segunda División estuvo muy cerca de hacer el anuncio en un medio de comunicación, pero presiones de última hora lo impidieron.

El comentarista deportivo de Movistar+ Antonio Sánchez ha hablado sobre ello: "No tengo ninguna duda de que hay futbolistas homosexuales en España. Otra cosa es que se haga público". También Unai Emery se ha pronunciado sobre esto: "Todo tiene un proceso. El mundo gay se está abriendo y todavía queda por abrir. El mundo del fútbol es complicado para abrir. Seguro que hay gays en este mundo, pero hay que superar alguna que otra barrera. Creo que queda mucho recorrido para que este mundo se abra".

De Emery, cuya declaración se produjo en el 2009, a Griezmann, quien recientemente ha hablado sobre esto: "Los futbolistas no salen del armario porque tienen miedo". ¿Miedo? ¿Por qué? La respuesta a esto es más sencilla de lo que parece en un tema tan complejo. Ningún seguidor obvia los cantos homófobos que se han dedicado a jugadores en los campos de España y del extranjero.

Guti o Guardiola son dos de los personajes nacionales que han tenido que escuchar como desde las gradas de los rivales los llamaban "maricones". Unas burlas que pese a estar a la altura de la Edad Media hacen pensar en qué pasaría si un futbolista revelase que es gay: ¿cómo le tratarían los aficionados de equipos adversarios?

José María Gutiérrez 'Guti', en su etapa como entrenador del filial del Real Madrid

Lo más triste, tal vez en esta cuestión, es que los propios profesionales de este deporte han hecho en algunas ocasiones declaraciones lamentables. Luciano Moggi, quien fuera director general de la Juventus de Turín, comentó que si un gay "no puede ser futbolista", oponiéndose firmemente a que haya jugadores homosexuales. Fabio Cannavaro tampoco ha ayudado con su pensamiento: "Convivir con jugadores gays puede traer problemas y provocar situaciones embarazosas".

El caso del tenis

Si en el fútbol no es nada habitual que un jugador declare que es gay públicamente, en el tenis pasa algo parecido. Brian Vahaly, quien llegó a ocupar en 2003 el puesto número 64 del ranking de la ATP, dejó el tenis sorprendiendo a muchos porque era una de las promesas del circuito para centrarse en su vida personal y fue entonces cuando reveló que era homosexual.

"Fue cuando me retiré del circuito el momento en que me dí cuenta de que tenía que entender y aceptar quién era como persona y qué me hacía feliz. Fue un largo periodo de aprendizaje y estoy feliz de haberlo hecho", dijo Vahaly durante una entrevista con la popular publicación Sports Illustrated.

Roger Federer, posiblemente el más grande de todos los tiempos en el tenis, ya afirmó en su día que no tiene que haber ningún tipo de problema si compañeros de profesión decidiesen salir del armario: "Sí, yo creo que no hay problema. Es cierto que no lo hemos tenido. Y no sé por qué, ¿sabes? ¿No hemos tenido ninguno, o es que algunos jugadores simplemente han elegido no hacerlo? Creo que sería totalmente aceptado, no hay problema. Apuesto por ello totalmente; es algo bueno…".