La vida y los kilómetros. Así se resume los 38 años de Antonio Camaño, supervisor de enfermería en el servicio de urgencias del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga y atleta.

Por sus manos han pasado miles de personas que buscan curarse, muchas de ellas que se debaten entre la vida y la muerte. Por sus pies han pasado muchos kilómetros para combinar otra de sus pasiones: la marcha atlética. 

Hace unos días ganó en Venecia la medalla de oro en la prueba de veteranos (más de 35 años) de la disciplina mencionada anteriormente -20 km marcha-. Enfermero de profesión, atleta de afición, este malagueño se las ingenia como puede para ser supervisor de enfermería y deportista. EL ESPAÑOL ha podido hablar con él. 

¿Cómo entra el atletismo en tu vida?

Hace cuatro años y medio uno de mis mejores amigos, que es entrenador de marcha atlética, me animó y me dijo que empezase en ello. Lo hice y quedé tercero de Andalucía en la primera carrera que corrí. La marcha atlética es una disciplina que requiere mucha técnica.

¿Te esperabas la medalla de oro que lograste hace unos meses?

No, para nada.

Antonio Camaño

¿Qué te aporta el atletismo?

Es un reto, una continua superación, donde hay que tener un objetivo claro. Me ayuda mucho de cara al trabajo, ya que ser enfermero de urgencias me produce mucho estrés y presión, por lo que te la quita y me ayuda a manejar todo ello. Además, me sirve para desconectar y los días que no entreno me siento hasta mal. 

¿El atletismo es tu hobby y profesión?

Es solo un hobby y una pasión. Cuando sea una obligación será como una profesión. 

Si tuvieses que dejar algo de las dos cosas, ¿qué sería?

El atletismo, el trabajo es lo primero.

Estudiaste enfermería y te fuiste a Inglaterra, por qué?

Debido a que no había mucho trabajo en España. Estuve dos años y medio, cogí experiencia y volví a Málaga. 

¿Cuál es tu puesto en el hospital?

He estado 14 años de enfermero asistencial, tres de supervisor de enfermería y ahora llevo un par de meses como jefe de bloque de cuidados críticos. 

Antonio Camaño

¿Cómo compaginas ser enfermero con el competir en torneos y entrenar?

Es difícil ya que hay que planificarse muy bien. Entreno cinco o seis días a la semana, una hora y media al día. Y trabajo de lunes a viernes por la mañana.

¿No te asustó al principio dedicar una parte de tu vida a la marcha atlética y a ser enfermero consciente de que podía ser difícil?

No. Todo lo he ido integrando en mi día a día. No me ha costado y no ha sido difícil. Fui poco a poco y progresivamente y cuando te das cuenta haces unos 80 kilómetros marchando a la semana. 

¿Estás en un área en la que la vida y la muerte se dan de la mano, no?

Sí. Paso por momentos muy críticos. Ahora no estoy en la función asistencial, sino coordinando, por lo que mis pacientes están entre la vida y la muerte. También, esa descarga de adrenalina ayuda a la hora de entrenar y estar muy activo.

¿Hay que tener mucho cuidado para que los pacientes superen ese estado de gravedad?

Sí. Es un área muy crítica y muy poco agradecida en lo que se refiere a urgencias. Uno tiene mucha presión y hay que actuar muy rápido. 

¿Sin el atletismo llevarías peor tu trabajo de enfermero?

Desde luego. Hay días que necesito entrenar y que agradezco poder correr, ya que es una tremenda liberación. Además me sirve para desfogarme. Intentaré seguir en el atletismo siempre que pueda.

Antonio Camaño

¿Has llegado a ver como se te ha muerto alguien?

Sí, muchas veces. En urgencias atendemos a muchas personas que vienen en estado críticos y con paradas cardiorrespiratorias. Desafortunadamente, muchas veces no podemos hacer nada por salvar vidas. 

¿Qué es mas difícil, ser enfermero o atleta?

Enfermero.

¿El atletismo te sirve como método para quitarte la presión y estrés de ver morir a alguien?

Sí. Además, gracias a ello me ayuda a manejar situaciones tan críticas como ver morir a personas y a superar estos momentos. 

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