Big Cass ha tenido un pasado muy turbio y ha dado buena fe de ello en una entrevista para Give Me Sport. El exjugador de baloncesto y exluchador de la WWE -tras ser despedido por acudir a un combate estando borracho- se ha confesado y ha dejado claro que ha dejado esa vida atrás, centrándose ahora en otras modalidades de lucha libre para volver a ponerse en forma.

Big Cass en un combate de la WWE. Foto: Instagram (@bigcasswwe)

En primer lugar, Big Cass desveló que su estado físico no era el adecuado y que incluso tuvo que ser trasladado a un hospital para hacerle las pruebas pertinentes: "La última vez que el público me vio estaba gordo, ebrio y fuera de forma... camino del hospital por unas convulsiones (ocurrió en el 'Tommy Dreamer's House of Hardcore')".

También confesó que el alcohol era su fiel aliado en aquella época y que ello fue el desencadenante de otros problemas que le fueron surgiendo con el paso del tiempo: "Mi vida se estaba desmoronando por mis problemas de salud mental. Yo era un alcohólico".

Un momento inmejorable

Finalmente, ha dejado claro que ha puesto todo de su parte para volver a ponerse en forma y que se encuentra mejor que nunca para cualquier reto que se le presente por delante: "Seis meses después me he puesto en 135 kilos, estoy como un tanque y me veo increíble. Estoy en la mejor forma de mi vida. Nada me va a detener".

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