Tyson Fury, boxeador británico, fue protagonista junto a Deontay Wilder el pasado domingo tras el combate por el título Mundial del peso pesado de la WBC, que se celebró en el Staples Center de Los Angeles. La polémica estuvo servida, ya que los jueces decretaron nulo el combate pese al domingo del boxeador inglés, que varios días después ha solicitado la revancha nada menos que en Old Trafford, estadio del Manchester United.

"Frank Warren dijo que en el campo del Arsenal (Emirates Stadium) pero le dije 'no, vamos a hacerlo en Old Trafford'", reconoció el luchador, que acudió al estadio del Arsenal para ver el duelo entre el conjunto 'gunner' y el Manchester United.

Sobre la pelea del pasado domingo, Fury mostró su indignación y reconoció que "no he visto una decisión peor en mi vida" y aseguró que la posible revancha tendría lugar el próximo verano.

Un combate con que dio que hablar

La polémica volvió a estar presente en una pelea estelar, como la que protagonizaron ambos pesos pesados. El combate por el título acabó en nulo después de 12 asaltos plenos de intensidad y emoción hasta el final.

Los tres jueces de la pelea, celebrada la pasada noche en el Staples Center de Los Ángeles, la valoraron de diferente manera, de ahí que las cartulinas no beneficiaran a ninguno de los dos púgiles.

Wilder, de 33 años, retuvo su título por octava vez y dejó una marca invicta de 40-0-1 con 39 fueras de combate, pero esta vez no pudo conseguir el golpe de decisivo del nocáut, aunque estuvo más cerca que Fury.

Sin embargo, el púgil británico de 30 años, se sobrepuso al demoledor golpe de derecha de Wilder, en el duodécimo asalto, el último de la pelea, y acabó arrollador ante el delirio de sus seguidores.

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