Londres (Enviado especial)

Óscar Husillos, con sus gafas de sol y sus manguitos, entrega el testigo a la par que el jamaicano que corre en la calle de al lado, a la izquierda. Lucas Búa se sitúa a la estela del siguiente relevista del país caribeño, sin darle ni un metro. Darwyn Echeverry, cuando el tercer jamaicano se hunde, emerge con fuerza en la recta. Samuel García, solo frente a la inmensidad de un 400m, de una vuelta al anillo, mantiene la distancia, incluso la amplía en la curva del 200m, y controla mirando a su espalda, cuando el láctico aparece, para que ni los polacos, ni los cubanos, le superen.

El cuarteto español hace historia y se clasifica para la final del 4x400m ganando su serie en un tiempo de 3:01.72, a apenas tres décimas de la plusmarca nacional (3:01.42). Desde el Mundial de París en 2003, la selección española no se colaba en la carrera por las medallas del relevo largo. "El domingo estaremos más motivados que hoy", dicen los cuatrocentistas en zona mixta. "A ver si batimos por fin el récord y damos una alegría a España".

En la segunda serie, Estados Unidos, Trinindad y Tobago, Bélgica, Gran Bretaña y Francia registran un mejor crono: el cuarteto español se clasifica con el sexto tiempo, pero revelan una ventaja frente a sus rivales: "Somos un equipo muy homogéneo, con el mismo nivel en todas las postas", explica Búa y añade Samu García: "El cambio de palo lo tenemos muy bien entrenado para que nunca se pare".

De la final se han quedado fuera selecciones tan potentes como Jamaica, Bahamas o una Botsuana, que, reservando a Badman Makwala, se accidenta en una entrega y pierde el testigo. El velocista de Gaborone, que se revela en indestructible corriendo en solitario bajo la lluvia, se marcha del Mundial de Londres sin pisar ningún cajón del podio.

De medallas no quiere hablar el relevo español y sí de actitud competitiva, de garra, de pelea hasta el último metro, como hace en las series. Todos están con una euforia controlada, pero el más aliviado es Samuel García, recuperado de una gastroenteritis que no le dejó rendir en las eliminatorias de los 400 metros. Con la "patata caliente" de encarar el último giro sin perseguir la estela de nadie, escuchando las pisadas de los enemigos que se acercan por detrás, el canario defiende con seguridad el pase a la final.

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