El adolescente que comenzara a boxear en un club de aficionados en Varsovia junto a su hermano mayor, Vitali -también campeón del boxeo y activista político-, ha decidido no volver a pisar el cuadrilátero. Una leyenda dice adiós: los seguidores de Wladimir Klitschko ya no podrán disfrutar con la incontestable fuerza de quien heredó el vigor de un general mayor de la fuerza aérea soviética.

Tras 71 peleas y 21 años como profesional, Klitschko ha transmitido a través de la plataforma de YouTube su retirada. “Hace 27 años comencé mi viaje en el deporte, y era la mejor elección que jamás hubiera podido hacer”, empieza su monólogo, en el que, ante todo, se acuerda de sus “leales fans”: “Yo era, y todavía soy, capaz de hacer todo esto por vosotros”. Sin embargo, insiste, su despedida no concierne a sus admiradores; solo al deporte: “Cuando estamos juntos somos más creativos, más eficientes, más productivos. Simplemente, más fuertes en todos los sentidos”. "Juntos somos la fuerza motriz”, invoca a sus incondicionales.

El boxeador de 41 años, que ganó el oro olímpico en Atlanta, ha pasado más tiempo como campeón de los pesos pesados que nadie: 4.383 días a través de dos reinados. Pero ya está cansado. Ni siquiera luchará contra Anthony Joshua, como se había adelantado, para recuperar el título. El combate, que había levantado una gran expectación después de que Klitschko perdiera el pasado 29 de abril en Londres frente a Joshua por K.O. técnico en el undécimo asalto, quedará como el enfrentamiento soñado que pudo ser, pero que no fue. Ni será.

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