Cuando el pasado mes de noviembre se presentó en París el recorrido de la edición 2017, Marc Coma pronosticó que iba a ser el Dakar más duro desde que la competición desembarcó en Sudamérica hace ya nueve años. Su director deportivo y pentacampeón en la categoría de motos se había marcado como objetivo recuperar el ADN y el espíritu de aventura de la carrera introduciendo novedades significativas en la navegación y ampliando el número de jornadas en altitud, pero con lo que no contaba es con una climatología tan adversa que ha terminado por destruir el sueño del Dakar más duro de la última década.

Tras la cancelación de la sexta (Oruro-La Paz) y la novena etapa (Salta-Chilecito), la reducción de la quinta (Tupiza-Oruro) y la octava (Uyuni-Salta) y el recorte a la mitad de la séptima (La Paz-Uyuni), la competición ha quedado descafeinada tras perder por el camino 1.397 kilómetros de un total de 4.089 cronometrados en territorio boliviano y argentino.

El golpe más fuerte llegó cuando todavía estaba en juego la jornada del martes después de que las fuertes lluvias al norte de Argentina, en la localidad de Volcán, provocaran inundaciones y un alud que dejaron dos muertos, decenas de heridos y un millar de evacuados.

La ruta de los pilotos camino del vivac en Salta quedó bloqueada por el agua y el barro, lo que obligó a la organización del Dakar a tomar la decisión de cancelar la etapa reina de 977 kilómetros desde Salta hasta Chilecito, de los que 406 eran cronometrados. Una especial, en formato Súper Belén (salida conjunta de coches, motos y camiones), vital para los intereses de los que se están jugando el podio final de Buenos Aires.

“Es una pena que no pueda celebrarse la etapa, pero al fin y al cabo esto es sólo deporte. El drama es el que vive la población afectada, que ha perdido sus casas y sus pertenencias”, señaló Nani Roma (Toyota), cuarto en la general de coches y al que sólo le separan seis minutos del tercer escalón del podio.

Una grúa, sepultada por el lodo en la localidad de Volcán. Reuters

Con los pilotos en el campamento de Chilecito, desde donde debe arrancar la jornada de hoy (751 kilómetros hasta San Juan, de los que 449 serán cronometrados), el problema reside en que algunos camiones logísticos de la organización del Dakar continúan bloqueados cerca de la localidad de Volcán.

“Hay material logístico bloqueado en la carretera y se van a reemplazar estos materiales y a enviar helicópteros para rescatar a nuestros trabajadores [unos 60] y llevarlos a Chilecito. Algunos de estos materiales y personas son los encargados de instalar y controlar los puntos de control de paso de cada etapa”, afirma ASO, la empresa francesa organizadora del Dakar, en un comunicado remitido a los medios de comunicación. Un desafío para la organización, que no puede perder más kilómetros de competición por el camino antes de llegar el sábado a Buenos Aires.

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