El triatleta Javier Gómez Noya ha recibido este viernes en Oviedo el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2016 de manos del rey Felipe VI, quien ha destacado los "férreos principios" con los que el gallego ha construido su figura como deportista de élite y se ha convertido en un "verdadero campeón indiscutible".

El subcampeón olímpico en Londres 2012 y cinco veces campeón mundial de triatlón ha recogido la distinción, junto al resto de galardonados con los ocho premios Princesa de Asturias, en la ceremonia de entrega presidida por los Reyes, celebrada en el teatro Campoamor.

En su discurso, don Felipe, que ha destacado en Gómez Noya su "afán constante de superación, espíritu de lucha, compañerismo y humildad", ha apuntado que las adversidades "no pudieron" con el deportista gallego.

Fueron, al contrario, según ha añadido el monarca, un estímulo más para que llegara a alcanzar las metas más altas en un deporte que en España ha crecido en los últimos años en "buena medida gracias a la brillante carrera" de Javier Gómez Noya y a los "deseos de tantos aficionados de emular sus triunfos", en un deporte calificable como "total por el increíble esfuerzo que se realiza".

Para Felipe VI, Javier Gómez Noya es, en este sentido, un atleta con una fortaleza no sólo física, sino también anímica, y una capacidad de resistencia "admirables y no muy frecuentes". Se ha referido al triatleta gallego como un "verdadero modelo" para todos aquellos que quieren llegar a lo más alto en un deporte y un símbolo de lo que se alcanza cuando las "sanas ambiciones se construyen con fortaleza y con ilusión".

Con ese espíritu "positivo envidiable que siempre demuestra y le ayuda a superar incluso lesiones como la que le ha impedido acudir a los Juegos Olímpicos de Río", ha agregado el monarca, Javier es un "símbolo" de los mejores valores del deporte y un "verdadero orgullo" para sus raíces gallegas y para toda España.

El triatleta recibe el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2016 por su "brillante palmarés, y sus valores de esfuerzo y perseverancia ante la adversidad", según destacó el jurado que le concedió el galardón, que también valoró su carrera plagada de éxitos y mencionó la detección de una anomalía cardiaca que le supuso en 2003 la retirada temporal de la licencia internacional.

El deportista gallego pondrá este sábado fin en Avilés, con una carrera popular, a su estancia en el Principado, donde desde su llegada el pasado martes ha desarrollado una intensa agenda, con actos en Gijón con una reunión con representantes de los clubes asturianos de triatlón, y en Oviedo, con un entrenamiento en las piscinas municipales del Parque del Oeste y el Centro Asturiano.

El Premio está dotado con una escultura de Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, la cantidad en metálico de 50.000 euros, un diploma y una insignia. El pasado año recibieron el Princesa de Asturias de los Deportes los hermanos Gasol, y en las ediciones anteriores recayó en los organizadores del Maratón de Nueva York (2014), el golfista José María Olazábal (2013) y los futbolistas de la selección española Iker Casillas y Xavi Hernández (2012).