En sus brazos se adivinan más venas que a cualquiera de los mortales. Se hinchan con cada simple movimiento, al tiempo que sus musculos se definen unas capas más abajo. A sus 75 años, Norm Devio ya difícilmente puede disimular la edad.

Atrás queda su estreno, tardío, en 1975 en el campeonato de pulsos de Nueva Inglaterra. Con 35 años, se estrenó como campeón. Y no pudo resistirse a esa mezcla de adrenalina y amor propio que supone derrotar a todos tus rivales, ser el más fuerte.

Curioso, se informó sobre el gremio y comenzó a practicar esta disciplina suburbial. Al poco tiempo, era el principal favorito en cada campeonato al que se presentaba. Sus rivales, de todos los colores y procedencias, empezaron a doblar el brazo uno tras otro.

Desde aquellos años 70 hasta la actualidad, se calcula que ha ganado unos 25 títulos tanto nacionales como regionales en la categoría de 150 libras -68 kilos-. En total, más 500 trofeos se amontonan en su desván. No existe registro oficial de muchos de ellos y la memoria de Devio ya no es lo que solía.

Ha competido en incontables torneos con la mano derecha. En otros tantos, con la izquierda, que es una categoría específica de los pulsos. Y, aún hoy, cada jueves participa en torneos de barrio, en sótanos y cuchitriles, para seguir en forma cuando le toca competir 'en serio'.

De subcampeón mundial a 'entrenar' a Stallone

Entre 1981 y 1989, Devio se hizo con siete títulos nacionales. Sus gestas le valieron el ser galardonado con el premio al Pulseador del Año en 1984. Doce años después -con 56 años- logró su último gran éxito al coronarse como campeón de EEUU con la mano izquierda y subcampeón mundial.

Ahora se enfrenta a chicos que le doblan en volumen -mide 1,74 metros y pesa 70 kilos- y tienen 50 años menos que él. Pero no desentona ni un mínimo. Para el gremio, Devio es una leyenda viva del deporte. Varios han dominado el circuito; nadie sigue siendo competitivo a los 75 años.

Tal es su fama que en 1987, durante los mejores años de su carrera, Devio coincidió con la estrella de Hollywood Sylvester Stallone en 'Over the top' ('Yo, el halcón'). Se convirtió en su instructor para las escenas en las que el actor debía echar pulsos en un torneo en Las Vegas. "No era muy bueno", confesaría tiempo después Devio. Y ni siquiera Sylvester Stallone se ha atrevido a cuestionarle en estos últimos 30 años.

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