El Comité Paralímpico Internacional (IPC) dejó muy clara su postura sobre la participación de atletas rusos en los Juegos Paralímpicos de Rio 2016: bajo ningún concepto. Y no está dispuesto a que nada empañe esa decisión. Ni el recurso del Comité Paralímpico ante el tribunal de Arbitraje Deportivo, que fue denegado, ni las múltiples peticiones de “clemencia” de diversos deportistas, a las que el propio presidente del IPC, sir Philip Craven, respondió defendiendo con dureza el veto. “Los paraatletas rusos no participaran en Río”, zanjó la cuestión.

 

Por eso, las caras de asombro primero, indignación después, cuando en pleno desfile de atletas en la ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos de Rio 2016 apareció una enorme bandera rusa fueron épicas. La portaba un miembro de la delegación de Bielorrusia, que decidió protestar así contra un veto que su país considera “injusto”.

 

Los responsables del IPC confiscaron inmediatamente la bandera, que sin embargo pudo verse claramente en la retransmisión por televisión, y horas después han cancelado la acreditación y expulsado de los Juegos Paralímpicos al portador de la bandera rusa. “Las protestas de carácter político están prohibidas en los Paralímpicos”, ha zanjado el tema el IPC, dando por cerrada la polémica.

 

El encargado en hacer la afrenta al IPC en su “minuto de gloria” –la ceremonia de inauguración de los Juegos es el momento más visto de este evento- no fue un atleta, sino, según han confirmado desde el IPC a medios rusos, “un invitado del Secretario General del Comité Olímpico Bielorruso que no debería haber participado en el desfile en cualquier caso”.

 

El hombre que llevó la bandera ha sido identificado como Andrey Fomochkin, un ex campeón de triatlón de invierno y atletismo que ha sido viceministro de Deportes y Turismo en Bielorrusia. Su gesto, en cualquier caso, ha sido defendido por el presidente del país, Aleksandr Lukashenko, que señaló en un comunicado que se mostraba la bandera “ante la injusta decisión de prohibir participar a los atletas rusos pese a que no hay evidencia contra ellos”.

 

Mientras el IPC mostraba su indignación y se apresuraba a retirar la acreditación a Likashenko, desde Rusia llegaban los aplausos. “Lo que ha hecho el Comité Paralímpico de Bielorrusia es digno de admiración. Y apreciamos enormemente este gesto de solidaridad con nuestros paralímpicos, tan injustamente tratados al impedirles competir en estos Juegos”, dijo el portavoz del Kremliln, Dmitry Peskov.

 

Más allá fue el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, que calificó de “fascismo” la retirada inmediata de la bandera rusa durante el desfile. “Están disfrazándolo de un evento civilizado, peor no lo es”, señaló.

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